El miedo tiene mucho de soledades – A TODA COSTA

La mayoría de las personas tienen temor de alguna cosa

¡Yo no soy la excepción!

Todavía recuerdo que cuando era pequeño le tenía terror a la oscuridad. Incluso poseía un amuleto que me acompañaba en las negras noches.

Me costó llegar a superarlo y dormía tapado hasta la cabeza, espantado por los ruidos nocturnos.

Siempre me ha gustado explorar, cuando iba de vacaciones a la casa de mis abuelos en aquel apartado pueblo de montaña, cruzaba el río por el antiguo puente de piedra, cuyo pretil izquierdo se desmoronaba con el paso del tiempo, y me adentraba por la arboleda, hasta que el sol comenzaba a ocultarse.

Caminaba por un bosque muy extenso, había un lugar donde los árboles apenas dejaban ver el cielo y las sombras nocturnas jugaban al escondite.

Era parecido a un túnel de ramas y hojas… Siempre llegaba a la entrada, pero no lo atravesaba.

Invadía mi cuerpo, una extraña sensación que me comprimía los poros de la piel, entonces simplemente regresaba.

Un día pude reunir valor y lo crucé, al amparo de la luna llena, con gran coraje y armado con un grueso palo.

Todavía les temo a las arañas… No es un miedo que me domine. Pero agradezco ser más grande que ellas y poder pisarlas.

Lo positivo del miedo, es que tienes la oportunidad de superarlo. ¡Y eso me gusta!  

Es como una cadena de desafíos que te impones vencer, cuando lo consigues, te haces más fuerte.

Francisco Ponce Carrasco

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