101 sabores: postres tropicales
El acto tuvo lugar el pasado día 27 de junio de 2018 a las 18:30 horas, fecha y horas previstas para la presentación del segundo libro de José Ruiz Baena (restaurante Baena). La encargada de presentar el libro, Doña Carmen Carrasco Ramos junto a Inmaculada Rejón, y José Ruiz Baena, compusieron la mesa de presentación.
Inmaculada Rejón sorprendió al protagonista de la tarde, José Ruiz Baena, con un cante preparado para él y los postres tropicales que aparecen en el libro, tomando seguidamente la palabra la persona encargada de presentar el libro, Carmen Carrasco, siendo sus primeras palabras de felicitación para la editorial, Granada Club Selección, en la persona de Antonio Manuel Segura, por el gran trabajo realizado en la maquetación e ilustración de este libro, en que destacó que las frutas que aparecen se quieren salir de las páginas. También tuvo unas palabras de cariño y afecto para el matrimonio Baena, José y su mujer Mari Ángeles, destacando de ellos la gran profesionalidad, la simpatía y el cariño en el trato con sus clientes.
De Pepe destacó parte de la entrevista que aparece en el libro 101 sabores, en que mencionó que ya a los 9 años empezaba a destacar como empresario vendiéndole cartuchos de pipas a los veraneantes de la playa de Almuñécar y el cariño que le tiene a su comarca, la Costa Tropical, siendo este su segundo libro dedicado a sus frutas: el primero dedicado al aguacate, con 101 recetas, y este segundo, también con 101 recetas, a un nutrido conjunto de frutas, de los que ha querido destacar sus propiedades como postres. Entre los frutos incluidos en el libro encontramos la chirimoya, la guayaba, el caqui, el membrillo, el higo, el albaricoque, la frambuesa, la fresa, la granada, el litchi, la mandarina, el mango, la mora, la naranja, la níspola, la papaya, la piña, y, como no podía ser de otra manera, el aguacate.
Finalizado el acto de presentación, se procedió a la firma de ejemplares por parte de José Baena y a un típico aperitivo de la Costa Tropical.
COLOQUIO ENTRE FRUTAS TROPICALES
Soy la Naranja
Y la Naturaleza me dotó de un hermoso color,
símbolo de la vitalidad, la resistencia y la fuerza.
Soy conocida como la “fruta de los dioses”
y en el jardín de las Hespérides fui yo,
que no las manzanas, a quien Júpiter robó,
al poseer el don de conceder
la eterna juventud a los humanos.
Musa de artistas y poetas, creando pinturas y leyendas,
fui escogida como modelo de ellas,
prendados de la belleza con que fui dotada,
la redondez perfecta de mis formas
y el aroma que mis esencias exhalan.
Mi antigüedad se remonta a miles de años
y al ser mediterránea, adoro la luz y el agua
Soy la Granada
Preferida fui de Abderramán tercero.
Mi origen es persa, donde era considerada
como el símbolo del amor y la fecundidad.
Por los judíos era tenida como la concordia
y por ellos era llevada como fruta preferida
para hacer las ofrendas en su templo,
admirados del color que en mi vientre llevo
al crear hermosos granos de rubí.
Un viejo antepasado mío, el primer naranjo,
fue plantado por las manos de la diosa Afrodita.
Pero de lo que aún me siento con más orgullo
es por ser el símbolo de mi Granada
y estar representada en su escudo.
Y dicen que la Alhambra, en las puestas de sol,
semeja una abierta granada que desde el cielo
contempla el mismo Dios.
Soy la Fresa
Por mi forma de corazón y mi rojo color
fui para la diosa Venus el símbolo del amor.
Estoy emparentada con las rosas y es tal mi fama
que en occidente, como la “reina de las frutas” soy considerada.
Dicen que una famosa cortesana se bañaba
con el jugo de fresas, tratando
de conservar eternamente su belleza.
Y si una pareja comparte cada uno la mitad de mi fruto,
entre ellos puede nacer un gran amor.
Voluptuosa, la compañera ideal soy del champán
en noches de ardorosa pasión.
Soy el Mango.
Y aunque fruta de nombre masculino,
muy dulce y suave es mi sabor.
Mi color es de un amarillo dorado,
aunque a veces, vergonzoso, me sonrojo.
Por mi pulpa, tan jugosa como tierna,
soy conocido como el “melocotón de los trópicos”,
aunque mi tamaño es corpulento
como corresponde a mi ser masculino y a mi cuerpo.
Soy fuente de muchos minerales
y tengo unas flores caprichosas
que por la noche abren vistosas sus corolas
perfumando el aire con su olor.
Para los hindúes fui el árbol sagrado
y mis hojas eran consideradas
como símbolos de fertilidad y amor.
Soy la Chirimoya
Y provengo de los Andes,
donde en quechua chirimuya me llamaban,
aunque por mi pulpa, jugosa y alba,
también me denominan “manjar blanco”.
Me vine a esta Costa Tropical en donde soy la reina,
famosa y requerida en esta extensa comarca.
De minerales y vitaminas llena, malas lenguas comentan
que a veces tengo… algunas semillas negras.
Pero eso es sólo si no me cuidan bien
pues necesito que con mimo se me trate
y plena de pulpa creceré.
Soy la Piña
En guaraní me llaman ananá
y mi color y aroma son muy peculiares.
Potentes hojas verdes forman una corona,
orgullo de mi ego, ya que mi belleza no pasa inadvertida
y soy la preferida para exquisitos paladares.
Bebida nacional en Puerto Rico,
pues mi piña colada es famosa en todo los lugares
y no hay postre o confitura donde no intervenga,
ya sea en zumos, tartas, almíbar o recetas.
Necesito los rayos de un ardiente sol
y así mis flores, blancas o violetas,
nacen hermosas cada día
llenando el campo de esplendor.
Soy el Caqui
Nací en Japón pero los griegos me llamaron Diospyros,
lo cual quiere decir “fruto divino”,
de lo que me siento ufano y orgulloso.
Mi altura hasta los doce metros puede alcanzar
y mi fruto, rojo y brillante, es muy vistoso,
mi piel, lisa y fragante es
y ofrezco un gran dulzor al madurar.
No puedo soportar a las heladas
y han de tratarme con cuidado sumo
pues carezco de defensa y protección
al ser una fruta demasiado delicada.
¡Soy el aguacate!
Y los toltecas me llamaron aguacalt,
significado erótico que por mi dignidad, no aclaro.
Me cuentan que el mismo dios Quetzalcoalt,
generoso, obsequió a su pueblo con mis frutos.
Aunque de superficie basta y rugosa,
mi fruto es muy carnoso, color crema o verdoso,
al que también denominan “mantequilla vegetal”
por lo untuosa y la riqueza que poseo,
superando en todo a cualquier fruto tropical.
Mi árbol es extremadamente vigoroso
y llega a alcanzar hasta los treinta metros.
Y como rey y señor de toda la Costa Tropical, os ordeno:
¡Frutas!, basta ya de coloquios y alardes vacuos.
Dejad ya vuestra charla y abandonad los campos.
¡Las mesas del Mesón Baena nos están esperando!
Carmen Carrasco, delegada nacional de Poesía Granada Costa
Alvaro Segura
Fue un acto de presentación del libro «101 sabores postres tropicales» que me encantó: el Mesón Baena, la concurrencia, los exquisitos aperitivos con que nos obsequiaron José Luis Ruiz Baena y esposa Mari Ángeles y, sobre todo, el libro hecho con tanto gusto, las fotos de las frutas y las exquisitas recetas. J
osé Luis, vamos por el tercero. Yo me apunto para hacerte el poema. Enhorabuena.