MISA SOLEMNE EN MOLVÍZAR EN HONOR DE SANTA ANA OFICIADA POR EL CARDENAL DON CARLOS OSORO

Inolvidables los días pasados en la localidad de Molvízar con motivo de las Jornadas celebradas como homenaje a Miguel de Cervantes durante los días 21 y 22 de marzo.
La asistencia fue masiva procedente de las distintas partes de la geografía española. Hermosa confraternidad compuesta por poetas, escritores, músicos, pintores, simpatizantes y artistas en general, reunidos, y unidos, para celebrar en armonía y buen compañerismo estos eventos que pueden catalogarse como algo extraordinario. Una idea más de nuestro Presidente, Don José Segura Haro, alma mater del Proyecto Cultural Granada Costa y artífice de tantos eventos que felizmente ha llevado a buen puerto como experto capitán de esta nave, Granada Costa, navegando siempre viento en popa a través de mares de bonanza.
Gracias, Don José, que también hago extensivas a Don Álvaro y Don Antonio Segura Venegas, excelente profesionales y colaboradores.
Como ya anteriormente a mi artículo se ha publicado un amplio reportaje de todos los actos celebrados durante dichas jornadas, yo me limitaré a comentar algo sobre la mañana en que se celebró la misa en la Iglesia de Santa Ana oficiada por Su Eminencia el Cardenal Don Carlos Osoro, persona muy afable, sencilla y entrañable, que pacientemente accedió a las mil y una fotos que todos deseaban hacerse con él. Era su trato muy familiar con todas aquellas personas que se le acercaban para saludarle y hacerse esa foto histórica que con cariño guardarían en sus corazones como recuerdo de este feliz encuentro.
Yo no fui una excepción y también tuve el privilegio de hacerme varias fotos con él, incluidas en este artículo. Ya tuve la ocasión de conocer a Don Carlos en Madrid con motivo de la concesión del Premio Humanidades Granada Costa, y hace un par de años, 2023, aquí en Valencia, en que asistí a la presentación de su libro homenaje, idea asimismo de Granada Costa, libro en que tuve el honor de colaborar con el capítulo “El peregrino en Valencia”, refiriéndome al tiempo en que Don Carlos fue arzobispo de esta ciudad durante cinco años, en donde dejó un recuerdo imborrable y aún es muy querido.
En dicho libro me puso una dedicatoria muy afectiva que con orgullo escribo a continuación:
Muchas gracias Carmen por tu participación en este trabajo que hace memoria de mi vida. Gracias de corazón. Con mi bendición.
+ Carlos Cardenal Osoro, Arzobispo Emérito de Madrid.
En aquella ocasión también me hizo una pequeña entrevista el periodista Julio Tormo, decano del periodismo en Valencia, interesándose por el libro que se presentaba esa tarde dedicado al Cardenal. Libro que no dejé de exhibir en primer plano durante toda la entrevista, la cual se pasó por la TVV.
Volviendo al día del acto religioso en Molvízar, la misa fue concelebrada por tres oficiantes: El Cardenal, su ayudante, Don Jesús Ruiz de los Paños, y el párroco de la localidad, Don Javier Sabio, asistidos por cuatro monaguillos.
Acompañaba la ceremonia religiosa la Coral polifónica de Dúrcal, venida expresamente de esta localidad granadina, compuesta por treinta cantores, que interpretaron maravillosamente los salmos religiosos durante toda la celebración. Cantos que elevaron nuestro espíritu al escuchar sus voces que, sin exagerar, sonaban a coros celestiales.
Y llegó la hora de la consagración y posterior comunión de los fieles. Una larga fila de comulgantes se acercaron al altar Mayor para recibir con fervor la sagrada comunión, impartida por los tres sacerdotes, mientras yo esperaba llena de nerviosismo el momento en que tenía que dedicarle a Santa Ana, ante su altar, un poema oración. Por supuesto, la responsabilidad era grande, pues quería dejar lo mejor posible a quienes habían puesto su confianza en mi sencilla intervención.
A una señal del párroco Don Javier Sabio, -persona muy amable que ya había conocido en otra ocasión visitando Molvízar cuando le ofrecí un ramo de flores a Santa Ana-, me dirigí hacia el altar y, una vez que saludé a la Patrona de Molvízar con una inclinación de cabeza, me coloqué al lado del evangelio y muy emocionada le dirigí estas palabras:

Señora Santa Ana, agradecida como Hija Adoptiva de Molvízar, tu pueblo, he venido para ofrecerte mi oración.
A continuación, le dediqué el siguiente poema de mi autoría:
A LA SEÑORA DE MOLVÍZAR
¡Salve, Señora Santa Ana!
Patrona venerada de Molvízar.
Esperanza de nuestro mañana.
Imagen querida, reverenciada.
¡Salve, Santa Ana!
Un año más acudimos ante Ti,
con el alma henchida de alegría
y presentes de flores en las manos,
que ponemos a tus pies con humildad,
como ofrenda de quienes tanto te adoramos.
Señora de Molvízar, sé feliz este día.
Con emoción en nuestros corazones
venimos a tu iglesia para honrarte.
Atiéndenos con el amor de madre
con el que siempre acoges a tus hijos
que nacidos bajo este hermoso cielo,
te veneran y quieren festejarte.
Hoy sé feliz, Señora,
pues tienes a tus hijos molviceños
para celebrar tu Fiesta en armonía,
participando gozosos en tu día.
Que luzca radiante una sonrisa
en tu sereno rostro, molviceña,
y que reine en nuestro pueblo la alegría.
Señora Santa Ana,
si un día bajaste de los Cielos
para ser la Patrona de este pueblo,
escucha generosa nuestro ruego:
Quédate para siempre con nosotros
en nuestra bendita tierra granadina.
¡Salve, señora de Molvízar!
¡Salve, madre de María!
(Primer premio Concurso literario Granada Costa dedicado a Santa Ana 2022)
No sé si la Santa me “echó una mano”, pero creo que me salió bien y sin equivocarme. Parece ser que gustó a los asistentes y llegó al corazón de los molviceños, pues fui muy felicitada en la misma iglesia al acabar la misa.
El señor Alcalde de Molvízar, Don Fermín García Puentedura, asimismo presente en el acto religioso, también vino a felicitarme, así como compañeros asistentes al acto.
Pero la felicitación que más me emocionó fue la del Cardenal Don Carlos Osoro quien, según me comentaron, estuvo pendiente todo el tiempo en que recitaba mi poema oración. Para mí es un honor venida de tan alta personalidad. Incluso me dio un par de fraternos besos que recibí como las bendiciones de un hombre santo.

Hay una simpática anécdota que, con vuestro permiso, voy a contaros.
En medio de las felicitaciones que estaba recibiendo, yo toda emocionada, se me acercó una señora y, lógicamente, pensé que sería una más en felicitarme, cuando para mi sorpresa me preguntó: ¿Dónde has comprado ese vestido?
Amablemente le contesté dónde y así satisfice su curiosidad. Tuvo gracia su gesto espontáneo.
Bien, y una vez acabada la misa, yo a un palmo del suelo, nos dirigimos al Hostal Gasparrico, en donde tenía lugar la comida, y una vez acabada esta, nos dispusimos para el acto cumbre de la tarde en el cual se repartirían los premios otorgados a los ganadores de los diversos concursos, más el “Premio Estrella Miguel de Cervantes”.
El salón estaba a rebosar de público expectante para recoger los galardones que tan generosamente se dieron gracias a los méritos de cada uno.
Pero este es otro apartado, así como la cena de gala con la presencia del Sr. Alcalde, poetas, escritores, personajes y artistas todos, y como invitado de honor, el Cardenal, Don Carlos, que al término de la cena, tuvo la gentileza de venir a despedirse “de los valencianos”, grupo formado por D. Francisco Ponce, D. Antonio Prima, D. Manuel Vélez y una servidora.
Ha sido un privilegio su visita a Molvízar y, sobre todo, su afectividad para con todos y su trato amable y cordial. Gracias, Eminencia.
Y llegó la hora de la despedida. Al día siguiente ya nos teníamos que volver camino de Valencia y mientras el coche se alejaba de Molvízar, añorando las jornadas pasadas allí, vino a mi memoria el poema, incluido en mi libro dedicado a este entrañable rincón de la Costa Tropical, “Un paseo por Molvízar”, como despedida de “mi nuevo pueblo”, pero con promesa de volver pronto.

VOLVERÉ DE NUEVO
Mi adiós no es un adiós;
es solo un hasta luego.
En el silencio oscuro de la noche.
Cuando todo lo envuelve a calma.
Cuando las flores cierran sus corolas.
Cuando las aves se refugian en las ramas.
Cuando la fuente cantarina calla.
Cuando el Sol enamorado duerme
y la Luna en el cielo lo aguarda.
Cuando las sombras invaden las almas…
Molvízar, llegada es la hora de marcharme.
Llegada es la hora de la separación.
Y al partir, en mi pecho se deshojan dos rosas:
una rosa, el encuentro. Otra rosa, el adiós.
Mas conmigo me llevo tu esencia, tu mensaje,
tus gentes, tu historia, tu linaje.
El calor humano que aquí me encontré.
Y me marcho con una sonrisa,
henchida de gozo, plena de emoción.
Yo te dejo a cambio, para que lo guardes,
un pedazo grande de mi corazón.
Cuídalo con mimo, en prenda lo dejo.
Y otra mañanita de la primavera,
por la veredita que me trajo aquí,
volveré de nuevo porque paseando
por tus viejas calles, con sus buenas gentes,
un día de mayo ¡yo fui muy feliz!
Vuestra amiga Carmen Carrasco

Que maravilla de jornadas culturales. Y contadas por ti se realzan sobre manera. Me alegro mucho que lo pasaras también. Querida Carmen.
MUCHAS FELICIDADES AMIGA CARMEN
MAGNÍFICO EVENTO Y HOMENAJE
UN ABRAZO
FELICIDADES A GRANADA COSTA
Querida Carmen: Desde Granada en diferido, asistimos a la misa celebrada en Molvízar por el Cardenal Osoro. Oficio religioso insólito en Molvízar.
Tu intervención preciosa y oportuna.
¡Estuviste fantástica en lo que dijiste y el cómo lo dijiste!
Con nuestra admiración recibe las más sinceras y cariñosas felicitaciones.
Abrazos
Rogelio y Aurora