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Una pluma de Mallorca a Molvízar

Siglo de oro en la lengua Castellana del Flamenco

SIGLO XX DEDICADO EN EXCLUSIVA A EDITORIAL GRANADA COSTA

RAÍZ FLAMENCA Y POESÍA AMOROSA EGIPCIA II

 

            A mis apreciados autores poetisa Encarna Lara en su talante y creación de su “Libro Poesía Flamenca” y, al Dr. Alfonso Arrebola en su “Prólogo”, de refinada creación su pluma son surcos del arado labriego donde las palabras son sembradas, en un claro de luma del “Arte e Historia” de la “Literatura Flamenca Universal “. Según los profesores ilustres como Vd. profesor del “Proyecto Global de Literatura Granada Costa”. Y nos hace saber y recordar a escritores y poetas, en cierto modo: Que “el arte flamenco ha sido estudiado, investigado y analizado desde muy diferentes perspectivas histórica, sociológica, filológica y musical”.

             El descubrimiento de las Leyes de la naturaleza y de la música, permitiría al hombre alcanzar un progreso indefinido material y moral, así como la felicidad. De hecho, este movimiento de ideas nuevas es inseparable de la voluntad de transformación de la sociedad neolítica para lograr ese progreso y esa paz deseada desde los principios de los siglos y de los hombres de ciencia de Faraones, Reyes y Emperadores. Reflejando sus ideas al enriquecimiento de su literatura, preocupación del hombre para retenerla almacenada todas las lenguas y culturas del mundo; como el monarca asirio Asurbanipal I, a quien su preocupación cultural le llevó a construir un palacio en Nínive, famoso por su cultura y su gran biblioteca que llegó a tener un fondo de 220.000 tablillas de arcilla, con textos de todo tipo y de todas las culturas del mundo. Como es la egipcia, una de la más antigua del mundo y una de la más importantes y de las más variadas lenguas que se hallan conocido, después de dieciocho siglos fue imposible de entender hasta 1824, cuando se entendieron los más antiguos textos que nos han llegado y se remontan al III milenio a.C.; la última inscripción conocida en escritura jeroglífica está fechada en el periodo de la dominación romana, contemporánea del emperador Teodosio (394 d.C.) y se encuentra en la isla de File. Entre estos límites temporales se desarrolla una cultura literaria rica y diversa.

            La escritura del Egipto de los faraones es de origen pictográfico y se designa con el término griego jeroglífica (es decir “signo sagrado grabado”), pues en ella abundan pequeñas figuras humanas en actitudes diversas, imágenes de aves, peces, reptiles, insectos. Muy pronto superó el estadio meramente figurativo gracias a una serie de recursos, uno de los cuales se funda en la analogía de pronunciación. Junto a la monumental escritura jeroglífica, se desarrollaron dos escrituras cursivas: la hierática (o sacerdotal) y la demótica (o popular, corriente en los cinco siglos antes de nuestra era). Una y otra corresponden a simplificaciones de los signos empleados en los jeroglíficos, cuyo número, en el decurso de milenios, no llegó alcanzar el millar.

            La imaginación y la sensibilidad de los egipcios, su gusto por las palabras y las imágenes los convirtieron en autores de narraciones, que nos mostraban gran talento. Estos géneros propiamente literarios florecieron en Egipto desde el Imperio Medio (h. 2000 a.C.) hasta el fin de la historia del Egipto antiguo. Relatos folclóricos, cuentos maravillosos, novelas de aventuras y epopeyas, junto con los cuentos míticos, constituyen una “biblioteca, admiración de los hombres, reyes y faraones.”

            Los textos poéticos egipcios son de dos tipos por los himnos poemas de amor, siendo muy numerosos los dirigidos a los dioses, a los reyes y a la ciudad. Por regla general se trata de poesía dedicada al culto, de profundo aliento religioso. La poesía amorosa aparece durante el Imperio Nuevo (a partir de 1500 a.C.). Este fue un período de gran prosperidad, en el cual las costumbres se vuelven más libres, el lujo se convierte en moda y empiezan a expresarse los sentimientos. La poesía amorosa egipcia se puede agrupar en tres apartados:

            En el primero, el amor está vinculado a la naturaleza, y las obras expresan los sentimientos a través de la alegría y belleza de los paisajes y los elementos de la naturaleza. En el segundo, se reúnen las poesías que describen las alegrías del corazón (el nacimiento del amor, la evocación del ser humano), con imágenes delicadas y evocadoras. El tercer grupo reúne la poesía que expresa el juego turbador del pudor y el deseo: son poemas ardientes, impúdicos y líricos. Muchos de estos textos poéticos influyeron en la composición del Cantar de los Cantares, poema bíblico atribuido al rey Salomón. Hay que destacar que casi siempre, en estos poemas el amor aparece vinculado a la naturaleza, creación divina, y donde los amantes mezclan sus alegrías con las bellezas y del río.

            La poesía es como la literatura que hay que ir a buscarla en donde se desarrollaron como es la de Mesopotamia, menos rica que la egipcia, la literatura mesopotámica ejerció 6200 años a.C. ya que existen muchas probabilidades de que las obras conocidas más remotas sean copias o reelaboraciones de textos más antiguos de difícil filiación. En esta región surgieron la literatura sumeria, escrita en la lengua del mismo nombre, y la asirio-babilónica, que también recibe el nombre de acádica y que pertenece a la familia lingüística semítica. Cronológicamente la primera es la sumeria y asimismo fuente de inspiración temática de babilonios y asirios que se limitaron a traducir en su dialecto sus obras. Mucho hay que hablar de la literatura y si resulta particularmente visible a la hebrea. A los sumerios se les ha atribuido la invención de la epopeya y, en el curso de los milenios, elaboraron dos tipos de escritura: la cuneiforme, que se convirtió en el primer paso hacía un alfabeto propio y verdadero. Los sumerios en el II milenio a.C. perdieron cualquier vestigio de independencia política y desaparecieron de la escena histórica, aunque su lengua sobrevivió varios siglos en el uso religioso y jurídico. Su corpus literario quedó absorbido en la cultura de los acadios, de lengua semítica. Estos que al norte limitaban con los puros sometidos asirios (Azur y Nínive) y que pronto fueron llamados babilonios, no destacaron por su literatura, pues se dedicaban más al comercio que a las artes y a las letras.

                                                                                               CONTINUARÁ

 

Enrique Martínez de Barrax

“DIPLOMA e HISTORIA UNIVERSITARIA”

Palma de Mallorca, 31 de enero de 2021

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