COCO CHANEL Y JEAN COCTEAU
“La belleza comienza en el instante en que decides ser tú misma” (COCO CHANEL)
El mes pasado tuve la ocasión de asistir a una exposición antológica titulada:” UN RECORRIDO POR LA HISTORIA DE LA MODA EN EL VESTIR”. Dicha exposición me transportó a los años en que la mujer seguía dos tendencias principalmente: por un lado lo clásico, y por otro, lo moderno, es decir, la moda y las nuevas tendencias que a toda mujer le gusta llevar. Sobre el vestir en la mujer se puede hablar mucho y se han escrito ríos de tinta en los últimos siglos y en las últimas décadas; y actualmente, ¡¡qué periódico, revista o suplemento no habla de moda!!
El vestido en la mujer ha sufrido grandes transformaciones, sobre todo a partir del siglo XIX, como vimos en dicha exposición: variación en las mangas, cuellos, el largo, el color y sus combinados, el corte, etc. Fue un enorme placer contemplar el trabajo y la imaginación de los grandes maestros de la alta costura que ha habido a los largo de muchos años, tanto en España como en Italia o París, entre otros. Por todo ello, cada año y cada temporada escuchamos: “esto está de moda”, “las modas vuelven”, “este año se lleva el color tal o cual”, ¿Y por qué? Porque ya se llevaron en los años 30, 40, 50, 60 … del siglo pasado, y se repiten de nuevo. Y también porque se recurre una y otra vez a las grandes maestras como por ejemplo a Coco Chanel, nuestra protagonista de hoy.
COCO CHANEL: PIONERA Y ROMPEDORA
Gabrielle Bonheur Chanel (Samur, Francia 1883 _ París 1971) éste era el verdadero nombre de Coco Chanel, cambiado en su juventud cuando empezó sus pinitos de artista y a romper con su pasado. Aprendió a coser en un pequeño taller de la calle Cambon de París, que con el tiempo llegaría a ser uno de los más famosos. Así superaría la traumatizada y dura infancia que pasó en un orfanato cisterciense abandonada por su padre al que nunca más volvería a ver. Coco que tenía una gran capacidad creadora empezó diseñando sombreros adornados con plumas, frutas y otros llamativos motivos que la harían mundialmente famosa y que deseaban llevar todas las damas de la nobleza francesa. Y fue gracias a su amigo Étienne Balsan, un joven burgués adinerado, el que le financió su primera tienda: una sombrerería en una céntrica calle de París.
Acabada su relación con Balsan, se enamora de Artur Boy Capel con el que estableció “LA CASA CHANEL” de la rue Cambon, que durante más de 30 años llegaría a ser el imperio más grande del mundo.
Quizás, el temperamento y todo lo que después fue Coco lo había heredado de su abuela materna, excelente y exitosa cantante lírica: atrevida, moderna y liberal para su época.
En seguida Coco Chanel pasó de los sombreros a los vestidos. Le encantaba viajar y conocer otros ambientes; y en un viaje a Italia conoció a J. Mª. Sert y a su esposa Misia, que le introdujeron en el mundo del buen gusto, del arte y del pensamiento. Su nombre aparecía junto a Stravinsky, Picaso, Diaglilev, Jean Cocteau, etc.
La aristocracia francesa se desvivía para que Coco acudiera a sus salones. Comenzaba su época dorada.
Así convertida en una mujer rica, famosa e independiente cambió de estatus social. Se enamoró de un millonario duque inglés con el que convivió más de una década, el duque de Westmister, que aunque no llegaron a casarse, sí era reconocida y respetada por todo el personal que la rodeaba. Y he aquí una anécdota contada por ella misma, dijo:”hay muchas duquesas de Westminster pero una sola Chanel”.
SU AMISTAD CON JEAN COCTEAU
Los duros comienzos y las dificultades personales de estos dos genios les sirvió de vínculo para una mutua admiración y cariño. Compartieron vivencias y trabajo y marcaron una huella imborrable (a seguir), una escuela. Los dos se mostraron sin máscara de ninguna clase. Él vivió abiertamente su homosexualidad y ella su genialidad creadora. Cocteau la respetaba y admiraba a la vez, la introdujo en el círculo de sus amistades y le dio cabida en un mundo de grandes músicos, escritores, pintores y actores del momento. Permitió que su talento floreciera y la reconoció como la mejor en su oficio. Tanto fue así que Cocteau le encargó la confección del vestuario de “ANTÍGONA”, estrenada en París en 1922. Es sabido que el personaje femenino de la obra suscitó una fuerte identificación con la diseñadora.
El vestuario de “ANTÍGONA” fue extraordinario, muy bien adaptado a la época y al personaje. Fue tejido con motivos inspirados en ánforas griegas y lana virgen sin teñir para retener la fuerza primitiva de Antígona, y descartó los drapeados clásicos. En definitiva, el vestuario reflejaba el sentido trágico de la obra. Chanel se vio identificada con esta heroína joven y rebelde que después de perder a sus padres, renuncia al matrimonio y a la maternidad.
Coco fue felicitada por toda la prensa. Vogue lo resumió así:” Chanel se volvía griega sin dejar de ser Chanel”.
La anécdota de la noche del estreno fue la siguiente: “la noche del estreno Coco no pudo con su genio y tras notar un fallo en la capa de Antígona, tiró furiosa del hilo hasta inutilizar la prenda”.
Al año siguiente del estreno de Antígona, muere de tifus el joven amante de Cocteau, Raymon Radignet, promesa de las letras, y Chanel paga el funeral así como también la desintoxicación de Cocteau que había caído en la droga a causa de tan dolorosa pérdida. Ella ya había pasado por una situación similar cuando perdió a su amigo-amante Capel, en un accidente, fue el gran amor de su vida, lo resumió así:”cuando ya tenía todo, perdí todo también”.
Sigue cosiendo para Cocteau; rescata el color negro relegado para el duelo en la obra “Petite Robe Noire” (su vestidito negro), que por su bajo coste los americanos bautizaron como “el Ford de Chanel”.
A estas alturas Coco Chanel había financiado en secreto la puesta en escena de “PARADE”, de Diaglelev, creador de los ballets rusos cuyo libreto era de Cocteau y la música de Satie.
Su talento ya se había descubierto ante el gran público y sus afinidades con Cocteau también. Éste dijo:”La hija de Edipo no puede vestir mal. Chanel es la mejor modista del mundo”. Según él trabajaba la moda con reglas que sólo valoraban los pintores, los músicos y los poetas.
Después hizo el vestuario de “Orfeo” y el del ballet “El tren Azul” de Diaglelev en 1924. Aquí Coco improvisó ropa de playa. Los bailarines iban con gorros, gafas de sol, raquetas, cigarrillos…lo que causó gran sensación y expectación.
Cocteau aprovechó el momento para que Chanel enviara ropa semanalmente al Ejército, y llegó a decir:”Es la única mujer en Francia capaz de organizar bien una cosa semejante”. Desde luego que fue sin duda, el batallón mejor vestido de la II Guerra Mundial.
Chanel aprovechó las oportunidades que le dio Cocteau para desarrollar su talento en la creación de vestuarios y ella dejó volar su imaginación más allá de los cauces estrictos de la moda.
Extendió su leyenda más allá de la ropa y se convirtió en un icono: un icono inolvidable. Su estilo era y es inconfundible e innovador:
-Fue la primera en usar gafas
-cortarse el pelo a lo “garçon”
-lucir bronceada cuando esto era signo de plebeyez
-colgarse el bolso
-llevar pitillo en la boca, ropa flexible y de punto
En definitiva, libertad de movimientos.
Coco era ya una leyenda a la que no fue ajena a estas famosas declaraciones de Marilyn Monroe: “¿Cómo se viste usted por la mañana?
-Me pongo una falda y un pullover.
-¿Y después de comer?
-Otra falda y otro pullover.
-¿Y por la tarde?
-Lo mismo pero de seda.
-¿Y por la noche?
-Cinco gotas de Chanel nº 5.
Chanel era enormemente genial e imaginativa. Destacamos algunas de sus famosas frases:
” La moda se pasa de moda, el estilo jamás”, “Viste vulgar y sólo verán el vestido, viste elegante y verán a la mujer”, “Sólo tomo champagne en dos ocasiones, cuando me enamoro y cuando dejo de estarlo”, “La coquetería es la conquista del espíritu por los sentidos”, “El perfume anuncia la llegada de una mujer”…
Coco después de la II Guerra Mundial cerró sus talleres y se dedicó a vivir de los perfumes. Murió a los 88 años en el hotel Ritz de París donde vivió durante mucho tiempo.
COCO CHANEL una mujer que demostró que era capaz de hacer cosas importantes igual que los hombres. Una mujer que a pesar del paso del tiempo sigue conquistándonos.
Aurora Fernández Gómez
Una mujer extraordinaria y has contado su historia de una forma muy amena y entretenida, las anécdotas son geniales
Gracias
Gracias por tu comentario Beatriz.
El perfume No 5 de Coco Chanel es una icónica fragancia, sinónimo de lujo y elegancia, que ella regalaba a sus clientas en París.
Lo definió como “el complemento a la hora de vestirse”.
Bonita interrelación de personajes. Y, cierto, Coco rompió la rigidez en el vestir femenino y desecho los corses como cosa del pasado. Enhorabuena por el artículo y a Coco por sus aciertos
Totalmente de acuerdo. Muchas gracias M. Teresa por tu comentario.
Un buen trabajo, enhorabuena.
Gracias Ángeles