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SILVESTRE MARTÍNEZ DE HARO

LA SENSIBILIDAD  QUE  SE MIMETIZABA CON  SU  ENTORNO

HOMENAJE A  SU MEMORIA

(CUANDO SE CUMPLEN TREINTA  AÑOS DE SU DESAPARICIÓN)

Pintor nacido en el municipio de Huércal-Overa (Almería) en 1947 y  fallecido prematuramente en el mismo el  27 de abril de 1993.

Estudió en la Escuela Superior “San Carlos” de Valencia donde se licenció en Bellas Artes. Durante su estancia en esta bella ciudad levantina convivió y o compartió experiencias pictóricas con otros artistas de  la categoría de Antonio J. Rojas, el recientemente fallecido Pepe Bernal y Lorenzo Parra.

Silves , junto a los anteriores, además de  Miguel Parra, Emilio Zurita, Jesús de Haro, Diego Bonillo  o Ginés Cervantes conforman  “ El  grupo  de artistas pictóricos más numeroso  del  último cuarto del siglo XX de  Huércal-Overa” porque nunca se ha dado, en un espacio geográfico y poblacional tan reducido, la confluencia de artistas que han brillado y triunfado con su arte y han formado escuela ya que han seguido proliferando los seguidores de esta modalidad artística dentro del ámbito de los más jóvenes.

Pero a Silvestre Martínez de Haro hay que conocerlo, como se refleja en el Diccionario Biográfico de Almería, como el “paradigma de la tenacidad y de la más fina sensibilidad humana” pues se trata de un artista polifacético que destilaba una gran  versatilidad en los  distintos ámbitos artísticos en los que desarrolló su potencialidad: cofundador de SIPE un grupo con el que rodó cortometrajes de gran éxito y con los que obtuvo menciones y premios gracias a su valor artístico y documental tales como :”El maletilla”( año 1964) del que era guionista, director y actor ; “Obsesión”( año 1965); “Historia del arte” ( año 1968)  y “Sangre de aceituna”(1985).

Como director tuvo la ocasión de montar “La zapatera prodigiosa” y precisamente se encontraba en el montaje de la comedia “Melocotón en almíbar” con el grupo “Almíbar silvestre “cuando la muerte le llegó de forma inesperada.

Como escritor, destacó en el relato corto donde obtuvo el primer premio Gabriel Espinar 1979 con “El niño tonto”.

Su espíritu creativo rezumaba por los poros de su piel y su verdadera pasión era la pintura que realizaba desde que su capacidad para plasmar sus impresiones que entraban por su retina encontraba el lienzo o el papel para tomar forma.

Incansable investigador de técnicas y fórmulas innovadoras buscó la formalidad académica y dejó su trabajo para buscarla en el ámbito universitario donde se pudo enriquecer tanto a nivel personal, con el conocimiento e intercambio de perspectivas con  otros artistas, como  formativo, merced a la interiorización de nuevas técnicas , modelos y corrientes que proporcionaba la universidad.

Silvestre pintaba, exponía, buscaba la vía para dar a conocer lo que su pincel sacaba en cada pincelada, en cada trazo, en cada color, de su alma repleta de ideas, sueños y realidades.

Porque la pintura de Silves se halla inmersa en una continuada investigación del medio y de los medios para expresar y dejar su impronta personal en todas y cada una de sus abundantes obras.

El artista tuvo como referente a Miguel Cantón Checa, artista de reconocido prestigio, miembro de la Tertulia Indaliana, galerista afamado tanto en Almería como en el extranjero. Acaso, cabría decir, que de este maestro bebió Silves el amor por el entorno, un medio en el cual destacó por la magia de su pincelada a la hora de poner en evidencia el costumbrismo rural del que se le puede considerar maestro.

A nivel personal ha quedado patente que el artista poseía una sensibilidad especial, un alma comprometida con la sociedad de su época, un docente concienciado con el valor de la enseñanza, con la importancia que la transmisión de valores supone en el ser de todos y cada uno de sus alumnos y alumnas que lo adoraban.

Amigo de sus amigos con quienes compartía tertulias y confidencias, chascarrillos y experiencias únicas que enriquecían su alma soñadora.

Quería y respetaba a Isabel, su esposa conocida en la madurez de su existencia cuando la efervescencia juvenil encuentra ese remanso de plácida mesura, y que fue para él el bálsamo que  lo protegía y consentía como si de una criatura se tratara. Perdía los vientos por su niña, María Rosa, que lo transportaba a un mundo pleno de magia e inocencia infantil que calaba en su alma soñadora como gotas de agua de rocío al amanecer, induciéndole a dar alas a su imaginación para crear más y mejor.

Cuando su tiempo se lo permitía pintaba y pintaba, en un fluir de sentimientos que plasmaba magistralmente en sus lienzos,  desde esa perspectiva de naturalismo entroncado con la tradición más genuina. Porque no se puede obviar, al estudiar la prolija obra de Silves, que su personalidad se ve reflejada en  los paisajes de Santopétar, población perteneciente al municipio del Taberno, que sirvió de fuente de inspiración en la última etapa de su existencia, donde la musa de su arte era el cortijo abandonado o la planta de la zona.

Estas colecciones lo han consagrado como uno de los autores más cotizados de Huércal-Overa, encontrándose su obra diseminada por España, algunos países de Europa y EE.UU.

Como resultado de sus innumerables incursiones en la investigación de nuevos modelos y técnicas, produjo obras de corte impresionista que se ve reflejada en una magnífica colección de anilinas que en determinados aspectos nos llevan a rememorar la obra de otro pintor admirado por él, el mítico y poco conocido amigo de Picasso, el zurgenero Ginés Parra.

Por ello, al cumplirse este décimo tercer aniversario de su fallecimiento, se vuelve a recordar su obra y la impronta que dejó en quienes le conocimos como ser humano y como artista.

ENTREVISTA  ISABEL FÁBREGA, LA VIUDA DEL PINTOR.

Hablar con Isabel es toda una experiencia. Cuando habla de Silvestre se le iluminan los ojos, cuando te muestra un cuadro vive en primera persona la experiencia pictórica y tiene la habilidad de integrarte en dicha vivencia.

Es, si se me permite decirlo, la fiel guardiana de la obra de su marido. Su casa rezuma arte por todos los rincones; los cuadros se distribuyen profusamente por las paredes, pero sin agolpamiento, dando sensación de un cálido museo donde se rinde homenaje permanente a un artista con el que tuvo  la suerte de vivir y del cuya unión nació una hija que sigue los pasos de su padre.

“Silvestre era una persona especial, de gran corazón, de sentimientos profundos, comprometido con quienes le rodaban”, dice cuando se le pregunta por cómo era como marido y padre

 ENTREVISTA A LA TAMBIÉN ARTISTA Y GALERISTA MARÍA ROSA MARTÍNEZ FÁBREGA, HIJA DEL PINTOR

  • Mª Rosa, de la obra de tu padre ¿Qué destacarías?

Su humanidad, su pasión  y sus ganas de hacer. En sus creaciones ponía en valor la tradición, elevaba lo cotidiano al nivel de extraordinario. Un cortijo, un campesino trabajando, una ilusión. Mi padre era un materializador de sueños desde niño.  Creo que es un hecho que se evidencia en los proyectos de cine de SIPE.

También destacaría la fuerza de la línea en sus anilinas y el uso del color de los paisajes, es un hecho que en ocasiones pasa desapercibido pero  estés donde estés sus paisajes captan a la perfección la luz de Almería, es una ventana a los parajes de la provincia.

– ¿Qué técnica crees podría incardinarse más en el arte contemporáneo por el que tú has apostado tan insistentemente?

Él en sí era un artista contemporáneo, cualquiera de sus obras encajaría perfectamente a nivel conceptual dentro de la estética más actual y vanguardista. Tanto por la técnica como por la idea, al final, el arte contemporáneo busca contarnos una idea o hacernos reflexionar sobre un hecho. La obra de mi padre es en sí misma una declaración de intenciones.

Probablemente las anilinas, donde desata su parte más canalla, y subversiva. En las anilinas hilaba muy fino y cuanto más las miras más cosas te cuentan. Hay algunas que guardan mensajes encriptados en la propia composición de la imagen.

  • .Desde tu perspectiva de artista, olvidando, si se pudiera, el parentesco ¿Qué destacarías de su legado pictórico y por qué?

Sus paisajes con esa luz y sus colores vibrantes, las manifestaciones del pueblo en obras más antiguas donde remanecen sus ideales y por supuesto también las anilinas por una razón en particular  y es que él se adueñó de un material para hacerlo propio y convertirlo en una técnica.

 Mi agradecimiento por los datos aportados.

                                                                                                Ana Martínez

0 thoughts on “Silves

  1. Estudié Bachiller Laboral en el curso de Silvestre . Era una persona amable para con sus compsñeros. Me enteré de su prematura muerte cuando vivíamos esa etapa de la vida en que nos creemos inmortales. Y en la que yo mismo pasé un episodio extremo.. Por todo ello sentí.su muerte E.P. D
    Áhora.pasado el umbral de los setenta,comprendo el privilegio de aun estar aqui.

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