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LA IMPORTANCIA DE LOS SENOS EN LA MUJER

A  lo largo de la existencia del ser humano el culto al cuidado del cuerpo ha sido objeto de preocupación tanto para el hombre como para la mujer, cada uno en su estilo. En la Grecia Clásica, el hombre practicaba la gimnasia y el deporte para desarrollar su musculatura y la mujer cuidaba su belleza poniéndose cremas, aceites, jabones, etc.  y usando vestidos elegantes, peinados espectaculares, joyas… Practicaba la gimnasia para mantener su figura esbelta, tomaba baños fríos, se daba masajes y ponía un esmero especial  en el cuidado de sus senos. En esta época se daba casi más importancia al cuerpo que al rostro.

        Queremos resaltar la importancia y profunda significación que tienen los senos para todas las mujeres, aunque unas se han sentido satisfechas y orgullosas del busto que les ha dado la Naturaleza, sin embargo, no todas han gozado de esta suerte. El gusto por el tamaño ha ido cambiando con la moda, las revistas de belleza, la época, el cine, es decir, al compás de la sociedad.

        Hay que resaltar que la función principal de los senos está relacionada, sobre todo, con la maternidad, es decir, para que la madre alimente al hijo.  Igualmente sucede en el mundo animal, las hembras amamantan a sus crías.

El niño que sale del vientre de la madre pasa de un estado en que todo se le proporcionaba  a otro de privaciones en el que siente frío, hambre y otras necesidades. Es en este momento cuando el pecho de la madre le da calor y alimento, o sea, responde a sus necesidades fisiológicas.  En la Antigüedad se le daba mucha importancia a los senos como podemos observar en la Venus de Willendorf, la de Lespugne, la de Grimalde o la de Malta. También aparecen en pinturas rupestres donde la Diosa-Madre de senos prominentes obsesiona la imaginación  de los hombres primitivos. Nos llama poderosamente la atención un vaso de terracota procedente de Grecia, hace más de 5000 años,  muy estilizado, en forma de mujer y con dos protuberancias a modo de pezones para calmar la sed.  Este  “vaso ritual” representa la Creación, la Naturaleza, la Madre que da  a luz al niño y lo alimenta. Representa también, la esencia misma  de su materia y el símbolo vivo de las fuerzas telúricas que contienen el ritual de la Creación continua, además de los cuatro elementos naturales, claramente distinguidos  en la filosofía griega quince siglos más tarde. Encontramos buena muestra de ello en el arte egipcio, en múltiples reencarnaciones de la diosa de la fecundidad Astarté o en otras variantes en Siria. También en los ídolos aborígenes de las islas Cícladas que propagan por todo el universo  la iconografía de la diosa-mujer- desnuda, siempre con senos voluminosos. Igualmente hace 40 siglos, las pequeñas diosas  cretenses, de terracota, a través del culto a la mujer-madre-fecunda de senos desnudos que se modelaba en Susa, en Ur o en Irak.  Otra muestra la encontramos en los frescos de  los Misterios de Pompeya y en los mosaicos de Sicilia, donde aparecen chicas en bikini hacia el año 350.

LOS SENOS EN LA ESCULTURA.- Hay que destacar, entre otros, las cariátides de Erecteón, las estatuas victoriosas como la de Samotracia, la Venus de Cnido, las Parcas o Afrodita, la Níobe de los jardines de Salustio, la Venus de Milo o las dos mujeres desnudas del tríptico Ludovisi;  y tantos y tantos otros ejemplos  entre centenares que demuestran la continua representación del seno en la estatuaria griega.

LOS SENOS EN LA ARQUITECTURA.- Pueden encontrarse desnudos como elementos decorativos en el arte románico, bien en los dinteles, capiteles, arcadas y a veces en los tímpanos, incluso insinuarse en las gárgolas de algunas iglesias como por ejemplo Nôtre-Dame des Marais. La desnudez aparece también en el arte otónida (como continuación del estilo carolingio  en tiempos de Otón I y III) en Alemania, en la capilla de Nimega y en las puertas de las catedrales de Augsburgo y Hildesheim.

LOS SENOS EN LA PINTURA.-  El Renacimiento hace aflorar las grandes corrientes eróticas de Sumer y de la Antigüedad grecolatina. En las escenas de amamantamiento, el seno vuelve a recobrar vistosidad y desde ahora éstas serán cada vez menos sacras a medida  que avanza lo pagano; y las Madonas de Leonardo.

        El desnudo femenino se manifiesta en toda su gracia y lascivia, en Florencia con Botticelli, en Umbría con Signorelli y en Roma con Rafael y Miguel Ángel. La gran exhibición de senos se propaga en seguida por toda Europa con Correggio, Tiziano, Tintoretto, Durero, Cranach, Jean Cousin, Brueguel el Viejo… pero sobre todo es con Rubens que nadie como él ha concebido cuerpos  tan exuberantes.

En la primera mitad del siglo XVII la moda mitológica vuelve a Francia con François Perrier, J. Blanchard y  B. de Boullongue que se inspiran alegremente en los venecianos y boloñeses;   en Flandes, los alumnos de Rubens, siguen aprovechando las suntuosas seducciones de la carne desnuda de la mujer. También  el siglo XVIII, un tanto libertino y atrevido nos ofrece una buena colección de senos en las obras encantadoras y sensuales  de François Boucher, el Triunfo de Venus, de Fragonard, de Wateau, el Rapto de las Sabinas…

 Los pintores de la época, en su encuentro apasionado con la luz y con la vida, dan con toda naturalidad a los senos las más atrevidas caricias del pincel y de la mano. Uno de ellos fue Renoir que se recreó hasta el final de su vida. Otros con estilos diferentes fueron: Degas, Cézanne, Gauguin, Seurat, Toulouse-Lautrec, así como Matisse, Picaso, Maillol, Modigliani, Chagall, Rodin, Giacometti, Moore…  La lista podría extenderse indefinidamente.

LOS SENOS DESDE EL PUNTO DE VISTA ARTÍSTICO-ESTÉTICO.-  El profesor y crítico de arte, Guy Robert, en un profundo estudio sobre la senología, ha llegado a la conclusión de que la tradición, a través de los siglos y civilizaciones, se ha otorgado a los senos un lugar privilegiado en la Historia del Arte. Hecho que ha continuado hasta nuestros días y… ¡cómo no!  desde el punto de vista artístico-estético. El cuerpo femenino ha sido fuente inagotable de inspiración para los artistas de todos los tiempos y en todos los países del mundo.

En la actualidad, la mujer se preocupa por su cuerpo y sobre todo por sus senos: primero, en el gimnasio, modulando y fortaleciendo sus músculos; segundo, visitando los salones de belleza y las tiendas de corsetería; y tercero, si es necesario poniéndose en manos de expertos que con su experiencia y profesionalidad sabrán aconsejarnos en todo momento para resaltar el encanto de nuestra silueta.

                                    AURORA FERNÁNDEZ GÓMEZ

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