CUESTIÓN DE ESTILO
Todo está perdido cuando los malos sirven de
ejemplo y los buenos de burla ( Montaigne)
En la primera conversación con las hermanas Amelia y María tratamos sobre esas engañosas leyes con la vaga pretensión de liberar a las mujeres ¿de qué? Con un Ministerio de Igualdad, asociaciones feministas, leyes absurdas contradictorias y perversas como Ley Trans, la del aborto o esa de “sí es sólo sí”, que libera de las cárceles y rebaja las penas a los que maltratan y violan a las mujeres.
En aquella primera entrevista me dijeron que estaban solteras y nada más y así lo dije. Ahora después de haber leído lo que escribí tienen plena conciencia de que me ajusté a su pensamiento pero no a sus sentimientos por la sencilla razón de que no me abrieron las puertas de su corazón. “No era el momento”, dice Amelia, acabábamos de conocernos. Es cierto que María y yo estamos solteras, pero eso no quiere decir que no hayamos sentido el amor y seguimos sintiéndolo, pero de otra forma; aunque el amor sea siempre el mismo, con los años cambia, tiene otro matiz, otro color, otro ritmo, otras sutilezas… María estuvo en un convento, fue monja durante 16 años y al cabo de este tiempo sin saber el porqué, una fuerza superior misteriosa le obligó a salir del convento, pero sin perder la impronta de la vocación monjil, es decir, la dedicación de su vida a Dios, monja seglar se podría catalogar, siempre entregada a los demás, practicando la ley de hacer siempre el bien, teniendo como ejemplo a la madre Teresa de Calcuta.
En cuanto a mí… ¡ay! Si yo te contara… cuan cierta es aquella máxima: “El amor es un niño grande; la mujer es su juguete”.
Al decir esto Amelia extiende la mirada al vacío y se sumerge en su mundo interior o Dios sabe dónde. Un largo silencio, después un suspiro cargado de ternura; otro silencio y al fin me dice con voz conmovida, pero serena y lanzando luz como si volviera de un transporte del cielo del ensueño: “El amor es un episodio en la vida del hombre, y, sin embargo, es toda la existencia de la vida de la mujer”, como dijo madame de Staël, y algo parecido dijo también el poeta Lord Byron. ¡cuánta razón tenían!
Intervengo y le digo que llevan razón en parte, pues los hombres también mueren de amor y les hacen sufrir. Hay numerosos ejemplos, no sólo en la literatura sino en la vida real. Mariano José de larra se suicidó por un desengaño amoroso. Y perdieron la cabeza y algo más por el amor-pasión grandes hombres como Salomón por la reina de Saba; Julio César y Marco Antonio por Cleopatra; Napoleón por Josefina… son ejemplos universales que no les ha bastado las dignidades, las glorias, los laureles de las victorias, así que el amor no sólo ha sido un episodio en la vida de los hombres, ha sido algo más.
Retomando el tema sobre la liberación de la mujer le pregunto si las feministas y todas esas mujeres que destilan odio hacia los hombres y van a la caza para destruirle y arruinarle la vida, sienten ese sagrado sentimiento que es el amor.
Amelia, cuando se le pregunta algo no se precipita en la contestación, piensa antes un poco, a veces, bastante, y después contesta con prudencia, pero muy segura. No tiene duda de que sentimiento, instinto, o como se le quiera llamar, lo tienen todas las mujeres, se puede decir que es un don divino, pero que puedes emplearlo bien o mal. ¿Acaso no lo dijo Dante? “Es el amor el que mueve el sol y las estrellas”. Todas esas asociaciones, leyes o ministerios que muestran directamente su odio hacia los hombres es porque han perdido ese don divino que es el amor, ya no pueden ser ni buena esposa, ni madre, ni hermana, ni hija, se convierten en seres despreciables, en demonios. Ya no es posible fundirse con un hombre, en ángel como dijo Víctor Hugo. Así lo vio Santa Teresa: “Satán no sería Satán si fuese capaz de amar””.
Se ha hecho un silencio y aprovecho para preguntarle a bocajarro, ¿Has amado tú mucho?, ¿Por qué estás soltera? Amelia no se sorprende ante esta pregunta, parece como si hubiera estado esperándola, sólo en su voz se nota un leve estremecimiento.
He amado mucho y sigo amando y el porqué no me he casado es historia que dejamos para otra ocasión. “No insisto en el tema personal y retomo el general sobre la libertad, la liberación de la mujer y su valoración y prueba evidente es acceso al poder político: Presidenta del Congreso, ministras, Secretarias de Estado, directoras de las altas instituciones, etc.
Amelia no puede evitar una sonrisa sarcástica y me dice: “los hombres antes apartaban a las mujeres de las tareas de legislar, pero eran ellas las que daban las leyes de los legisladores, las apartaban de los cargos y honores políticos, pero eran ellas las que distribuían con su ingenio y gracia.
En la actualidad ocupan altos cargos en la política, pero no por méritos y capacidades sino por cupo, intereses partidistas, pago de favores y otros réditos. A la vista está su bajo nivel intelectual, así como sus capacidades para desempeñar el cargo que está por debajo de la mediocridad; lo ponen de manifiesto en los errores de sus actuaciones y de sus consecuencias. Parece que han hecho voto de ignorancia lo mismo que otras hacen voto de castidad o de pobreza. Más que de valoración de la mujer parece que lo que pretenden es desprestigiarla. Existen en España miles de mujeres inteligentes, formadas y muy capacitadas para desempeñar altos cargos en la empresa, en la ciencia y en cualquier actividad, y por supuesto, en la política, pero por lo visto la excelencia de esas mujeres no tiene cabida en el mundo político de la mediocridad. Un ejemplo a imitar es la inglesa MARGARET THACHER que llegó a presidir el gobierno británico. En una conferencia le preguntaron sobre ese tema de ayuda, protección, libertad, igualdad a la mujer y su contestación fue: “cualquier mujer puede llegar a la cumbre sin ayuda y sin estúpidas leyes de igualdad. La única igualdad que debe tener respecto al hombre es la jurídica y la de oportunidades”.
Por tanto, la mayoría de las mujeres que están hoy en los altos cargos de la política en absoluto representan a la mujer española en elegancia, en carácter, en gracia, y menos aún en sabiduría y estilo. El feminismo va por falsos caminos, pues en vez de valorar y defender la igualdad con los hombres están consiguiendo todo lo contrario. Piensen madres y padres, abuelas y abuelos que tienen hijas y nietas qué esperan de ellas con un gobierno que predica y fomenta el sexo libre sin amor ni responsabilidades con quien quiera y su derecho a abortar. Sencillamente la degeneración y explotación de las mujeres.
Rogelio Bustos
Las «feministas» de pacotilla están consiguiendo que la mayoría de las mujeres reneguemos de ellas y del movimiento mal entendido que están promoviendo.
Que pena.