Las FALLAS, días de alegría, pólvora y fuego

El sortilegio y la tradición se hacen ciertos en la “Nit de la Cremà”

Fiesta en definitiva, por cuanto han sido unos días de intensa animación, creatividad, diversión y emociones.

Los habitantes de Valencia y las personas que acuden a esta fiesta sin igual, se hacen amigos con gran facilidad, la euforia está en la calle, y en la calle una oportunidad de comentar y conocer gentes muy heterogéneas.

Finaliza un ciclo de días falleros y las comisiones de falla han visto hecho realidad su programa tras un año de intenso trabajo, lucha e ingenio por encontrar la financiación complementaria, pues las de sus propias aportaciones ya están asumidas.

La noche se adueña de la ciudad, las fallas muestran su último hálito de magnificencia y simplemente esperan.

Las comisiones presurosas están preparando el rito, que a las doce de la noche ha de cumplirse, prendiendo fuego a la Falla.

En los lugares con más riesgo, por lo angosto de la plaza ocupada por un monumento fallero de  grandes proporciones, se establece un dispositivo de seguridad a todos los niveles y mucho tiene que decir el <<cuerpo de bomberos>>, que con dotación extra, se ocupa de la vigilancia y auxilia para que todo tenga un final feliz.

Una carcasa prende el monumento, un penacho se eleva majestuoso hacia el cielo y la Falla comienza a arder.

El fuego avanza y los ‘ninots’ se iluminan por fuera y por dentro, se está cumpliendo la costumbre, el fuego purifica y  pretende borrar de la faz de este mundo toda la ‘crítica’ sobre hechos y actuaciones lamentables o mejorables, es uno de los significados de las llamas.

Todo es una llama viva y fulgente, alguna silueta asoma entre el resplandor candente…, se resiste a calcinarse.

Ya todo es fuego y humo el fin está próximo y devora con voracidad el cartón y la madera hasta engullirla por completo en la noche fantástica de la “Cremà”

Se acaba, termina, o quizás no tanto, pues en la mente de los falleros entre tristeza y un mucho de esperanza, revolotean infinidad de ideas y nuevos proyectos para el ejercicio fallero que comienza cuando todo parece que acaba, es el ciclo de las fallas, es la propia vida.

Cuando TODO termina, TODO empieza.

Francisco Ponce Carrasco

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