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ENTREVISTA AL DOCTOR HANS DITER WIENBERG

La primera secuencia que conocimos públicamente de los merecidísimos homenajes ofrecidos al Excmo. Sr. D.  Hans- Diter Wienberg, fue el 23 de mayo de 2016 celebrado en El Rectorado de la Universidad de Málaga, con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa.

      Y seguidamente, con fecha 10 de marzo de 2017 el Excmo. Ayuntamiento de Algarrobo (Málaga) le adjudicó una calle importante a su nombre que daba acceso a La Mayora, y cuya calle vio pasar  al Dr. Wienberg  hace 55 años,  día a día,  para desarrollar su trabajo de investigación a favor de la agricultura andaluza, desde su puesto de mando como director  de la Estación Experimental La Mayora de Algarrobo (Málaga).

      Todo ello, por mor  de los excepcionales méritos que concurrían en su persona, habida cuenta del impacto que había  tenido su trabajo en  Málaga y Andalucía en general. Porque la historia del Dr. Wienberg, es la historia de una visión hecha realidad a base  de esfuerzo y trabajo duro, y representa  un ejemplo  excepcional de la importancia que tiene la ciencia para el desarrollo y el progreso de la sociedad.

      En su empeño por crear en España una “California europea”, en el año 1961 a través de la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el gobierno alemán, se creó  un centro de investigación experimental en una finca de  Algarrobo Costa denominado  La Mayora. Fue nombrado  director y en los dieciséis años que permaneció al frente de la dirección se realizaron, gracias al trabajo de investigación y desarrollo, extraordinarias aportaciones que hoy vienen dando trabajo  directo a miles  de personas, generando beneficios anuales que ascienden a mil millones de euros,  principalmente en las provincias de Málaga, Granada y Huelva.

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      Entre sus aportaciones, cabe destacar por su impacto socioeconómico la introducción y desarrollo de los cultivos de fresón y entre los  tropicales, de manera especial el aguacate.

      El cultivo de fresón se inicia en La Mayora,  tras una estancia de estudio que durante mes y medio el Dr. Wienberg realizó en  la Universidad de California Davis y de donde importó  las variedades Tioga, Fresno y Solano de temprana estación, llegándose a producir 400 toneladas anuales en la finca. El éxito fue de tal calibre, que los campos de  la Axarquía cambiaron su paisaje tradicional de patatas y hortalizas tempranas, por el color rojo y brillante del fresón que tanto enriquecieron a la agricultura, y que llenaron  las bodegas de los aviones con cientos de toneladas de fruto  con destino a Europa.

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      Entre tanto,  y de forma paralela, el Dr. Wienberg  mantuvo ensayos similares en la provincia de  Huelva bajo su directa supervisión y  asesoramiento con el personal técnico de La Mayora, y arraigó de forma tan espectacular en aquellos pueblos de Huelva, con  unas condiciones de clima y suelos excepcionales, que convirtieron a España en el mayor productor y exportador europeo de fresón,  cuya situación  se mantiene en nuestros días.

      En el año 1965  conocí al Dr. Wienberg en Madrid,  durante una visita que  formuló a la frutería de lujo que Casa Julián tenía en la calle Hortaleza 120, donde los escaparates llamaban la atención, no sólo por su espectacular decoración, sino por la variedad de frutos tropicales traídos de las islas Canarias, aguacate y mango especialmente, así como el  fresón de dichas islas  a partir del mes de diciembre hasta bien avanzada la primavera.  Por aquel  entonces disponíamos de la variedad inglesa “Favorite”, cultivada en Gran Canaria por Mr. David Leacock, propietario de una gran finca de plátanos en el municipio de Guía,  que producía  una calidad excepcional  de fresón en los meses de invierno, aprovechando el clima templado de aquella isla. La Cooperativa Freteco de Tenerife nos suministraba también en las mismas fechas.

      Diter Wienberg cambió impresiones conmigo, sobre las  posibilidades de venta en Europa durante la primavera, con fresón  procedente de Málaga,  con  variedades tempranas que él conocía y  que podía   importar de California. Y analizando su idea sobre  las posibilidades del fruto en una época primaveral, que se anticipaba tres meses a los cultivos tradicionales de otras regiones españolas, estimamos que podría ser un éxito,  y el Dr. Wienberg se dispuso a tomar rumbo a California. Al siguiente año, los fresones producidos en La Estación Experimental La Mayora,  por iniciativa personal del Dr. Wienberg causaron sensación en Europa.

 

A continuación, iniciamos la siguiente entrevista:

—Doctor Wienberg, de tantas iniciativas, viajes, estudios, condecoraciones y reconocimientos como ha tenido a lo largo de su historia,  ¿cuál de ellos mantiene en su memoria de manera especial?

Nunca olvidaré tantos regalos recibidos,  y si lo comparo con el trabajo que realicé en las embajadas de  Madrid, Portugal e Italia, todo quedó escrito en los papeles de ellas. Pero en  la Mayora puede verse lo que  hemos hecho cada día  y lo que se sigue haciendo,  porque el equipo que dejé  está trabajando muy bien, perfectamente  bien.  Para mí, puedo decir, que el trabajo en La Mayora ha sido  lo mejor que hice en mi vida.

—De su estancia en La Mayora, ¿qué recuerdo mantiene en su mente como el más importante de cuantos le acontecieron?

La introducción del fresón ha tenido un éxito increíble: en Huelva hay 7.500 hectáreas y dicha  producción alcanza unos ingresos adicionales,  sólo en Huelva, de más de 500 millones de euros anuales.

—De sus diversas actividades investigadas en la Estación Experimental, (verduras, fresón, aguacates etc.)  ¿cuál de ellas le proporcionaron mayor satisfacción?

Sin duda alguna el fresón, pero después también el aguacate. Yo vi los cultivos de California entre  Los Ángeles y San Diego, donde hay miles y miles de hectáreas, y  pensé de  su cultivo en  España. Conseguí una beca  para un colaborador de La Mayora, Sr. Farré,  quien estuvo un año en California e hizo una labor fantástica. Fruto de ello, actualmente  tenemos cerca de 10.000  hectáreas en España.

—¿De sus muchos proyectos de investigación, ¿recuerda con añoranza alguno del que no tuvo el resultado deseado?

Al iniciarme en La Mayora  nunca había pensado en el fresón,  y el aguacate no lo conocía. Por ello inicié mi trabajo con las hortalizas, y  la patata temprana,  judías sin hebra, tomate etc.  que se producían en la Axarquía, esperando poder mejorar los cultivos, pero enseguida me di cuenta  de que los invernaderos de Almería crecían imparables con nuevas variedades,   y, por otro lado, el turismo aumentaba y se instalaban nuevas construcciones en la costa,  y por ello busqué otro futuro y empecé con el fresón.

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—Yo tuve el privilegio de encontrarme en Canarias con Wilson Popenoe,  cuando buscaba huesos de aguacate para traerlos a la península, porque estaba prohibida la importación. ¿Llegó Ud. a  entrevistarse con dicho personaje, que fue el  magnate de  los cultivos tropicales en América?

Pues no tuve ocasión y bien que lo siento. Yo había oído hablar de dicho personaje, pero nunca coincidí con él.

—Huelva terminó con el  fresón malagueño que con tanto éxito Ud. había introducido. Y fue mi  también amigo  Antonio Medina  (finca Las Madres),  quien asesorado por Ud. puso la primera plantación de Huelva. ¿Se arrepintió de haber ayudado a tan gran competidor?

Nunca, en absoluto. Nunca. Era la obligación de La Mayora extender el cultivo en España en general y Andalucía en particular,  y Antonio Medina hombre muy activo me visitó varias veces en la Estación, me pidió que fuera a su finca y lo hice con algún colaborador mío, y siguiendo nuestros consejos, él realizó un buen trabajo. Y tal como Ud. dice,  fue el primero que plantó en Huelva. Pero tengo que añadir, que jamás le escuché decir que su fresón había venido de La Mayora y de nuestra colaboración. Cosa que me ha sorprendido mucho.

—Dr. Wienberg, en su larga vida profesional,  ha ocupado cargos importantes en diversos países, (Alemania, España, Portugal, Italia etc.)  ¿En cuál de ellos se ha sentido más a gusto? 

En España sin duda alguna. He pasado 56 años y es mi segunda tierra;  tengo un hijo que ha cambiado su nacionalidad y está casado con una médica de Pamplona; tengo un nieto y  una nieta  hijos  de españoles, y  mi vida en España es mucho más intensa que con Portugal o Italia.

—Ahora se encuentra Ud. descansando con su esposa en la bella localidad de Baden-Baden de su Alemania natal. ¿Recuerda con añoranza sus días de estancia en Andalucía?

Claro que sí.  Porque  en los últimos años después de entrar en la última fase de mi vida de retirado, hemos pasado los inviernos  mi esposa y yo aquí  en Marbella y  antes en Benalmádena,  y el resto del año, una  parte de los veranos en Alemania.

¿Y por qué precisamente se ubicó en  Marbella, y hasta compró una vivienda?

Es una ciudad que ofrece  todo. Tiene un clima inmejorable; tiene un paseo marítimo envidiable; un nivel cultural mayor que en otros lugares.  Me encanta su gente  y el turismo multinacional que disfruta,  con el que hice relaciones muy interesantes,  como asociarme a Rotary Internacional que me ha permitido  hacer amigos por todas partes.

—Está entre sus planes matrimoniales  venir a visitarnos en la primavera actual  y poder compartir alguna jornada en el Hotel La  Viñuela que tanto le impactó por su belleza en la última ocasión que estuvimos juntos?

Julián,  no debe olvidar que tengo 90 años y los viajes en avión cada día me molestan más, y precisamente por ello acabo de vender mi casa de Marbella. Era demasiado trabajo para mi mujer tener que atender dos casas. Pero tenemos intención de volver tantas  veces como podamos en el tiempo que me queda… Ya me gustaría, claro, pero tengo que contar con que la edad me lo permita. Recuerdo ese delicioso día que pasé con Ud. en la Viñuela, con aquel paisaje del pantano y los preciosos jardines de hotel, donde mi esposa y mis amigos disfrutamos de la estancia.

—Aquí nos acompaña Antonio Gómez Barcina, que le sucedió como director en La Mayora, y  que ha venido expresamente desde Granada donde reside,  para encontrarse con Ud. ¿Cuánto tiempo hace que no se veían?

A Antonio creo que le vi en el año 88/ 89 cuando yo trabajaba en Roma, en la Embajada alemana de Italia como Agregado Comercial.

—Sus colaboradores y amigos de La Mayora,  Farré, Hermoso, Cuartero y demás, que saben de nuestra relación, me preguntan mucho por Ud. y me encargan que le remita el abrazo de todos ellos…

Siento mucha alegría al escucharlo,  y le ruego que  les trasmita mi recuerdo y afectuoso saludo.

—Creo recordar que había un tema de nuestro vecino  Portugal,  que Ud. lamentó mucho porque no se llegaron a cumplir sus deseos. ¿Puede  decirme ahora de qué se trataba ?

Pues sí, se lo diré. Al marcharme de La Mayora tuve la idea de que en Portugal podía hacer algo interesante. Y conseguí  que  Alemania hiciera un convenio con  Portugal  para  crear allí  una  segunda Mayora.  El presidente de Portugal General Eanes,  se interesó mucho por ello, pero lamentablemente cesó de su cargo y los siguientes presidentes se desinteresaron del Proyecto y tuvimos que zanjarlo.

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—Quisiera preguntarle, ¿tiene alguna cuestión interesante que debamos exponer, y  que podamos  recoger en la  presente entrevista?

Pues sí, me  falta mencionar a dos personalidades sin cuya intervención no hubiera sido posible realizar la presente entrevista:  el  entonces Secretario General de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas,  profesor José María Albareda  y el Profesor de  Economía Mundial de Alemania en Kiel, Profesor Friz Bade, porque sin ellos dos no hubiera podido conseguir el  trabajo en La Mayora.

Y aquí damos por terminada la entrevista a un gran investigador y excepcional amigo, al que deseo muchos años de salud y  felicidad como ahora disfruta en Baden-Baden rodeado de su esposa y familia. ¡¡Hasta pronto, amigo Wienberg!!

Muchas gracias amigo Julián por esta entrevista…

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Julián Díaz Robledo

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