CLARA CAMPOAMOR – EXILIO Y MANIFIESTO III PARTE

CENTRO ESPACIO RONDA (MADROD)-HOMENAJE A CLARA CAMPOAMOR
Sin lugar a dudas el deseo de Clara Campoamor era volver a España. Los expedientes policiales la tachaban de francmasona y socialista. En 1940 Franco pretendía: limpiar España de masones y comunistas. La Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo, disolvió y prohibió ambas organizaciones, y contemplaba duras penas de cárcel que podían atenuarse si los procesados abjuraban públicamente de su condición o delataban a sus compañeros. Campoamor no era comunista, pero sí masona. Y esta filiación es la que figuraba en su expediente del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. No obstante, Clara hizo cuatro intentos de regresar a España entre 1947 y 1955. En diciembre de 1947 entró en Madrid por el aeropuerto de Barajas y pasó dos meses alojada en la casa de Elisa Soriano. Solicitó ayuda a Gregorio Marañón, que ni contestó, y de nuevo partió a Argentina. Hacia 1950 o 1951 vuelve de nuevo a Madrid con la intención de arreglar su situación. Se pone en contacto con su vieja amiga, cercana ahora al régimen franquista, la escritora Concha Espina, para pedirle una carta que la avalase ante el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. La escritora lo hace, pero los funcionarios del tribunal le dicen que sólo podría quedarse en España si, como contemplaba la ley, se sometía a juicio asumiendo una pena de 12 años de cárcel que podría ser anulada si abjuraba de sus manifestaciones anticlericales y delataba a compañeros de su logia masónica. Tras esa comparecencia vuelve al hotel de la Gran Vía se dirige al aeropuerto para regresar a Argentina. En 1953, lo intenta de nuevo. Regresa a España y hace un poder notarial a favor del abogado Nicolás Pérez Serrano para que, en su nombre, procurase gestionar su regreso. De nuevo, los intentos son fallidos. El último viaje lo realizó en noviembre de 1955. Tras estos fallidos intentos se instala en Lausana, acogida de nuevo por su gran amiga, la abogada Antoinette Quinche. Allí mantuvo sus colaboraciones periodísticas en la prensa argentina y ayudó a Antoinette en su despacho profesional. En cuatro ocasiones intentó regresar a España. La última vez que lo solicitó fue dos días antes de morir. Enferma de cáncer y ciega, expresó este deseo a la persona que desde 1955 la había acogido en Lausana. Le resultó imposible. La condición que le imponían para su regreso era que delatase a los miembros del grupo de masonería al que había pertenecido como miembro activo de la logia femenina entre los años 1931 y 1933. Campoamor siempre se negó.
Para Clara los años iban pasando de forma vertiginosa y le iban pesando. En un momento dado tuvo la sensación de que su vida entraba ya en la recta final y comenzó a escribir una autobiografía que iba a titular Con las raíces cortadas. Aunque confiesa que es «un buceo doloroso en todo mi pasado para vencer este terrible descorazonamiento», reconoce que cuando se entrega a la escritura pasa «los mejores momentos del día». No tenemos constancia de si la llegó a acabar o si la destruyó antes de morir. Nunca apareció entre sus papeles tras su muerte. Habría sido interesante disponer de aquellas memorias para tener constancia de la evolución de su pensamiento, de sus convicciones y de sus anhelos en esta etapa final de su vida.
Con el paso de los años sus sentimientos eran contradictorios, así lo expresó a su amiga Consuelo Berges en una carta escrita en noviembre de 1957. En los primeros párrafos encontramos a una mujer vital. Le dice que «si bien tengo edad para considerarme entregada al derecho y al castigo de descansar, mi temperamento y mis energías me lo impiden. Salvo trepar las cuestas de esta ciudad, que me fastidian a causa de la presión, o de echar a correr por las calles, la verdad es que me encuentro en las mismas disposiciones briosas que cuando tenía 30 años y, si en mi mano estuviera, volvería a fundar asociaciones, dar conferencias, luchar en el foro… todo lo que ha sido mi vida anterior». Pero del mismo modo se confiesa asfixiada por la añoranza de España, por las costumbres, por la barrera de la lengua, por la actitud de las mujeres que va conociendo en el Movimiento de Mujeres que confiesa: «son tan deslavazadas y ñoñas que sólo consiguen irritarme».
En sus últimos meses de vida perdió la vista En 1971 fue operada de cataratas y le cuenta en una carta a la abogada Julia de Cominges que: «como no puedo ver hacia fuera, me consuelo evocando interiormente mi España». A Antoinette le comunicó días antes de su muerte su deseo de morir en España. Su fiel amiga fue testigo de su fallecimiento: «Su muerte ha sido muy rápida e inesperada. Estaba débil, pero había mejorado y, de repente, su corazón ha cedido. Murió mientras dormía, no ha sufrido». Finalmente, falleció en el exilio, en el olvido y sin el reconocimiento del hito que logró en la historia de España. Por decisión propia, fue incinerada. Era la manera más sencilla de que sus restos fueran trasladados a España de la manera más discreta posible. Su urna llegó a nuestro país de manera clandestina y fue depositada en el cementerio de Polloe de San Sebastián, ciudad donde había vivido durante cuatro años tras aprobar en 1909 unas oposiciones. Sus restos descansan en una tumba de la familia de Pilar Lois, su ahijada y a quien la eficiente jurista había inculcando el espíritu de superación y el amor por el estudio y el conocimiento. «Ya sabes Pilar, o estudiar o dedal», le dijo en vida. Pilar logró ser, con los años, la primera mujer colegiada en Medicina en Gipuzkoa y fue la que se encargó de los trámites para traer las cenizas de la letrada y cumplir así con la voluntad de su madrina. Hoy ambas descansan en el panteón familiar. Sus cenizas superaron todas las alturas e impregnaron junto a sus restos, la actualidad en la que ha logrado el reconocimiento merecido y su nombre, representa a esa gran mujer que logró un hecho histórico en España.
En el mes de marzo mes dedicado a las actividades entorno a “Grito de mujer” en el Espacio Ronda de Madrid coordinado por María Victoria Caro Bernal, hicimos un homenaje a Clara Campoamor. Ana María López Expósito impartió una conferencia sobre esta comprometida mujer “Clara Campoamor en el exilio” y leyó un manifiesto, el grupo de poetas de SPNB (Sábados Poéticos la Nueva Barraca) declamaron versos dedicados a esta mujer, gracias a la cuál podemos votar hoy todas las mujeres españolas. A continuación, os muestro el manifiesto:
Manifiesto por la Igualdad: Honrando el Legado de Clara Campoamor.
Hoy, recordamos y celebramos la vida y obra de Clara Campoamor, una pionera en la lucha por los derechos de las mujeres y una defensora incansable de la igualdad. Su voz resonó en un momento histórico en el que las mujeres eran invisibles en la esfera política, y su determinación cambió el curso de la historia en España.
Clara Campoamor no solo abogó por el sufragio femenino, sino que también defendió la idea de que la democracia no puede ser plena si excluye a la mitad de la población. Su discurso en las Cortes Constituyentes de 1931 sigue siendo un testimonio elocuente de su compromiso con la justicia y la igualdad. Gracias a su esfuerzo, las mujeres españolas obtuvieron el derecho al voto en 1931, un hito que marcó el inicio de un camino hacia la plena ciudadanía.
Este manifiesto es un llamado a continuar su legado. Clara Campoamor nos enseñó que la lucha por la igualdad no es solo un acto de justicia, sino también una necesidad para construir una sociedad más equitativa y democrática. Hoy, en un mundo que aún enfrenta desafíos en materia de igualdad de género, su mensaje sigue siendo más relevante que nunca.
Reafirmamos nuestro compromiso con los principios que defendió Clara Campoamor:
1-Igualdad de derechos: Las mujeres deben tener las mismas oportunidades y derechos que los hombres en todos los ámbitos de la vida, desde la política hasta el trabajo y la educación.
2-Participación política: La voz de las mujeres es esencial en la toma de decisiones. Debemos garantizar su presencia en todos los espacios de poder.
3-Educación y concienciación: La lucha por la igualdad comienza con la educación. Es fundamental promover valores de respeto y equidad desde la infancia.
4-Solidaridad y sororidad: Las mujeres deben apoyarse mutuamente en la lucha por sus derechos, reconociendo que la igualdad beneficia a toda la sociedad.
Clara Campoamor nos dejó un legado imborrable. Su lucha no fue en vano, pero aún queda mucho por hacer. Hoy, más que nunca, debemos honrar su memoria trabajando por un mundo donde la igualdad no sea una aspiración, sino una realidad.
Les presento el poema que escribí dedicado a ella para esta ocasión:
LA LIBERTAD SE APRENDE EJERCIÉNDOLA
A Clara Campoamor in memoriam
Clara, atalaya de luz en la penumbra, /tu voz rompió cadenas y alzó el vuelo, /tu voz, valiente, en la historia resuena, /luchaste con fervor en cada instante, /con discursos brillantes a diputados eclipsaste, /anclando en nuestra historia un nuevo anhelo. /Por la igualdad, tu lucha siempre eterna,
justicia fue tu espada y tu bandera, /derechos de mujer, siempre predicaste. /En Cortes, firme, tu discurso arde, /con palabra tenaz, firme, brillante. Venciste prejuicios con razón sagaz, /de libertad, tu gesta fue anclaje. /Campoamor, tu nombre es armonía, /con honra defendiste la balanza/ abriste caminos de esperanza. /Hoy reina tu legado en la hermosura/hacia un mundo sin fronteras. Bella dama, /perspicaz, combativa, en tu honor, / la historia canta; por la mujer, /tu lucha fue /giganta, /de aquel derecho escrito en la bonanza/del voto que es emblema y armadura. /Aunque algunos te llamen mujer olvidada, /para la mujer española actual siempre serás /la puerta de nuestra libertad.
¡Sigamos su ejemplo y continuemos la lucha por la igualdad!
Fuentes consultadas:
2. https://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/14/aih_14_3_063.pdf
3. LEDESMA BEATRIZ. Del amor y otras pasiones: artículos literarios. Madrid 2002.
4.Sor Juana Inés de la Cruz. 1888-1972. Buenos Aires 1944.
5. ISAÍAS LAFUENTE. Clara Victoria. La crónica del debate que cambió la historia de las mujeres. Edito. Planeta. Madrid 2021.
