CUANDO EL USO Y EL RESPETO POR LA HISTORIA DEBERÍAN CONFORMAR LEYES MORALES
San Isidro es una hermosa barriada del municipio almeriense de Huércal-Overa que surgió allá por los años 60 del pasado sigloXX.
La peculiaridad de este enclave es ser un poblado en sí mismo, pues se le dotó de todos los servicios propios de un pueblo: escuela, casa de maestros, panadería, tienda de ultramarinos, herrería, plaza pública, local destinado al desarrollo socio comunitario, iglesia…en fin, todo lo imprescindible para que los habitantes de su más de medio centenar de casas pudieran cubrir sus necesidades básicas sin tener que desplazarse al casco urbano situado a algo más de dos kilómetros.
Las construcciones eran con fachadas en piedras, con un perfecto alineamiento y una urbanización adelantada para la época, pues disponían de agua corriente, saneamiento, luz eléctrica alumbrado público… todo en consonancia y sincronía con el estilo rural.
Efectivamente eran poblado, como otros de los que el Iryda desarrolló pensados para albergar a familias vinculadas a la agricultura y ganadería como medio de vida principal. De este modo el Instituto de colonización se encargó de que personas (colonos) venidas de diferentes puntos o, incluso del mismo entorno, pudiese adquirir un lote, es decir vivienda más parcela de unas cuatro hectáreas de terreno de regadío, asesorarlos y poner en valor unos terrenos que previamente habían sido expropiados a propietarios que los tenían improductivos.
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San Isidro se configuró, pues, como un poblado integrado por diferentes familias que paulatinamente dieron vida, riqueza social y cultural propia debido a las aportaciones de cada una de las familias que fueron modelo de trabajo, convivencia y cohesión.
Con el paso de los años, aquellos primeros habitantes han creado un poso de especial solidaridad y el área se ha visto ampliada con otros grupos de construcciones que han agrandado el área de influencia del núcleo inicial de manera significativa.
Pero lo que merece la pena resaltar de esta entidad poblacional es la tranquilidad que se respira, la belleza de sus jardines y la amabilidad de sus gentes que han ido adaptándose a los cambios propios de los tiempos como la construcción del Hospital comarcal La Inmaculada ubicado en las inmediaciones, concretamente, en lo que eran los terrenos preparados para la construcción de una segunda fase de viviendas de características similares a las ya construidas; la urbanización de La Atalaya; bloques de viviendas en torno al mismo hospital, la construcción de un puente nuevo para facilitar el acceso al hospital y la peatonalización del antiguo Puente de San Isidro…todo sin perder un ápice de su idiosincrasia y encanto.
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Sin embargo, algo sí ha cambiado en el ánimo del vecindario: el uso nuevo de su iglesia parroquial.
Sabemos que la pandemia sufrida ha marcado un antes y un después en la vida de mucha gente y en el caso de San Isidro esa secuela ha quedado patente en el trato que, por parte de la institución eclesiásticas local e incluso provincial, sufren los habitantes, que se han visto injustamente despojados del uso de esa iglesia que durante tantos años han venido cuidando, (e incluso compartiendo con otras comunidades), en beneficio de una minoría de un rito diferente.
Durante las fiestas en honor al patrón el presente mes de mayo se ha producido un hecho impensable para esos colonos que tantas veces sacaban la imagen del santo por el barrio llegando, incluso hasta la iglesia parroquial, mezclando la música y la algarabía propia de una romería con el ruido de los tractores que en los remolques engalanados llevaban a pequeños y mayores vestidos con sus trajes típicos y a San Isidro en su trono rodeado de espigas de trigo y claveles rojos .No ,la imagen del patrón no ha podido procesionar como tradicionalmente ha hecho el domingo de su fiesta y tampoco se celebró la misa cantada por las cuadrilla de parrandas.
Un grave atropello a una comunidad vecinal por la que se ha mostrado poco respeto y una penosas falta de sensibilidad desde la parroquia que han querido imponer su criterio aleatoriamente, sin otra consideración que la defensa a ultranza de los intereses de la minoría recién llegada.
Se cumple el refrán nuestro que dice tan inteligentemente “Otros vendrán que de mi casa me echarán”.
(Interior de la iglesia con la ornamentación del rito de los recién llegados)
Sin embargo, este hecho ha unido más a un grupo de personas que con su quehacer cotidiano, su serenidad ante la adversidad, forman parte de la historia de nuestro pueblo con humildad y dignidad.
Altar al santo en la plaza de la iglesia
Ana Martínez Parra
A SAN ISIDRO LABRADOR
Hombre de campo bendito,
buen Isidro pobre y Santo
quisiera tener palabras
para elevarte mi canto.
Dice la historia de ti
que eras santo varón
que invitabas a la gente
a realizar la oración.
Un humilde labrador
que a pesar de tu pobreza
no te olvidas del Señor
y cada día rezas.
Poco importa la rudeza
del terruño que trabajas,
el campo es generoso
y con sus frutos te premia.
Entre la yunta de bueyes
oras, labras y elevas,
mil alabanzas al cielo
cuando crecen las cosechas.
Cuentan las viejas leyendas
que sería en primavera,
cuando el sol iluminaba
las tierras y sementeras,
cuando los ángeles acudían
a realizar tus faenas,
mientras tu orabas postrado
con humilde entereza:
-Amén Señor de los cielos
sea tuya la voluntad
de darnos la luz y el agua
para el campo alimentar.
– Gracias mi Dios por el árbol
que sus frutos nos prodiga,
gracias por la lluvia rica
que hace crecer la semilla.
Y así mientras está orando,
los bueyes trabajan solos
aunque todos saben bien
que los ángeles divinos
con su mano guían la yunta
para que nazcan las flores
que visten la primavera,
y llenan de mil colores
la fructífera pradera.
Y desde aquí, San Isidro,
con humilde emoción
te pido mi buen patrono
que por tu pueblo intercedas
y mejores los enfermos
de la barriada entera,
que fructifiquen las tierras
y el amor que nos debemos
abriendo en nuestra alma
surcos de infinito amor
y todos nos respetemos
en tu honor, con devoción.
(14-05-2021)
«Acoged, acoged»…pues ea, aquí se va viendo…y lo que no sale en los papeles…