El hidalgo, poema de Loli Rivera

EL HIDALGO

De grandiosas ilusiones

construyó su extensa historia,

Don Quijote le llamaron,

con fantasía ingeniosa

se enfrentó a grandes eventos,

unas veces con victoria

y otras a palos huyendo.

Incluyó en su trayectoria

el amor de Dulcinea,

cuya belleza imperiosa

al buen hidalgo guio

en toda su trayectoria.

El poema “El Hidalgo” de Loli Rivera es un homenaje lírico a Don Quijote de la Mancha, el célebre personaje creado por Miguel de Cervantes. Rivera captura la esencia del caballero andante con una brevedad y precisión que resalta tanto su carácter idealista como sus aventuras llenas de contrastes.

Desde el comienzo, el poema enmarca a Don Quijote como un personaje de “grandiosas ilusiones”, sugiriendo una visión noble y ambiciosa de la vida. Esta construcción de su “extensa historia” a partir de ilusiones resalta el aspecto quijotesco de transformar la realidad a través de la imaginación, una característica central del personaje.

La mención de su nombre, “Don Quijote”, y la descripción de su “fantasía ingeniosa” subrayan su distintiva habilidad para ver el mundo de manera diferente, enfrentándose a eventos que oscilan entre lo real y lo imaginario. Rivera destaca esta dualidad con la imagen de un Don Quijote que a veces obtiene “victoria” y otras huye apaleado. Esta dicotomía refleja la mezcla de éxitos y fracasos que define sus aventuras, enfatizando la valentía y la vulnerabilidad del personaje.

El poema también incorpora el amor idealizado de Don Quijote por Dulcinea, describiendo su “belleza imperiosa” como una guía constante en la vida del hidalgo. Esta devoción a Dulcinea no solo motiva sus acciones, sino que también simboliza su búsqueda de un ideal más elevado. La trayectoria de Don Quijote, marcada por su amor por Dulcinea, encapsula el tema del amor cortés y la aspiración a un ideal inalcanzable.

Rivera logra, en pocos versos, capturar la esencia multifacética de Don Quijote: su nobleza, su locura, sus triunfos y sus derrotas. La estructura del poema es sencilla pero efectiva, utilizando un lenguaje claro y evocador para rendir homenaje a uno de los personajes más icónicos de la literatura. Al finalizar, el poema deja una impresión de admiración y respeto hacia el hidalgo, destacando su legado perdurable como símbolo de valentía, amor y la inquebrantable fuerza de la imaginación.

En resumen, “El Hidalgo” es un tributo poético que celebra la vida y las hazañas de Don Quijote, resaltando sus cualidades heroicas y humanas. Rivera, a través de su concisa y evocadora poesía, logra transmitir la grandeza y la complejidad del personaje, haciendo eco de la obra inmortal de Cervantes.

Proyecto de Cultura Granada Costa