Para ti, abuelo

¡No te vayas todavía, abuelo! Que me faltan abrazos por darte. Momentos por vivir. Sonrisas que compartir juntos. ¡No te vayas todavía, abuelo! Gracias por enseñarme que la vida se asienta sobre la amabilidad y la cortesía. Que hay que ser valiente para afrontar las dificultades y tener honor hasta cuando te hieren. Gracias a ti y a la abuela he aprendido lo que es el amor y lo que es querer a la persona que comparte cada hora y cada instante de tu existencia. Ya no podré pasar las páginas de los libros sin acordarme de que vosotros me enseñasteis a leer y a descubrir la ilusión y la magia de las historias que se esconden entre las líneas de tinta. Pondré tu nombre sobre el papel, abuelo, y después se lo susurraré al viento para que te lleve a recorrer el mundo. Gracias por todo, abuelo. Gracias por convertirme en quien soy y por haberme querido tanto cada instante de tu vida. Te voy a echar mucho de menos. Ni te puedes suponer cuanto. Pero vivirás en mi corazón para siempre y prometo que cuidaré de todas las personas a las que quiero igual que tú has hecho con nosotros. Te quiero, abuelo. Y te querré siempre
(Alberto Blanco Rubio. Siempre estará presente en nuestro recuerdo, Francisco Rubio Fernández)
