UNA PLUMA DE MALLORCA A MOLVÍZAR: RAÍZ FLAMENCA DE ÓPERA Y MÚSICA DE CÁMARA III
Siglo de oro en la lengua Castellana del Flamenco
SIGLO XX DEDICADO EN EXCLUSIVA A EDITORIAL GRANADA COSTA
RAÍZ FLAMENCA DE OPERA Y MÚSICA DE CÁMARA III
Dedicada a los lectores de nuestro periódico Granada Costa y en atención al “Profesor- Cantaor de Música y Poesía” Dr. Alfredo Arrebola.
Mi estimado profesor, cuando navegamos por las páginas de la “Historia de Raíces Flamencas y de Música”, qué nos importa el folio o el libro. Donde expresamos nuestra capacidad de entendimiento y, escribimos nuestra sencillez, con la fuerza y coraje de nuestra creación, como Vd. sabe lo hicieron los babilonios.
Los babilonios se convirtieron en una potencia dominante gracias al rey Hammurabi (1729-1686 a.C.), bajo su reinado se fundó un Estado fuerte y capaz de forjar la prosperidad de las artes y las ciencias de Babilonia. También llevó a cabo un proceso de sustitución de las numerosas divinidades sumarias y acadias por el único dios Marduk y la diosa Ishtar, e hizo redactar un código legal el más antiguo del mundo (282 proposiciones) que representó un evidente progreso respecto a las anteriores codificaciones sumerias. De esta época se poseen documentos administrativos y diplomáticos, epístolas particulares, contratos de negocios, sentencias judiciales. Todo ello de más valor histórico y sociológico que propiamente en su esplendor literario.
El pensamiento antiguo de la historia y su esplendor está en la Edad clásica de Atenas, vencedora de las guerras médicas sostenidas contra los persas, Victoria de la libertad, Grecia se adentra en un siglo de esplendor político que va acompañado de una revolución intelectual sin precedentes. Se abre en Atenas un periodo que se conoce como “el Siglo de las Luces”, porque en él se dan dos de las características que encontramos en el s. XVIII europeo: el racionalismo y el entusiasmo por los descubrimientos intelectuales. Un conjunto de factores decisivos confluyeron para crear una situación favorable al desarrollo político y artístico. El uso más frecuente de la moneda, la multiplicación de los intercambios, las críticas formuladas por pensadores como Heráclito y Jenófanes contra las creencias tradicionales, rompieron los moldes de la vieja educación aristocrática, fundada sobre cultura de las virtudes naturales hereditarias y la imitación del pasado. En esta época se fundan las llamadas “Ciencias Sociales”, tales como la psicología, la sociología, la política y la moral. Se cree en el progreso y la historia no se ve con el pesimismo que caracterizaba a Hesíodo. La medicina dejará de ser una práctica mágica para convertirse en una terapéutica que incluye algunos remedios naturales, siendo su fundador Hipócrates.
Si hablamos de las raíces doctorales del Flamenco no debemos de olvidar las “Ciencias Sociales” de la ilustración de la psicología musical donde nos dice el profesor señor Arrebolo en su lectura de Prologo: “Estos estudios nos han facilitado, en la medida de lo posible, un mejor conocimiento de sus orígenes y evoluciones, de las gentes que lo cultivaron y lo enriquecieron de su geografía y de los lugares que se ha venido practicando a lo largo del tiempo como es la Opera Flamenca:
Entre los años 1920 y 1955, se celebraban espectáculos flamencos en las plazas de toros y en teatros. A dichos espectáculos se les conoció como La Ópera Flamenca.
En el año 1922 Manuel de Falla y Federico García Lorca, convocaron un concurso de cante jondo en Granada. Ellos concebían el flamenco como un folclore y no como un género escénico. Tenían la preocupación de que se perdieran las raíces más hondas y puras del flamenco. Por ese motivo, organizaron este concurso en donde sólo participasen aficionados. Se excluyeron los cantes de cantiñas y cantes festeros. El jurado lo presidió Antonio Chacón, primera figura del cante en aquel entonces. Los ganadores fueron “El Tenazas”, cantaor retirado de Morón de la Frontera, y un niño de Sevilla con tan sólo 8 años, Manuel Ortega. Éste último pasó a la historia como Manolo “Caracol”.
Con la Ópera Flamenca, llegó una época de creatividad abierta, que conformó la mayor parte del repertorio del flamenco. Destacaron grandes figuras como Manuel Torre, Antonio Chacón, Pepe Marchena, la Niña de los Peines, y Manolo Caracol.
También el profesor Martínez Hernández en su lectura del “Libro Raíz Flamenca” nos dé muestras de las diversas tradiciones musicales de las que se ha alimentado su increíble riqueza estilística y el inmenso valor poético de sus coplas, que se insertan en la mejor tradición de la poesía popular y “Música de Cámara” española…
El conocimiento de la música de cámara se puede afirmar que se interpreta siempre con un grupo reducido de instrumentos, para solistas, cuya ejecución se denomina recital. Los instrumentos varían en número, de dos a diez, y se pueden incluir al piano, la familia de las cuerdas, de la madera, del metal e incluso de la percusión. Buena parte del repertorio camelístico se escribió para interpretar aficionados y entusiastas, cuyo objetivo era el deleite y el disfrute de un grupo de amantes de la música del temple de “Guitarra”. Por ello, la música de cámara expreso los sentimientos más íntimos artísticos de sus orígenes del beato y su gran concierto.
En los orígenes de la música de cámara era corriente que durante el último Renacimiento, la educación musical integrara los estudios de la nobleza y de los cortesanos. Un buen cortesano, según Baltasar de Casteglione, debía no solo leer música, sino tocar algún instrumento. Independiente mente de la realidad efectiva de dicha aseveración, lo cierto es que la nobleza gustaba de los cantos acompañados por instrumentos; era la dominada “canción polifónica”, incluso de varias voces y con más de un instrumento. El objetivo era el entretenimiento y la diversión de los ejecutantes. Estas canciones desembocaron en otras formas con mucho éxito y difusión en los salones barrocos del siglo XVII, como la canzona.
Durante el Barroco, la música de cámara se profesionaliza en alguna de sus formas, como la ópera ciertos géneros instrumentales y vocales, en este caso las dos formas más importantes de música de cámara, siendo la renacentista la cantata y el dúo, de indudable impronta italianizante. El violín virtuoso y sus intérpretes profesional sustituye a la viola ejecutada por los aficionados, sus intérpretes se convierten en músicos “de cámara” al servicio de la aristocracia y de los príncipes europeos, que se remontan de forma alternativa al movimiento romántico del siglo XX, de tradición eminentemente orquestal, unida a sus propuestas. El compositor romántico parte de un supuesto revolucionario “Flamenco” para la historia no sólo de la música sino también del arte. Creándose a partir de la libre inspiración del artista de sus más hondas emociones del cante flamenco y sentimientos de un exacerbado lirismo, o disconformes de opinión y de libertad.
DEUGLAS MOORE
“Cuyas propuestas dieron paso a la música romántica, que durante este periodo, vemos cómo se va acentuando el aspecto expresivo de la música, a expensas del formal, pero hay una vena clasicista que se continúa a lo largo de toda esta época, y que se hace muy evidente en las obras de Mendelssohn y Brahms, y a menudo llega a influenciar a los compositores más revolucionarios. Ella actuó como una fuerza frenadora de la exuberancia de la época. Quizás le debamos más a esta fuerza que a cualquier otra del valor duradero de la música del siglo XIX” (Douglas Moore).
Enrique Martínez de Barrax