“El Apagón”… No somos nada – A TODA COSTA
Y volvió la reina del sonido: ¡la radio portátil de pilas!
Dicen que en los momentos difíciles se conocen a los verdaderos héroes… y esta vez, la capa de “Superwoman” la llevó puesta una humilde veterana: la radio.
Mientras los celulares agonizaban, las teles dormían y el WiFi era apenas un recuerdo nostálgico, ella, imperturbable, seguía hablando. ¡Y vaya que habló!
En pleno apagón, su voz se coló por cocinas, balcones y hasta baños, trayendo noticias, compañía y uno que otro bolero perdido en la nostalgia del recuerdo, entre los improperios de pensamiento y/obra, mentales o sonoros, de las personas que vivían con más intensidad las vicisitudes del momento y circunstancias, que fueron muchas, variadas y penosas en general.
Ese pequeño aparato de radio que estaba apartado, quizá olvidado por algunos, otros no sabían ni dónde tenía el botón de encendido, pero bastaron unas horas de oscuridad para que se convirtiera en la estrella de la casa.
Según informaciones fidedignas, las ventas en los días siguientes han subido a cifras estratosféricas, las radios portátiles volaron de los estantes como pan caliente. ¿Cuántas se vendieron? Pues suficientes como para que varios almacenes quedaran «en silencio»… ¡literal!
Como la explicación de las causas ciertas de lo ocurrido, también en silencio, no sabemos los orígenes del APAGÓN, solo que, A PAGAR, el pueblo.
Así que entre linternas y muchas pilas, le rendimos homenaje a esta fiel compañera de ondas hertzianas. Porque cuando todo se apagó, ella se encendió… y no hubo quien la callara.
¡Por fortuna!
Francisco Ponce Carrasco