PAUL VERLAINE: EL POETA MALDITO

LA ANGUSTIA

Creación, no me importan tus fastos esplendentes

ni tus campiñas ni tus dulces pastorales

sicilianas; tampoco tus mágicas aurorales

ni la maravillosa visión de tus ponientes.

Yo me burlo del arte, del hombre, de los versos,

de los templos helénicos y de las espirales

que en el cielo vacío hunden las catedrales,

y los buenos me dan igual que los perversos.

Yo no creo en el Dios que me dio, cruel y ciego,

la angustia de pensar, y maldigo y reniego

del Amor, esa vieja y trágica ironía;

Sin amor a la vida y temiendo a la muerte,

soy un barco perdido al azar de la suerte,

que se hundirá en la sima sin fondo cualquier día…

          Este poema, cuyo título, La angustia, es ya muy significativo, nos describe la idiosincrasia y pensamiento de su autor: Paul Verlaine. Poeta francés, líder simbolista, precursor del modernismo, cuya poesía decadente y vida turbulenta envuelta en escándalos, sexo, alcohol, drogas y, con frecuencia, al margen de la ley, le hicieron famoso y rodeado de morbo a causa de sus tempestuosos amores con el joven poeta, de apenas diecisiete años, Arthur Rimbaud, por el cual abandonó a su esposa e hijo para irse a vivir con él a Inglaterra. Cuyas relaciones, inestables y turbulentas, acabaron cuando un día, borracho y desesperado de celos, armado de un revólver…

Verlaine y Rimbaud

Verlaine y Rimbaud

          Verlaine era el arquetipo de poetas decadentes franceses, un artista de alma oscura y torturada, de vacío existencial e inconformismo, obsceno e ilegal, mostrando un desdén absoluto por las normas de la sociedad, propio de los poetas decadentes franceses surgidos a finales del siglo XIX. Bohemios, bebedores de absenta, que se reunían envueltos entre el humo del tabaco y opio en oscuros salones llevando vidas tumultuosas cargadas de excesos sexuales.

          De ahí la publicación de una de sus obras más famosas: Los poetas malditos (Les poètes maudits), término de “malditos” que acuñó a la publicación de dicho libro, definiendo así a varios poetas franceses colegas suyos, tales como Mallarmé, Trista Corbière, Marceline Desbordes, incluso Rimbaud y él mismo.

          Pero, ¿quién era este poeta maldito, máximo exponente del movimiento simbolista y del decadentismo y la figura intelectual de mayor renombre de su época?

 

          Paul Marie Verlaine nació un 30 de marzo de 1844 en Metz, Francia. Hijo de Élisa Stephanie Dehée y de Nicolás-Auguste Verlaine, un oficial del ejército.

          Cursó estudios en el Liceo Bonapartiste de París y más tarde inició estudios de derecho. Gran lector de poesía romántica, sentía predilección por Víctor Hugo aunque luego se confesaría admirador de Baudelaire.

A UNA MUJER

A ti vuelan mis versos, por la consoladora

gracia de tus pupilas, por tu alma buena y pura,

donde el más dulce ensueño a veces ríe y llora…

A ti vuelan mis versos tan llenos de amargura.

¡Ay, me acosa esta horrible pesadilla cruenta

sin descanso, furiosa, loca, desesperada;

por doquiera que voy mi camino ensangrienta

y me muerde lo mismo que lobos en manada!

¡Oh, sufro mucho, sufro tan espantosamente

que el gemido primero que exhaló el primer hombre

casi es dulce en contraste con mi dolor sin nombre!

Y tus penas, querida, serán como un divino

tropel de golondrinas, que cruzan el riente

horizonte de un día dorado y septembrino.

          Gran parte de la infancia de Verlaine la pasó con una madre santiguándose ante los ídolos de los tarros colocados sobre la chimenea, conteniendo los fetos de dos de sus hijos nonatos, y de su padre, un viejo y lisiado capitán que había decidido morir viviendo lentamente. Triste panorama para el niño Paul.

          También el cuerpo del joven Paul, llegado a la adolescencia, sufriría cambios nada favorables. Su mirada se volvió vidriosa y huidiza y su pelo se volvió escaso, casi calvo, a más de una barba muy poblada y despeinada. Fue un joven físicamente maduro cuya vida transcurría entre tinieblas anímicamente, adicto a la melancolía y al alcohol, y llevando una vida disipada.

      No obstante, sus primeros poemas datan de 1858, escribiendo en cafés y relacionándose con otros poetas. Su primer poema apareció en la revista Revue du progrès moral en 1863, siendo sus primeras obras Poemas saturnianos (1866), sobre la fatalidad de los que nacen, como él, bajo el signo de Saturno, y Fiestas galantes (1869), rechazando el romanticismo.

Verlaine y Rimbaud

Verlaine y Rimbaud

          Con el fin de que sentara la cabeza, tanto la familia como los amigos, le buscaron un esposa y así, contrajo matrimonio el 11 de agosto de 1870 con Mathilde Mauté, que apenas tenía dieciséis años. Adicto al alcohol, durante dos años se mantuvo sobrio e intentó formar parte de una burguesía decente y llevar una vida sencilla y tranquila trabajando en una compañía de seguros  y luego en el Ayuntamiento.

EL HOGAR Y LA LÁMPARA

El hogar y la lámpara de resplandor pequeño;

la frente entre las manos en busca del ensueño;

y los ojos perdidos en los ojos amados;

la hora del té humeante y los libros cerrados;

el dulzor de sentir fenecer la velada,

la adorable fatiga y la espera adorada

de la sombra nupcial y el ensueño amoroso.

¡Oh! ¡Todo esto, mi ensueño lo ha perseguido ansioso,

sin descanso, a través de mil demoras vanas,

impaciente de meses, furioso de semanas!

 

          Hasta que apareció Rimbaud

ARTHUR RIMBAUD

          Una de las historias de amor más trágicas de la literatura francesa.

Rimbaud, dieciséis años. Rubio, de cabellos revueltos, ojos azules. Un efebo.

          Verlaine, conmovido por su extrema originalidad y misticismo lírico, se siente deslumbrado al verlo aparecer en la estación de tren adonde fue para recibirlo habiendo recibido anteriormente una carta suya conteniendo unos poemas para pedir su crítica y solicitar su apoyo. Verlaine le contestaría: Ven, querida alma. Te esperamos. Te deseamos.

          Físicamente era alto, bien conformado, casi atlético. Su rostro tenía el óvalo de un ángel desterrado, los despeinados cabellos eran de un color castaño claro y los ojos de un azul pálido inquietante. Así lo describiría Verlaine en su obra Los poetas malditos.

          Deslumbrado, Paul Verlaine llevó a su casa al joven Rimbaud para presentarlo a su esposa Mathilde, quedándose con el matrimonio por espacio de tres semanas. Su personalidad madura, rebelde y curiosa enamoró al ya maduro poeta, ante los celos de la esposa que comenzó a descubrir su homosexualidad, hasta el extremo de abandonar a la misma y a su hijo e irse a vivir con el joven a Inglaterra, destapando así esa homosexualidad yacente.

          Comenzó pues una relación eléctrica entre ellos dos. Verlaine, alcohólico, depresivo y violento, encontró un compañero perfecto en Rimbaud, quien decía no a la familia a la tradición, a la religión, a la sociedad… Era el modelo de la rebelión juvenil. Un enfant terrible.

          En Londres frecuentaban los bares del puerto, las bibliotecas y los bajos fondos, llevando una vida libre y salvaje, casi de vagabundos, pasando sus horas bebiendo absenta y fumando hachís y opio.

Los pensadores Paul

          La relación, que ya empezara tormentosa, se volvió insoportable, unido ello a la penuria económica que sufrían. Peleas, gritos, golpes, hasta llegar al extremo de que Verlaine abandonó a su joven amante y se marchó solo a Bruselas.

          Rembaud, ya con dieciocho años, vuelve a la casa de su madre en Charleville, mientras Verlaine vuelve con su esposa, quien ya le había pedido el divorcio.

          Tras el rechazo de esta, Verlaine, con veinte años más que el muchacho, le escribe con objeto de que tengan un encuentro en un hotel de Bruselas. El adolescente acude contrariado negándose a la reconciliación y de nuevo se suceden los gritos, los celos, el sexo y los golpes. Rimbaud abandona la habitación pero cuando más tarde regresa, Verlaine, sumido en la depresión y el alcohol, desesperado, saca un revólver del bolsillo y le dispara dos tiros al joven. Una bala le hiere en la mano izquierda; la segunda no llega a alcanzarle.

          Tal arrebato lo llevó a pasar casi dos años en prisión. Durante su estancia en la misma, escribiría su colección Romanzas sin palabras (1874), basada en la relación con Rimbaud.

          Anecdóticamente, el revólver con que Verlaine disparó a Rimbaud fue subastado en 2016, pidiéndose por el mismo 60.000 euros.

          De Rimbaud diría más tarde Verlaine: Se ha dicho que Rimbaud fue una leyenda, pero para mí Rimbaud es una realidad siempre viva.

          Su historia hizo correr ríos de tinta e, incluso, en 1995 se rodó una película sobre estos dos poetas, Vidas al límite, basada en las cartas y poemas de ambos, cuyo protagonista fue Leonardo Di Caprio, muy elogiado por su actuación.

 

 SENTIMENTAL

Flechaba el crepúsculo sus luces postreras

sobre los nenúfares, entre junqueras;

los blancos nenúfares que tenían una

palidez heráldica de rayo de luna.

Junto al muerto estanque llora la sauceda;

yo voy silencioso bajo la arboleda,

en donde la bruma finge un inquietante

fantasma azulenco de voz sollozante.

Yo voy junto al triste lago de agua muerta,

con mi llaga viva, para siempre abierta;

los sauces se inclinan, y baja del cielo,

la sombra, el nocturno y estrellado velo,

que ahoga del crepúsculo las luces postreras

en el quieto estanque de espesas junqueras,

y blancos nenúfares soñadores de una

palidez heráldica de rayo de luna.

SU OBRA POÉTICA

Colección de Romanzas (1871), escrita durante su estancia en la cárcel y basada en su relación con Rimbaud.

Sabiduría (1881), poesía religiosa, al buscar el poeta refugio en el catolicismo.

Amor (1888), elegías dedicadas a su alumno Lucien  Letinois.

Antonio y ahora (1884), colección de poemas simbolistas.

Memorias de un viudo (1886).

Mis hospitales (1891).

Confesiones (1895).

A más de los poemas sueltos que forman una buena colección.

PROSA

Los poetas malditos (1884), obra crítica.

Louise Leclerq (1886).

Memorias de un viudo (1886).

Mis hospitales (1891).

Mis prisiones (1893).

Quince días en Holanda (1893).

Por citar algunas de sus obras.

Revólver con el cual disparó Verlaine a Rimbaud

Revólver con el cual disparó Verlaine a Rimbaud

NEVER MORE

¡Oh, recuerdos, recuerdos! ¿Qué me queréis? Volaba

un turbión de hojas secas; ponía el sol un brillo

de oro viejo en el bosque húmedo y amarillo,

y la fugaz llovizna de otoño sollozaba.

Íbamos los dos solos; su cabellera de oro

volaba loca al viento. Cual nuestra fantasía.

-¿Cuál fue el día más bello de tu vida?- decía

junto a mí, con su acento angélico y sonoro.

Respondió a su pregunta mi sonrisa discreta;

después, devotamente, con gesto de poeta,

besé su mano blanca de dedos afilados.

¡Ah, qué fragancia tienen nuestras primeras rosas

y qué bien suena, como músicas deliciosas,

el primer sí que brota de unos labios amados!

SU MUERTE

 

Paul Verlain falleció el 8 de enero de 1896, a los cincuenta y dos años, en París, y está enterrado en el cementerio de Batignoles. Se habló de enterrar juntos a los dos amantes, Verlain y Rimbaud, a petición de 5.500 firmantes, entre ellos, la ministra de Cultura Roselyne Bachelot y algunos otros políticos que pedían la reunión de los dos importantes poetas de nuestra lengua, que enriquecen el patrimonio literario. Pero los familiares de Rimbaud se negaron a ello. Así pues, los dos poetas duermen el sueño justo en sus actuales tumbas: Verlain en París y Rimbaud en Charleville.

         Dos poetas. Dos vidas. Dos leyendas.

Carmen carrasco rCarmen Carrasco Ramos

Delegada Nacional de Poesía Granada Costa

Katena

Merendero

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