CÁNTICO AL SEÑOR, poema de Fina López Martínez dedicado al cardenal D. Carlos Osoro

CÁNTICO AL SEÑOR
Me siento mudo, sordo, ciego
Con el alma llena de quebrantos,
Sin la calma, que mi cuerpo necesita
Porque olvide, mi esencia de hombre santo.
Con la valentía y el entendimiento
No tengo nada que ofrecer, entre mis manos,
Necesito que me escuches, padrecito
Arrepentirme, de todos mis pecados.
Señor, no entiendo el porqué de vivir
Ciego, aunque tú me dirijas la mirada,
Mudo, aunque mis palabras no sean bendecidas
Sordo e ignorante a tu llamada.
A pesar de los pesares, señor cuenta conmigo
En un pulsar, te ofrezco mi alma desvalida,
Mi cuerpo vive, inmerso en mil pecados capitales
Mi cruz es pesada, en demasía.
Necesito un amigo, que me ayude, en mi camino
Eres tú, Madre de Dios, Virgen María,
La más bonita hija de Galilea
La más hermosa entre los hombres
El más bello ramillete, de azucenas.
La luz más gentil, que ilumina mi ventura
Ayúdame a pasar del pecado, a la esperanza,
Del miedo, al perdón del bien amado
Perpetuar, obras buenas en plenitud.
Vendimiar, los racimos del fruto deseado
Liberar a mi alma, de esta pena.
Que me lleva a vivir, en esta suerte
Medir al prójimo con la métrica a su medida
En un eterno rito de amor, perdón y vida.
Padrecito mío, libra mi mente de pensamientos indignos
Por toda la tierra se extendió tu voz señor,
Hasta los confines del mundo habitado llegaron tus palabras
Señor Dios mío.

Fina López Martínez
Este «Cántico al Señor» de Fina López Martínez, poeta durqueña de alma profunda y devoción sincera, se erige como un susurro del corazón ante la grandeza divina. En sus versos, cargados de arrepentimiento y anhelo de salvación, la autora nos ofrece un retrato de la lucha interna del hombre contra sus propios demonios. En esta obra, el alma se presenta desnuda ante Dios, con la voz quebrada por el dolor de sus errores y la necesidad de un perdón que reconforte la fragilidad humana. Escrito en homenaje al cardenal D. Carlos Osoro, el poema no solo habla de la súplica personal, sino también de la necesidad de intervención divina en la vida cotidiana de aquellos que buscan redención. Es una obra de penitencia, pero también de esperanza, donde la autora clama por la misericordia y la guía que puede ofrecer la fe en medio de la oscuridad y el pecado. Con un tono profundamente místico, Fina López Martínez nos invita a reflexionar sobre el poder del arrepentimiento y la gracia, y sobre la constante lucha por alcanzar la luz del perdón y la purificación del alma.
Comentario por Carlos Álvaro Segura Venegas
Magnífico poema, mi enhorabuena. Un abrazo.
Bonito poema, felicidades 👏👏👏❤️
Poema que desprende sentimiento en cada palabra, precioso.
Muy bien hecho, es súper bonito, me ha llegado al corazón🫶🏾
Gracias Fina sigue escribiendo. Linda poesía
Que cántico ya bonito y con tanto sentimiento, precioso la verdad 🥰🥰🥰🥰
Extraordinaria alabanza a Nuestro Señor.❤️
Fina no esperaba menos de tí, sabes que te sigo siempre, te has superado, un fuerte abrazo.