LA IMPORTANCIA DEL IDIOMA EN VIAJES DE NEGOCIO

A lo largo de mi vida empresarial, utilicé como norma el título del presente escrito, como medio para conseguir relaciones fuera de nuestras fronteras. Antes de adquirir el billete del viaje, me imponía dos cuestiones fundamentales: saber el potencial y posibilidades del interlocutor con el que me encontraría sobre el producto que buscaba, y el idioma que hablaba.
En mis primeros años de joven empresario, tuve la suerte de defenderme con el francés y ello me ayudó en ciertos países lejanos como Canadá, Polinesia y algunas islas del Caribe. Y como lo consideraba imprescindible para conseguir mi objetivo, si se trataba del idioma inglés que yo no manejaba, buscaba una traductora preferiblemente femenina y moderadamente atractiva para que me acompañara en las primeras entrevistas. Para ello recurría al consulado o embajada que colaboraban eficazmente conmigo.
Como de todos es sabido, el idioma es fundamental en el mundo comercial y de los negocios; practicarlo con el interlocutor en la primera entrevista, se tiene ganada la apuesta y queda la puerta abierta para el futuro. A sensu contrario en ese primer encuentro, cuando se tiene que hablar por señas y gestos para intentar entenderse se hace complicada la relación.
Una magnífica prueba de cuanto digo, la tenemos los españoles en las relaciones comerciales con los países de centro y sudamericanos; concretamente en el caso de Perú, como el más eficiente productor de aguacate últimamente, fue visitado por los importadores europeos para contratar toda la fruta posible en calidad de primeros compradores y así lo consiguieron; unos años después, aparecieron los españoles y a pesar de haberse incorporado más tarde, consiguieron captar el mayor porcentaje de fruta que producían. Algo parecido sucedió con la piña de Costa Rica y los mangos de Ecuador o Méjico por citar algún otro ejemplo. (El milagro lo facilitó la magia del idioma castellano).
Y sin salir de Europa, puedo referirme a la importancia de hablar alemán, si se pretende iniciar relaciones comerciales con el mercado germano, hoy principal caladero de negocios del mercado europeo. Pero no sólo en el mundo de los negocios, sino para los mismos jóvenes que piensan en Alemania como destino para su futuro trabajo, el idioma es el secreto que fluye incluso por encima de los conocimientos profesionales…
Qué duda cabe, que actualmente en España cualquier empresario que se precie habla inglés, como también lo hablan generalmente los comerciantes alemanes, y ello facilita cualquier contacto empresarial y de trabajo con extranjeros. (Sin olvidar que allí valoran el conocimiento del idioma alemán y es un añadido más a favor del visitante). Un tema que tienen bien superado los chinos desde tiempos recientes, quienes para comprar o vender en el gran mercado germano, se presentan con un perfecto alemán que es la herramienta mágica e imprescindible para conseguir sus objetivos.
Tal vez, la importancia que tienen los idiomas y que es el argumento del presente artículo, y que sus saberes son el premio al esfuerzo y capacidad del estudiante para conseguirlo, pueda llegar a estar muy pronto al alcance de todos, y la humanidad pueda beneficiarse de ello, si como aseguran algunos informativos “las nuevas tecnologías que proporciona la IA” representan otras maneras de sustituir los idiomas y practicarlos sin el menor esfuerzo; es decir, que hablar cualquier lengua se habrá convertido en un reto para todo aquel que lo pretenda…
Si así fuera, la Inteligencia Artificial habría sustituido el aprendizaje por la tecnología…
