DÍA A DÍA

La claridad se insinúa entre la abertura de la cortina,
invita a comenzar el día
pero la pereza del sueño se ciñe al cuerpo.
La luz se abre paso
y cae sin escrúpulos sobre los párpados.
El calor pasea por el rostro,
arropa nuestros cuerpos.
Huele a flores de primavera
y a otra piel.
Un tiempo nuevo nos acuna
de miradas color aceituna y miel
que se cobijan en sentimientos puros.
No hay lugar para el engaño en este hogar,
son días de besos, éstos que quedan,
de abrazos que arrullan el corazón
alargando los amaneceres.
Afuera los trinos de las aves entonan las notas del día,
en la mesa esperan dos tazas de café
y algunos versos por recitar.
Entre sorbo y sorbo,
junto a la libreta que escribe la historia,
se decide la escena de un nuevo día.
