CÓMO INTERPRETAR LOS VALORES DE UN ANÁLISIS DE SANGRE (III)

Dr. Juan Gustavo Benítez Molina

Málaga

 

La bioquímica está constituida por los siguientes elementos:

12) Glucosa (Glu) (de 70 a 100 mg/dl). Es la medición que tenemos del azúcar en la sangre. Se debe realizar en ayunas, es decir, sin ingerir ningún alimento sólido ni líquido en las 8 horas previas a la extracción de la muestra de sangre. Si el resultado está por debajo de 70 mg/dl, podemos hablar de hipoglucemia. Lo normal es tener de 70 a 100 mg/dl. Valores comprendidos entre 101 y 125 mg/dl, ya nos pueden estar avisando de que tenemos que hacer algo para prevenir el inicio de una posible diabetes. En este caso, se habla de prediabetes, lo cual significa que tu nivel de azúcar en sangre es mayor que el normal, pero no lo suficientemente alto como para considerarse diabetes. Indica, pues, una mayor predisposición y una advertencia. No obstante, si cambiamos nuestros hábitos alimentarios, mantenemos un peso saludable y realizamos ejercicio físico, muy probablemente estos valores bajen por sí solos. Mientras que, si seguimos comiendo alimentos ricos en azúcar y llevamos una vida sedentaria, puede que las cifras aumenten con el paso del tiempo. Si estas suben por encima de 126 mg/dl, ya sí que tendremos que tener mayor cuidado. Y es que, de hecho, si en dos análisis de sangre diferentes (dos análisis realizados en distintas fechas) aparecen valores por encima de 126 mg/dl, ya sí se puede hablar con certeza de diabetes. El médico, entonces, ya podrá hacer constar en sus informes que usted ha sido diagnosticado de diabetes. Finalmente, decir que, si en una única analítica, las cifras de glucosa están por encima de 200 mg/dl, automáticamente, se llega también al diagnóstico de diabetes, sin ni siquiera precisar un segundo análisis de sangre.

13) Hemoglobina glicosilada (HbA1c) (de 4 a 6 %). Mide el nivel promedio de azúcar en la sangre durante los últimos tres meses. Así pues, es un parámetro que refleja cómo ha sido el control de la diabetes los meses anteriores a la realización de la prueba. De este modo, el paciente no puede engañar al médico si los tres meses previos no ha estado efectuando bien la dieta o siguiendo de forma correcta el tratamiento. No bastará con hacer dieta la última semana o los últimos días antes de acudir a la cita con el doctor, ya que la hemoglobina glicosilada actuará de chivato. Es el amigo soplón del médico. Lo ideal, en los pacientes diabéticos, que están muy bien controlados, es que esta HbA1c esté siempre por debajo de 6,5 %. En los pacientes prediabéticos suele estar entre 5,5 y 6,5 %. Mientras que en aquellos enfermos en los que aparezca una HbA1c por encima del 7 %, el profesional médico sabrá que hay algo que estos no están haciendo bien: ya sea porque no están efectuando bien la dieta, que están tomando mal la medicación o que requieren mayor cantidad de insulina.

Imagen Cómo Interpretar los Valores de un Análisis de Sangre (III)

14) Colesterol total (de 120 a 200 mg/dl). Es la suma del colesterol LDL o malo y del colesterol HDL o bueno. El colesterol es una sustancia grasa natural que es necesaria para el correcto funcionamiento del organismo. La mayor parte del colesterol que tenemos se produce en el hígado. Mientras que una pequeña cantidad la obtenemos a través de determinados alimentos. Esto explica el hecho que muchas personas que refieren comer sano tengan los niveles de colesterol elevados. Por muy saludable que coma, es su hígado el que se encarga de producirlo en exceso. ¿Genética? ¿Metabolismo? ¡Qué duda cabe de que todo influye y de que cada organismo es diferente!

15) Colesterol LDL (de 70 a 120 mg/dl). Es el llamado colesterol malo. Se encarga de transportar el colesterol nuevo desde el hígado a todas las células del cuerpo. Es, por tanto, el que se deposita en las paredes de las arterias y forma las temibles placas de ateroma, responsables en primera instancia de los infartos.

16) Colesterol HDL (superior a 35 mg/dl en el hombre y a 40 mg/dl en la mujer). Es el denominado colesterol bueno. Se encarga de recoger el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado. Una parte será nuevamente almacenada en el hígado, mientras que otra será excretada al exterior a través de la bilis. Así, pues, es bueno tener el colesterol HDL elevado. Esto hará que nuestro cuerpo elimine más cantidad de colesterol y no se acumule en las paredes de nuestras arterias. Muchas veces se deposita en las paredes del hígado, el gran sintetizador de colesterol, dando lugar al ya archiconocido “hígado graso”. Las mujeres suelen tener los niveles de HDL más elevados que los hombres debido a que presentan mayores niveles de estrógenos, los cuales favorecen su formación. Así, hasta la menopausia, las mujeres presentan menor riesgo cardiovascular que los hombres. Sin embargo, una vez llega la menopausia, los estrógenos comienzan a descender. Será entonces cuando el riesgo cardiovascular, la posibilidad de tener infartos, se iguale en hombres y en mujeres.

17) Triglicéridos (menos de 150 mg/dl). Tanto los triglicéridos como el colesterol son diferentes tipos de grasas que circulan en la sangre. Ambas se diferencian en que mientras que los triglicéridos almacenan las calorías no utilizadas en forma de grasa y proporcionan energía al cuerpo, el colesterol se encarga de construir células y determinadas hormonas. De este modo, cuando comes, el cuerpo convierte todas las calorías que no necesitas usar de inmediato en triglicéridos, los cuales se almacenan en las células grasas. Posteriormente, ciertas hormonas podrán liberar triglicéridos de nuestro tejido adiposo con el fin de obtener energía, en el caso de que precisáramos esta en el tiempo de ayuno. Esto sucede típicamente cuando una persona es sometida a una intervención quirúrgica. Transcurren muchas horas sin que el paciente ingiera ningún alimento. No obstante, no habrá ningún problema, ya que, como ya hemos mencionado, extraerá la energía de los triglicéridos que puebla nuestros “michelines”. Si te acostumbras a ingerir más calorías de las que gastas, sobre todo si es a través de alimentos ricos en hidratos de carbono, habrá más posibilidades de que tengas los triglicéridos elevados (hipertrigliceridemia). El tener los triglicéridos altos implica mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, así como más posibilidades de desarrollar una posible pancreatitis (inflamación del páncreas). Los triglicéridos, al igual que el colesterol, también se producen en el hígado. De ahí, que sea tan frecuente que encontremos personas que siguen una dieta muy sana y, sin embargo, padecen de hipertrigliceridemia. No es solo cuestión de lo que comemos. Nuestro hígado, nuestros genes, también tienen su parte de culpa.

18) Transaminasas. Las transaminasas hepáticas son una serie de enzimas (trabajadores del hígado), que tienen como función el colocar unos determinados aminoácidos (las partes que conforman una proteína) de una manera concreta. De este modo, se lleva a cabo la síntesis proteica, es decir, la fabricación de las proteínas que resultan necesarias para nuestro organismo. El paciente no se debe preocupar si alguna vez, y de forma puntual, se elevan un poco las transaminasas. El médico deberá repetir el análisis de sangre pasado un tiempo, y lo más probable es que estos parámetros hayan vuelto a sus valores normales. Si, por el contrario, siguen elevados en posteriores analíticas, se deberán solicitar más pruebas a fin de dilucidar la etiología de dicha alteración. Hay muchas causas que pueden conducir a una elevación de estas enzimas. Citamos las más importantes: tener sobrepeso o un hígado graso, la toma de ciertos medicamentos, el consumo de alcohol, sufrir daños musculares (ya sea por traumatismos, realizar ejercicio intenso o padecer enfermedades musculares), tener determinadas infecciones, anemia o algún tipo de hepatitis (A, B, tóxica o autoinmune). Las transaminasas más conocidas son:

18.1) GOT o AST (de 6 a 40 UI/L). Esta enzima se encuentra en el hígado, en el corazón, en los riñones, en el cerebro y en los músculos. Si la GOT resulta ser más del doble que la GPT, esto suele indicar que el paciente consume de forma habitual grandes cantidades de alcohol.

18.2) GPT o ALT (de 6 a 40 UI/L). Esta, en cambio, está presente en concentraciones mucho más elevadas en el hígado que en los demás tejidos.

18.3) GGT (de 6 a 50 UI/L). Esta enzima se encuentra principalmente en el páncreas, corazón e hígado. Su elevación suele indicar que hay problemas en el hígado o bien una obstrucción biliar.

Continuará…

 

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