Portada » CREATIVIDAD Y LITERATURA

En la sociedad actual y en otras muchas anteriores, la creatividad siempre ha sido una herramienta poderosa, que como una ola en el mar, se halla inmersa en cada uno de nosotros y solo hay que despertarla. No solo es decisiva para la innovación y el progreso, sino que también enriquece nuestra vida personal y profesional. Como dijo en una ocasión Albert Einstein, cita recogida en Linkedin redes sociles: “La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento se limita a todo lo que sabemos y entendemos, mientras que la imaginación abraza el mundo entero, y todo lo que alguna vez habrá que saber y entender.” Por todo ello, vale la pena soñar e imaginar, pero sin demora, de inmediato, hay que despertar y actuar, porque todo aquello que está en nuestra imaginación solamente debe servir de inspiración, debe ser nuestra fuente de energía y debe convertirse en nuestra fuente de adrenalina. En cambio, Vygotsky escribió: “Desarrollar la creatividad requiere práctica y una mentalidad abierta, pero los beneficios de hacerlo son invaluables”.

¿Cómo se define la creatividad? La creatividad se define como la capacidad de producir algo nuevo y valioso. Este “algo” puede ser una idea, una solución a un problema, una obra de arte, un invento o incluso una forma de pensar diferente. Aunque a menudo se asocia con individuos talentosos o con genios, la creatividad es una capacidad inherente a todas las personas. Todos tenemos el potencial de ser creativos en diferentes aspectos de nuestras vidas, ya sea en la manera en que resolvemos un problema en el trabajo o en cómo organizamos una reunión familiar.

Maya Angelou nos recuerda que la creatividad es un recurso ilimitado. No se nos acaban las ideas, sólo tenemos que recurrir al manantial de nuestra imaginación para encontrarlas.

La literatura y la creatividad están entrelazadas en su totalidad, ya que ambas comparten el poder de la imaginación y la capacidad de transformar lo ordinario en algo extraordinario. Desde tiempos inmemoriales, la literatura ha sido una herramienta clave para expresar ideas, emociones y visiones del mundo. A través de las palabras, los escritores crean universos, personajes y realidades que desafían las fronteras de la experiencia cotidiana además de contar historias. La creatividad podríamos definirla como el motor que da impulso a toda obra literaria. A su vez nos permite mirar el mundo desde una perspectiva distinta, no solo se limita a describir lo que ve, lo reinventa, cuestiona lo que otros dan por sentado y, sobre todo, innovar en la manera de contar historias.

El proceso de creación literaria varía de autor a autor e implica una serie de etapas que ponen a prueba la imaginación. La primera fase suele ser la ideación, donde una chispa de inspiración puede provenir de cualquier fuente: una conversación casual, una noticia o incluso un sueño, una experiencia personal, tras ver una película en el cine…Lo interesante es cómo el escritor toma esta idea inicial y la desarrolla. Después, viene la etapa de la escritura, donde la creatividad se enfrenta a los desafíos de la estructura y el lenguaje. Aquí es donde la inventiva del autor entra en juego, buscando nuevas formas de contar una historia que ya ha sido contada mil veces. La elección de las palabras, el ritmo de la narrativa y la construcción de los personajes son decisiones creativas que pueden convertir una trama sencilla en una obra maestra. Finalmente, la revisión y reescritura son también momentos de gran creatividad, ya que el autor tiene la oportunidad de afinar, eliminar o añadir elementos que mejoren la obra. A veces, es en esta fase donde surgen las ideas más originales.

No debemos olvidar que la literatura, por otro lado, es una fuente inagotable de inspiración para la creatividad de los lectores. Al leer una novela, un cuento, o un poema, el lector participa en un acto creativo, ya que debe interpretar, imaginar y reconstruir las imágenes y situaciones descritas por el autor en su propia mente. La literatura estimula la imaginación, hace que el lector piense de manera crítica y lo invita a explorar nuevas formas de ver el mundo.

Muchos cineastas, directores de teatro, monologuistas, músicos, compositores han encontrado en la literatura un punto de partida para sus propias obras creativas. Desde adaptaciones cinematográficas hasta obras teatrales, la literatura ha demostrado ser un campo fértil para la inspiración de otras formas de arte.

Por todo lo anteriormente expuesto podríamos decir que la creatividad no surge en el vacío; está influenciada por factores como: La curiosidad y apertura mental: una actitud abierta y curiosa hacia el mundo facilita la aparición de nuevas ideas. Por ello experiencia y conocimientos son necesarios para conectar ideas y conceptos de manera creativa. Al igual que la capacidad de cuestionar lo establecido y ver las cosas desde diferentes perspectivas.

La Motivación: tanto la motivación intrínseca (el deseo de hacer algo por el puro placer de hacerlo) como la extrínseca (recompensas externas).

La preparación: es una fase necesaria para investigar, observar y recabar información.

El entorno: será necesario un entorno que fomente la experimentación y acepte el fracaso como parte del proceso, por ello serán necesarios espacios de trabajo colaborativos y flexibles.

Cabe preguntarse: ¿Sigue el proceso creativo un camino lineal? No, sino que es dinámico y puede variar de un escritor a otro.

En el contexto actual, la literatura sigue siendo un campo de experimentación creativa. Las fronteras entre géneros se desdibujan, y la mayoría de los escritores contemporáneos exploran nuevas formas narrativas, incorporando elementos de la tecnología, la cultura pop y el activismo social en sus obras. Además, el auge de la autopublicación y las plataformas digitales ha dado voz a una mayor diversidad de autores, lo que ha enriquecido aún más el panorama literario global.

“El mundo no es más que un lienzo para nuestra imaginación” diría el escritor, filósofo y poeta estadounidense Henry David Thoreau.

Raymond Carver nos dice: “Cada gran escritor, o incluso cada muy buen escritor, hace el mundo según sus propias especificaciones. Es algo parecido al estilo, a lo que me refiero, pero no es sólo el estilo. Es la forma particular que tiene el escritor de ver el mundo”. Carver habla de la visión personalizada que cada creador aporta a su trabajo creativo, una visión que es a la vez única y esencial para la auténtica creatividad.

Escritores como Haruki Murakami, Olga Tokarczuk, Kazuo Hishiguro,  Doris Lessing, Chimamanda Ngozi Adichie, Paul Auster, Rosa Montero, Irene Vallejo, entre muchos otros, han demostrado que la literatura sigue siendo un espacio vital para la innovación creativa. Sus obras invitan al lector a explorar ideas complejas y a cuestionar las convenciones tradicionales de la narrativa.

Ana María López Expósito

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