La Belleza de Madrid

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¿Por qué la belleza de Madrid?

Es posible que, apreciado y curioso lector, se esté preguntando por qué La belleza de Madrid. La respuesta es bien simple, pero a la vez profunda. Madrid ha inspirado cada uno de los poemas que aparecen en el libro que tiene en las manos, incluso aquellos en los que no hablo de la ciudad, de la historia sobre la que se sustenta o de las famosas personalidades que en ella han vivido. Cada uno de estos poemas, cada estrofa, cada palabra ha nacido paseando por las calles de Madrid, o sentada en el Retiro, asombrándome en el Palacio Real o al descubrir un nuevo rincón anónimo, sí, uno de esos que no aparecen en las guías.

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¿Por qué la belleza de Madrid?
Es posible que, apreciado y curioso lector, se esté preguntando por qué La belleza de Madrid. La respuesta es bien simple, pero a la vez profunda. Madrid ha inspirado cada uno de los poemas que aparecen en el libro que tiene en las manos, incluso aquellos en los que no hablo de la ciudad, de la historia sobre la que se sustenta o de las famosas personalidades que en ella han vivido. Cada uno de estos poemas, cada estrofa, cada palabra ha nacido paseando por las calles de Madrid, o sentada en el Retiro, asombrándome en el Palacio Real o al descubrir un nuevo rincón anónimo, sí, uno de esos que no aparecen en las guías.
Madrid para mí significa que palabras como ilusión, sueños, esperanza… toman forma. Se materializan en todo lo que veo y siento.
Me he vuelto adicta a los sentimientos que me produce todo lo que me rodea, sentimientos y sensaciones que hacen que cada día de mi vida sea un día diferente.
Pasear por sus calles y sentir que personajes de nuestra historia también lo han hecho, me hace sentir un poquito menos pequeña en este universo tan gigantesco.
Creo, y esto puede que os resulte extraño, que todo lo que se vive se queda impregnado en el espacio tiempo. Bien. Pues os cuento un secreto. Es posible que haya conseguido traspasar ese espacio tiempo en alguna calle que me ha llevado a escuchar de lejos a Quevedo discutiendo, o ver la silueta de Lope con una amada. Alguna noche me encontré por ahí a Don Alfonso XII en una de sus correrías. Y presencié el asesinato del Conde de Villamediana cuando subía a Plaza Mayor. No os puedo contar nada más. Quizás en otro momento, pero deciros, que es posible, que proyectar y querer es suficiente para conseguir lo que se sueña.

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