Redes de ventas – A TODA COSTA
“No me digas lo mucho que trabajas. Solo háblame de lo mucho que vendes”.
Hace unos cuantos años, creo que bastantes, cayó sobre el ser humano la maldición bíblica de ganarse el pan con el sudor de la frente.
El hombre empezó a lamentarse conforme su piel transpiraba. Se ignora en qué lengua y en qué tono se quejó aquel primer individuo, como no se sabe quién inventó el arroz con leche.
En la actualidad, fabricar cualquier cosa no es más que un problema tecnológico y de inversión.
Lo difícil comienza cuando se tiene que rentabilizar la producción, es decir vender y vender.
Entonces empiezan las luchas y contrariedades, aparece un camino de rosas, con pétalos o espinas, pues ambas cosas tienen esta flor.
En momentos de economía frágil y actitudes políticas de “bandazos”, que estamos atravesando, la misión se convierte en desesperación, si hablamos de productos de servicio, y agónicos si lo hacemos de intangibles.
Empresarialmente en los cuadros de comerciales, es cuando se suma otro fenómeno, bastante frecuente y poco deseable, y es que algunos <<jefecillos>> se inniven de los resultados de sus equipos lamentándose a gritos y haciendo un ejercicio escapista ante sus superiores.
Por el contrario, se convierten en <<Medallista Olímpicos>> de inmediato, si son positivos.
Como dijo en 1922 un empresario estadounidense llamado James Ling: “No me digas lo mucho que trabajas. Solo háblame de lo mucho que vendes”.
Francisco Ponce Carrasco