Comparte:

Vive la vida sin importar los tropiezos que puedas tener.

Al fin y al cabo, llegamos al mundo para aprender cada día una lección nueva.

¿Acaso nacemos con un manual de instrucciones? Evidentemente no.

Ni tan siquiera unos padres experimentados lo saben todo.

Siempre surgen inconvenientes o sorpresas para las que la vida no les prepara.

Aprendamos que cada lección nos hace ser un

poco más sabios. No creamos saberlo todo.

Desde que empezamos a experimentar, a conocer gente nueva también nos expandimos aprendiendo de ellos.

Ese motivo nos hace avanzar para que las manecillas del reloj no dejen de girar. Ese   motor tan pequeño en nuestras muñecas hace que demos más importancia a todo lo que realizamos.

Es evidente que los años pasan, si miramos a nuestro alrededor valorando las experiencias vividas entenderemos que cada lección es un paso más aprendido.

A ti que me lees te digo que no hay edad para hacer realidad los sueños.

P.D.T.: LOS SUEÑOS NO ENTIENDEN DE EDAD.

 

María Manrique Pérez

Deja un comentario