CULTURA FLAMENCA (LXIV), FLAMENCO Y TOROS (XXXVI) CAYETANO ORDOÑEZ AGUILERA “Niño de la Palma” (1904 – 1961).
La sutíl, elegante, amena y objetiva pluma flamenca de José Luís Jiménez Sánchez es, posiblemente, la que mejor nos describe la recia personalidad del célebre matador de Toros Cayetano Ordoñez Aguilera, conocido artísticamente como “NIÑO DE LA PALMA”, nacido en Ronda el 4 de enero de 1904, tal como lo refleja su espléndida obra “CUATRO RONDEÑAS FLAMENCAS DEL SIGLO XIX” (Ronda -Málaga, Mayo 2016). Los padres de Cayetano fueron Juan Ordoñez Quijada y Ana Aguilera García, quienes pusieron en la calle Santa Cecilia de Ronda la zapatería “La Palma”, nombre que añadió a lo de “niño” cuando se hizo torero – antes lo había hecho su hermano Antonio (que murió apenas con treinta años) y también lo hizo después el mayor de los Ordoñez Araujo, su hijo Cayetano, cfr. op.cit. pág. 79.
¿Qué clase de torero no sería Cayetano “Niño de la Palma” para que se fijara en él Federico García Lorca en su famosa obra “Mariana Pineda”, donde leemos: “… Y cuando el gran Cayetano / cruzó la pajiza arena / con traje color manzana, / bordado de plata y seda, / destacándose gallardo / entre la gente de brega / frente a los toros zaínos / que España cría en su tierra,/ parecía que la tarde / se ponía más morena. ¡Si hubieras visto con qué / gracia movía las piernas! ¡Qué gran equilibrio el suyo / con la capa y la muleta! Ni Pepe-Hillo ni nadie / toreó como él torea…”, cfr. O. Completas. Tomo II, pág. 133 (Aguilar. Madrid, 1954).
“Pero si bien bailaba “el gran Cayetano” en el ruedo – nos cuenta José Luís Jiménez – mejor lo hacía en la intimidad. Y añade, además, este ilustre flamencólogo rondeño que su padre – compañero de pupitre con Antonio Mairena (1909 – 1983) le contaba que pasó más de una noche en “el cuarto de los cabales” con él y con Reinaldo, Juan Muñoz, Juan Ordoñez, Juan Lamas, Joaquín Nebro, Realito y otros “grandes afisionaos” al cante y a los toros. Y es que Ronda – lo digo con la mayor objetividad posible y veracidad – ha sido siempre “tierra mater” de grandes y famosos artistas del Cante, Baile, Toque y de la Torería. En la tauromaquia, el más sobresaliente, sin la menor duda, ha sido su hijo Antonio Ordoñez Araujo (1932 – 1998).

La similitud del arte flamenco con el toreo tuvo que ser muy fuerte en Cayetano Ordoñez “Niño de la Palma”, dado que raro es el libro de Flamencología donde no aparezca el célebre cuadro El “Niño de la Palma” con Manuel Torre, Pepe Pinto, Curro el de la Jeroma, Niño Gloria, Mazaco, Miguel de Marchena, Tomás Pavón, Tomás Torre y otros artistas flamencos (principios de siglo), cfr. “Mundo y formas del Cante Flamenco”, pág. 224, de Ricardo Molina y Antonio Mairena (Granada-Sevilla, 1971). Y, asimismo, en “Cuatro Rondeñas Flamencas del siglo XIX”, pág. 78. Aún más: el famoso novelista y “Premio Nobel de Literatura 1954”, Ernest Eminguay (1899 – 1961), en sus novelas “Fiesta” y “Muerte en la tarde”, se ocupó de la vida y obra de este famoso y universal torero rondeño, que vistió el traje de luces por primera vez en La Línea de la Concepción (Cádiz), el 5 de octubre de 1918, participando en un espectáculo cómico-taurino. El 5 de octubre de 1924 debutó en Sevilla y su doctorado lo alcanza en la Real Maestranza de Sevilla, el 11 de junio de 1925, de manos de Juan Belmonte y Pepe Algabeño, cortando un oreja a su segundo toro de la ganadería de Félix Suarez. Fue líder del escalafón en 1926 con 78 corridas y 1927 con 65 corridas. Toreó en las mejores plazas de México, Venezuela, Colombia y Perú. A partir de 1936 y hasta 1942, por causa de la guerra y posguerra, actuó poco; luego se hizo banderillero y se retiró definitivamente de los ruedos en 1950, como leemos en “TAUROMAQUIA”,Vol. 2, pág. 1037, de Marceliano Ortiz Blasco.
Cayetano Ordoñez “Niño de la Palma” se casó (1920) con María Consuelo Araujo de los Reyes (1904 -1978), conocida artísticamente como “Consuelo Reyes”, que era cantante y actriz. Consuelo rodó tres películas: “La reina mora” (1922), “Don Quintín el amargao” (1925) y “Cabrita que tira al monte” (1926). De esta unión nacieron 6 hijos: cinco varones – todos toreros – y una hija, Ana de Jesús Ordoñez Araujo, fallecida en Sevilla (10/02/2008).
Las crónicas taurinas nos presentan al Niño de la Palma como un torero dotado para alcanzar la cima de la torería: su intuición, su espontaneidad, su naturalidad, la variedad de su toreo con la capa, la inteligencia con la muleta, a pesar de mostrar cierta debilidad con la espada, hacían suponer que llegaría a lo más alto. Al crítico taurino Gregorio Corrochano (1882 – 1961) se le debe aquello de “…. es de Ronda y se llama Cayetano”. Su falta de celo e indiferencia le impidieron ser el torero de época que cabía esperar.
La “Naturaleza”/ Dios dotó a Cayetano de dos extraordinarios dones artísticos: el toreo y el baile flamenco. Sólo oir el rasgueo de una guitarra y allí estaba Cayetano en pié. “… Y, erguida la figura y en alto los brazos como si fuera a clavar banderillas – cuentan sus biógrafos – se arrancaba el recio taconeo del baile gitano”. Frecuentador proverbial de la gente flamenca, el matador rondeño montó numerosas y sonadas noches con todo el “ambiente jondo” de su tiempo. En 1928 – cfr. “Los Toros”, Tomo 7, pág. 715, de José María de Cossío (1892 – 1977) para celebrar el bautizo de su hijo mayor – Cayetano Ordoñez Araujo, 1928 – 1974, llamado también “Niño de la Palma” -, promovió en Sevilla una “fiesta flamenca” de la que afirmaba Manuel Torre “Niño de Jerez” (1878 – 1933) que… “fue la vez que canté más a gusto”. En aquella fiesta estaban nada menos que el Niño Gloria – cfr. ut supra – Tomás Pavón, Mazaco, Pepe Pinto y los guitrristas Manolo de Huelva y Niño Pérez.
Está suficientemente demostrado que Cayetano Ordoñez Aguilera conocía bien los diferentes estilos flamencos, pero sobresalió en el baile y en el difícil arte de animar las “juergas flamencas”. Un cante por Rondeñas, que yo interpreto con frecuencia, nos lo describe así:
SE LLAMABA CAYETANO,
Y EN RONDA LA VIDA VIÓ.
¡VAYA TORERO CON GRACIA
EN LA SOMBRA Y EN EL SOL”.
Cayetano Ordoñez Aguilera falleció en Madrid el 30 de octubre de 1961.

Alfredo Arrebola, Profesor – Cantaor
RAFAEL ALBERTI
CHUFLILLAS DE «EL NIÑO DE LA PALMA» (1925).
¡Qué revuelo!
¡Aire, que al toro torillo
le pica el pájaro pillo
que no pone el pie en el suelo!
¡Qué revuelo!
Ángeles con cascabeles
arman la marimorena,
plumas nevando en la arena
rubí de los redondeles.
La Virgen de los caireles
baja una palma del cielo.
¡Qué revuelo!
– Vengas o no en busca mía,
torillo mala persona,
dos cirios y una corona
tendrás en la enfermería.
¡Qué alegría!
¡Cógeme, torillo fiero!
¡Qué salero!
De la gloria a tus pitones,
bajé, gorrión de oro,
a jugar contigo al toro,
no a pedirte explicaciones.
¡A ver si te las compones
y vuelves vivo al chiquero!
¡Qué salero!
¡Cógeme, torillo fiero!
Alas en las zapatillas,
céfiros en las hombreras,
canario de las barreras,
vuelas con las banderillas.
Campanillas
te nacen en las chorreras.
¡Qué salero!
¡Cógeme, torillo fiero!
Te digo y te lo repito,
para no comprometerte,
que tenga cuernos la muerte
a mí se me importa un pito.
Da, toro torillo, un grito
y ¡a la gloria en angarillas!
¡Qué salero!
¡Que te arrastran las mulillas!
¡Cógeme, torillo fiero!
—
Voz, Micaela.
https://www.youtube.com/watch?v=h73L6gF3frc
—
Rafael Alberti, Chuflillas al Niño de la Palma (1948).
http://www.museojoaquinpeinado.com/es_noticia_detalle.php?idnoticia=84