¡Que entre ya el nuevo año!
El 2025 está a la vuelta de la esquina
Cada vez vivimos más en un bucle de incertidumbres globales, conflictos interminables, cambios climáticos que ya no son «futuro», sino un presente arrollador, y, por supuesto, tensiones en el panorama nacional que no ayudan a calmar los ánimos.
Nos hemos enfrentado a crisis que, lejos de resolverse, se enredan aún más, mientras que los discursos de enfrentamiento y polarización ganan protagonismo.
En España, hemos visto cómo las diferencias políticas se convierten en trincheras y cómo el diálogo parece haberse perdido en el ruido de las redes sociales y los debates incendiarios.
¿Acaso no somos todos responsables, en mayor o menor medida, de este desorden?
Es aquí donde deberíamos detenernos a reflexionar, porque el cambio que tanto anhelamos no vendrá de la nada.
¿Ya hemos llegado al límite? Quizá sea tiempo de ser más ecuánimes, buscar puentes en lugar de levantar muros, y de hablar desde la sinceridad.
Y esto no es solo un llamado a los líderes, sino también a nosotros, los ciudadanos de a pie. Ser amantes de la verdad, aunque a veces duela, puede ser el primer paso para entendernos mejor y mostrar, sin duda, el acto de valentía más importante.
Se trata de encontrar el equilibrio entre nuestras emociones y nuestras acciones, de escuchar antes de hablar, de empatizar antes de juzgar. La conciliación tampoco es debilidad, sino una forma de mostrar fortaleza al tender la mano.
Así que, mientras despedimos este 2024 con sus luces y sombras, hagamos un compromiso sincero: dejemos atrás el rencor, las verdades a medias y el egoísmo.
¡Feliz próximo año con salud plena y que vengan tiempos más serenos y prósperos, para todos!
Francisco Ponce Carrasco
Magnífico querido amigo Paco. Un abrazo.