Portada » ATEOS Y AGNÓSTICOS

Cada vez que me encuentro con mi amigo Juan me sorprende con lo que me cuenta o por lo que me pregunta. Conforme nos hacemos mayores o viejos, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos van cambiando a una gran velocidad, reflexionando sobre montones de cosas que antes jamás nos hemos planteado. Seguramente sea porque sin darnos cuenta ya estamos llegando al final y porque disponemos de más tiempo en soledad, y es en soledad y en silencio cuando nos encontramos con nosotros mismos, y establecemos el más importante de nuestros diálogos, vemos las cosas más claras. El poeta Antonio Machado se dio cuenta de lo útil que es este diálogo interior:

                    En mi soledad he visto cosas muy claras

                    que no son verdad.

    Seguramente mi amigo Juan al pasar de los 80 y haber sufrido ciertos desengaños afectivos, en su soledad se ha encontrado con más compañía de la que él se esperaba que son sus pensamientos y las muchas preguntas que nos hacemos a nuestras edades. Lo dijo muy bien aquel sacerdote escritor, Martín Descalzo: “El verdadero secreto de la soledad es que no existe. Si es verdadera soledad está llena y acompañadísima. Si está sola y vacía no es soledad, sino simplemente muerte y aburrimiento”.

   Algo así es lo que le debe ocurrir a mi amigo Juan que se ha encontrado con muchas preguntas que antes no se hacía, y la verdad es que no siempre tienen respuesta, bien porque no la sabemos o simplemente porque no la tienen.

    Me ha contado que ahora de vez en cuando va a la iglesia y, como las oraciones, incluso las más sencillas y habituales se le han olvidado por falta de uso, simplemente se sienta en un banco y empieza a pensar libremente lo que le viene a la cabeza y que son  muchas cosas, unas que tienen que ver con la religión y otras, totalmente contrarias, es decir, un lío descomunal; pero que la estancia en la iglesia le sienta muy bien porque le da paz, serenidad y confianza. Por eso, va con frecuencia, pero fuera de los actos religiosos. Una tarde al salir de la iglesia lo vio un vecino suyo y se extrañó tanto que se dirigió a él y le dijo: ¿Tú en la iglesia que siempre te has considerado ateo?  Debes estar enfermo. En aquel momento no supe qué contestar y, simplemente dije que si antes no iba, ahora voy, y además, nunca he sido ateo. Entonces él me dijo que si no era ateo entonces era agnóstico, y sin más se fue. ¿Sabes tú, José Antonio, que diferencia hay entre ateo y agnóstico?

   La primera sorpresa que me dio Juan fue la misma que tendría el vecino que le vio salir de la iglesia, pues desde siempre Juan, si no presumía de anticlericalismo, todos sabíamos que no pisaba la iglesia .La segunda sorpresa es que ahora también se preocupe de los temas filosóficos y teológicos. Le digo que esos son temas complicados que no están a nuestro alcance. Para salir del paso un poco airoso y dármelas de entendido le suelto lo que dice el diccionario: que ateo es la negación de la existencia de Dios, y agnóstico es la imposibilidad del hombre de conocer la existencia de Dios y tampoco su naturaleza.

   Juan se queda pensando un largo rato y al fin termina por decirme que ahora está más confuso que antes, porque, efectivamente, no entiende eso de Dios ni de su existencia, pero sí que cree que existe algo que lo maneja todo, aunque no entiende cómo lo maneja viendo todas las cosas malas que están ocurriendo en el mundo. Ya no sabe si es ateo, agnóstico o qué puñetas es, como le dijo aquel tipo que le vio salir de la iglesia.

  Con intención de aclarárselo un poco le digo que no es ateo puesto que él cree en “algo” y a ese “algo” unos le llaman Divinidad, otros Ser Supremo y otros Dios, qué más da. Al famoso físico inglés Isaac Newton, tan sabio, le preguntaron si Dios existía y la respuesta que dio fue ésta: “Me basta examinar una brizna de yerba o un puñado de tierra para confirmar la existencia de Dios”. Quiso decir que no se puede afirmar ni negar nada, observa el cielo, el mar, la tierra, la naturaleza y tu corazón te lo dirá. Lo importante es hacer siempre el bien y no meternos en más berenjenales.

   Tú lo has expresado muy bien con ese “hay algo”. Sigue yendo a la iglesia y verás cómo en cualquier momento te viene la respuesta.

  Juan parece que se fue medio convencido y se despidió repitiendo mientras se alejaba: “ahora resulta que soy un agnóstico, agnóstico, agnóstico …”

          JOSE ANTONIO BUSTOS   ( 9 – 2 – 2023)

0 thoughts on “ATEOS Y AGNÓSTICOS

  1. Nos iría muchísimo mejor si todo el mundo cumpliera las dos premisas básicas del cristiano:
    Haz el bien y no mires a quién
    Y
    No le hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a tí.

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