Al llegar las fechas de septiembre iniciamos una nueva época del año, que nos marca el comienzo de nuevos retos, unos retos que nos llevan por un lado a finalizar el año que transitamos, mientras otros retos finalizarán cuando el verano asome por la ventana.

Podríamos decir que el inicio de curso es un periodo que nos sirve para planificar y consolidar las iniciativas y proyectos que verán la luz en los próximos meses, en este sentido es bueno hacer una pequeña reflexión sobre los objetivos que tenemos delante y que se deben afrontar en una división que debe hacerse en tres periodos.

Algunos pensaran, y porqué tres periodos, el primero de los periodos y que corresponde a este inicio de curso es el de la planificación, donde se sentarán las bases del proyectos o iniciativa y servirá para poner los mimbres necesarios para la ejecución del mismo una vez finalizada esta etapa de planificación que nos llevará a finales de año.

El segundo periodo es el de ejecución, que lo podríamos abarcar hasta la Semana Santa, donde se completan todas las tareas encomendadas y se transmite ese proyecto trabajado en los meses previos.

Para los que leen entre líneas, y como no podía ser de otra manera, hablamos del inicio de curso cofrade, que puede extrapolarse a otros ámbitos con sus características particulares y que en definitiva tendrán también una división en tres periodos, planificación, ejecución y balance o resultados.

En nuestro caso de los preparativos de la Semana Santa, ahora se ha iniciado la planificación, para preparar y ejecutar en la Semana Grande Cristiana y posteriormente a la Pascua hacer balance de los objetivos y retos asumidos.

En este último periodo que dará inicio después de la Semana Santa, es también de suma importancia, por su valor añadido para la planificación posterior que será el próximo año, es ahora cuando valoramos con gratitud las aportaciones realizadas en este periodo posterior y que nos sirven para planificar y no cometer los mismos errores que en ocasiones anteriores.

Como se puede apreciar, todo es un ciclo, que se retroalimenta constantemente, siempre con ese ánimo de mejora para alcanzar el sobresaliente o matrícula de honor al final de curso, es por ello que no queda más que desear para todos un próspero y gran curso que ahora iniciamos.

José Manuel Gómez

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