AMY WHINHOUSE. Un grito silencioso.

Hace ya unos doce años se sumó a la larga lista del “Club de los 27”, una de las mejores voces del siglo XXI. Una chica blanca, de un barrio de Londres, que cantaba blue y jazz como los ángeles. No voy a contar su biografía, tampoco su carrera musical, aunque podría, porque por desgracia fue bastante breve. Lo que si me gustaría explicar (Siempre desde un punto de vista personal como sabéis), es que nacer con un “don”, con una alta sensibilidad u otras capacidades diferentes, te pueden dar el éxito, pero no la felicidad. El éxito no es para las personas sensibles, la fama no es para las almas libres, la popularidad no es la meta de quien entiende la vida solo con los sentimientos.

            Amy, nació, “podemos decir” que en una familia donde no se podía adivinar el fatal desenlace de su vida, un hermano mayor, una madre farmacéutica y un padre taxista, de religión Judía y conservadores. Aunque siempre se supo que era una chica diferente. Su rebeldía, la llevó a ser expulsada del colegio, a tener más problemas de lo normal o incluso a los 9 años intentar acabar con su vida. Ésto último es cierto que está un poco cogido con pinzas, porque justo fue cuando sus padres se divorciaron que Amy realizó dicho acto, por lo que no deja de ser una llamada de atención. Pero con nueve años, llamar de esa manera la atención, es cuanto poco inusual.

Lo que no podemos coger con pinzas, es que tenía un gran problema de autoestima. Dicho por ella misma; “A mayor volumen en mi pelo, mayor es mi inseguridad en ese momento”. También tenía problemas de bulimia, a lo que los padres nunca le hicieron caso y por supuesto problemas con el alcohol, donde aquí solo fue al parecer su discográfica la que intentó ayudarle, pero su padre se negó en rotundo y trató de convencerla de que no ingresara en un centro de desintoxicación. Y lo consiguió. De hecho tenemos una canción donde lo explica bastante bien.

            En su último concierto: El 18 de Junio de 2011, en Belgrado, Serbia. ¿Era necesario el abucheo que sufrió por parte del público? ¿Era necesario que se subiera al escenario? ¿De verdad se merecía eso? ¿Tan mal se comportó Amy con sus seguirdores y con la prensa en su carrera profesional? Porque yo creo que no, era una joven humilde y bastante sencilla. Para nada arrogante ni subida de orgullo. Todos los intereses externos que la llevaron a mantenerse en lo alto del escenario eran de tipo económico, la discográfica por sus contratos y los asistentes por sus entradas. ¿Vale la vida de una persona la entrada de un concierto? Por favor busquen las imágenes, verán a una mujer de 27 años, abrazándose a si misma, llorando, mientras todo el mundo la abuchea (Yo veo a una niña aterrada de no más de tres años). ¿Que estaba colocada? Si. Pero, ¿Que lleva a las personas a querer evadirse de la realidad?

            Amy siempre fue un alma libre, como he dicho antes rebelde, no encajaba en ningún sitio, siempre andaba de acá para allá, pero solo la música la tranquilizaba, cantar en directo era lo que la hacía relajarse. Escribir sus canciones era la única manera que Amy tenía para pedir ayuda. Evidentemente no de manera consciente aunque si de alguna otra manera.

            Gustó su voz, gustó su estilismo, gustó su personalidad, gustó su sencillez, pero sobre todo gustaban sus letras. Era poesía pura, escrita con sangre del corazón. Su padre dijo una vez: “ ¿Va a tener que enamorarse y pasarlo mal para volver a sacar otro buen disco?” ya ven ustedes el tipo de padre que tenía. Creo que esta frase lo define bastante bien. O cuando Amy le preguntó “Papá, crees que debo entrar en un centro de rehabilitación?” y éste le contestó que sería una muy mala imagen para su carrera y la discográfica.

            Estoy segura de que ayudó a muchas personas con sus letras y su música, a muchas no, a miles. Pero ¿Quien la ayudaba a ella?

¿Por que nos cuesta tanto al ser humano ayudar sin que nos lo pidan, y aunque nos lo pidan?

Evidentemente un alma y una persona como Amy es un imán perfecto para las personas tóxicas, estas que te hacen sentir mal, que no te valoran, que te humillan, te desprecian, te aman a la vez, se encargan de ser tu mundo por completo. Para alguien que se siente inferior y tiene inseguridades, tener a una persona así al lado es estar como “pez en el agua”. Sí, me refiero a su marido, a quien no pienso nombrar. Es cierto que ambos tenían problemas de adicción. Pero él las tenía por placer, ella por inestabilidad mental. NO es lo mismo.

            Tres botellas de Vodka le bastaron para descansar eternamente un 23 Julio de 2011. Ha quedado como un icono de la música y supongo que está bien, valía para ello. Pero yo sigo viendo a esa niña de tres años en lo alto del escenario, asustada, llorando y abrazándose a sí misma, mientras todo el mundo pide que cante, cuando ella solo quería llorar. O más bien un abrazo que nadie le dio. Más de 20,000 personas, más de 40,000 ojos viendo a una “niña” llorar, y nadie supo sacarla de allí. Nadie se subió a abrazarla.

He leído por ahí, que era incontrolable, que hacía lo que quería, que nadie podía frenarla, que solo era cuestión de tiempo y se veía venir. Pues claro que sí, era una rebelde porque este mundo se le quedaba pequeño, y esta sociedad le sobraba.

¿Sabéis quien dijo esas palabras? Su madre.

Después de éste texto, y de estas dos frases tan características de sus progenitores, ¿Os hacéis una idea del problema que podía tener Amy Whinhouse?

Para mí, no era un alcohólica ni una adicta. Adictos somos todos a algo. Para mí era un alma incomprendida demasiado sensible para éste mundo, que solo quería amar y ser amada, pero que no le enseñaron a hacerlo jamás en su vida y nunca supo como pedir ayudar, o peor nunca supo que podía hacerlo.

            Lo siento, pero no se me va de la cabeza esa imagen de ella abrazándose a sí misma en el escenario.

La vida de los demás no es responsabilidad nuestra, eso es cierto. Pero pienso que no cuesta nada ayudar, cuando creemos que alguien, lo está pasando mal.

Ana Calvo

4 thoughts on “AMY WHINHOUSE. Un grito silencioso.

  1. Enternecedor artículo Ana … qué pena que nadie ayudara a ésta mujer. Un alma solitaria y sufriente. Después de tantos años de su muerte sigue en mi recuerdo … Desde luego, ya descansa en Paz.

  2. Para mí, que tenía una vida de “niña” en un cuerpo de mujer.
    Sí desde pequeña fue insultada y de mayor se dió a la mala vida,era un cóctel explosivo.
    Pero no se puede negar su talento.
    Estés donde estés, gracias

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