Hablando con… José Molina Tirado, gerente del restaurante Katena

Entrevista realizada el 23 de octubre de 2017 en el restaurante Katena con José Molina Tirado, gerente del restaurante Katena.

Buenas tardes Pepe, nos encontramos aquí en el Restaurante Katena, restaurante regentado por ti, es un honor poder estar aquí una vez más.

Muchas Gracias al equipo de Granada Costa por volver a visitarnos.

P: En primer lugar, nos gustaría que nos contaras la historia de este negocio.

R: La historia de este negocio, podríamos decir que es una historia bastante larga, pues vamos hacer ya 54 años en el próximo 2018. Somos la segunda generación entre la que yo me incluyo, donde ya hay trabajando hijos de mi hermano y mío en la saga del restaurante, por lo tanto, podríamos decir que estamos en la tercera generación.

En primer lugar, este negocio nos lo dejaron mis padres que fueron los que empezaron con un pequeño restaurante, se podría encuadrar dentro de un chiringuito de aquellos tiempos. Era frecuentado por pescadores y gente del campo, que estaban haciendo sus labores y aprovechaban los descansos, donde mis padres les servían bebidas. A la vez mi padre tenía sus labores en el campo, es decir, que no era un profesional de la hostelería, hasta que, en el año 1976 nos comunicó que él ya no podía con el negocio, pues esto se hacía más grande, venia más gente, pues ya estaban aquí haciendo edificios. Y a partir de 1978 tras terminar el servicio militar y mis estudios fui yo quien tomó las riendas del negocio y a raíz de ahí fuimos modernizándolo y adaptándolo a los tiempos.

Viendo las riquezas que tenemos aquí en el litoral nuestro, fue un campo nuevo para mí, pues yo había estudiado  ingeniería técnica y aunque los fines de semana, al igual que mis hermanos, les ayudábamos a mis padres y tenía conceptos del negocio, no sabía exactamente gestionarlo: las cuentas, las compras… y entonces es en ese momento que te dan esa responsabilidad es cuando tienes que poner los pies en el suelo y ver que es una cosa seria, antes era un hijo más y ahora ya era el responsable de este negocio y como tal, yo fui quien inicié esto, porque mis dos hermanos, Antonio y Luis, que están ahora conmigo, estaban todavía pequeños en el colegio. A raíz de eso fui adaptando el negocio a los tiempos modernos.

P: Aquellos tiempos en los que erais pequeños, pero personas con más edad si recuerdan, motril en verano se desplazaba prácticamente a esta zona y montaba una feria de chozas y casetas, para vivir toda la temporada.

R: Efectivamente, así era, en principio estaban las Tres Erres, y una vez que se pobló aquello de gente para la playa, se vinieron aquí enfrente nuestra. Eran tiempos en los que el turismo aún no había empezado, estábamos los motrileños, y algunas personas de Granada y Jaén. Lo curioso es que era un pueblo hecho de casetas y chozas, y vivían ahí delante durante todo el verano y al inicio esos eran nuestros clientes.

P: Nos gustaría que nos recordaras, como comienza la gente de Granada a desplazarse, incluso trayendo sus comidas a estos primeros negocios y prácticamente lo que consumían era la bebida puesto que la comida la traían de Granada, de ahí el nombre de “sanitex” porque lo que consumían era el famoso refresco motrileño.

R: Lo recuerdo de pequeño porque cuando yo entré, eso estaba ya más normalizado, ya no era exactamente de esa forma. Hacia los años 60 recuerdo que venían amigos de mis padres que eran clientes, y antes de ir a la playa pedían las mesas, pues como bien dices, no era una reserva puesto que no comían, solo pedían la bebida y ellos se traían la tortilla, el fritillo, etc. Recuerdo que llegaban y se sentaban en sus mesas y lo único que les poníamos eran las bebidas.

Ya en los años 70 cuando empieza a funcionar un poco el turismo y empiezan a venir alemanes y franceses, creo que eso fue lo que le hizo empujar un poco a España en aquellos tiempos a empezar a terminar con esta costumbre de ir a comer al chiringuito, donde únicamente consumías la bebida. A la vez que las playas iban teniendo un poco más de éxito, porque en Málaga iban empujando mucho. Entonces en Granada no quedaba más opción que venirse a las playas suyas porque, aunque sean las playas de la Costa Tropical, en definitiva, son las playas de Granada. Entonces en los años 70 empezaron a construir la urbanización con el nombre de urbanización el chirimoyo, que es todavía una insignia del turismo que prometía en aquellos tiempos, ahí también vino el palacio de Balduino y Fabiola que también le dio un carácter turístico bastante importante a la zona. A raíz de esto comenzaron a hacer edificios desde las Tres Erres hacia aquí, entonces peones, contratistas y albañiles eran un potencial de clientes que teníamos nosotros y ya también estaban varios chiringuitos de aquel tiempo como eran las Tres Erres y la pintora.

P: Es curioso porque a pesar de toda la infraestructura que están haciendo en Motril, aun se ven   pequeños chalecitos y casas adosadas que continúan aquí, en la primera línea que nos encontramos de aquellas antiguas que empezaron a venir, de gente de motril que fabricaba aquí su cortijo.

R: Efectivamente, aquellos que pudieron y tenían alguna finca por la zona o pudieron comprar, como son por ejemplo los palomares, y diferentes familias más. Ellos tenían sus casetas y les gustaba la zona, y compraron o tenían algún terreno, edificaron sobre él un chalet.

P: Pepe, también recordamos cuando tu llegas aquí, a lo que hoy en día es este gran restaurante, que le diste un poco de vida a la zona principalmente por la discoteca de verano.

R: La discoteca de verano era algo que pedía a gritos el restaurante, todavía suena la discoteca Katena, porque tuvo mucho éxito y se tuvo que dejar no porque no funcionara sino porque no podíamos con ella. El enclave nuestro es el restaurante y por ese motivo se mantiene el restaurante y la discoteca no. Aunque la gente joven les empezó atraer más el Katena por su discoteca que por su restaurante. Fue una iniciativa dentro de lo que denomino como barco del progreso donde el turismo nos visitaba y teníamos que ofertarle algo de ocio. A partir de esto los hermanos Lecrin hicieron el hotel, ellos fueron buque insignia de la hosteleria en aquella época, y después continuaron con lo que es hoy el Hotel Elba. Era el compromiso que teníamos tanto ellos como nosotros, era la promesa del futuro turístico.

En definitiva, estoy muy orgulloso de la herencia que nos dieron mis padres, puesto que ahora mismo el restaurante, es toda mi ilusión y no podría vivir sin él.

P: Además, hoy en día podríamos decir que el restaurante Katena es el buque insignia de la Costa Tropical, por los años que tiene de vida, por la solvencia en sus comidas y sus servicios, todo esto hace que sea muy conocido en toda la zona. Y Aquí es donde te queremos preguntar, ¿Cómo has logrado que tu pequeño sueño se haya hecho realidad?

R: Pues se trata de un sueño costoso, porque lo cómodo de un trabajo es seguir en una línea y olvidarte, pero lo mío fue más inquietante, yo tuve que ir a escuelas de hostelería, tuve que ir a restaurantes de amigos y tuve que aprender mucho para poder tener el restaurante al día, no es nada fácil la trayectoria, pero me gustaba y me ilusionaba y era mi meta ir mejorando cada día.

P: Algo muy importante del restaurante Katena, es que no solo es un restaurante, sino que es un sitio de ocio, un lugar de celebraciones… ¿con que superficie cuenta el restaurante?

R: Hablando de mis padres, como comentaba al principio que fueron los pilares de esta finca mi padre se dedicaba al campo y a la vez tenia animales, y tenía unas naves que a su vez venían de mi abuelo y eran de uso agrícola, y desde ahí fuimos restaurándolas y adaptándolas, tenemos diferentes jardines y zonas dividas en lo que hoy es este restaurante.

P: ¿Cuál es el aforo del cortijo Katena?

R: Hemos llegado a contabilizar hasta 700 personas en un solo día. Es muy complicado porque es una responsabilidad muy fuerte y muy grande, quieres hacerlo todo bien, y acabas con dolores de cabeza y si no lo haces bien ya no es que te reclamen, es que tu personalidad y tu trabajo se resienten.

P: ¿Cuántos puestos de trabajo mantiene el restaurante cortijo Katena?

R: Hoy por ejemplo estamos trabajando 19 personas, puesto que 6 se encuentran de vacaciones, pero en plena campaña que da su comienzo en mayo con las primeras comuniones y bodas, ahí llegamos a estar hasta 80 personas y días con algunos más.

P: Al ser un lugar tan grande y en el que se pueden reunir tantas personas, deberá tener unas infraestructuras detrás, bastante grandes…

R: Efectivamente, al ser tan amplia la vida de este restaurante tenemos también una gran bodega de vino con todas las añadas que nos han dicho las bodegas buenas que guardemos. Nuestra bodega cuenta con una temperatura ambiente controlada durante todo el año.

P: Una parte a destacar es que, desde siempre se ha visto muy reflejado la incorporación de las nuevas frutas de la Costa Tropical en vuestro restaurante, tanto la chirimoya, como el aguacate, como el mango… Y siempre, en cualquier época del año, están reflejados estos productos.

R: Digamos que esta costumbre viene de mis padres, ellos eran labradores y tenían su propia fruta. Recuerdo que sobre los años 70, yo tenía los 18 años y mi padre traía la chirimoya y el aguacate del campo. La chirimoya si se consumía rápido porque estaba dulce y nosotros mismos nos las comíamos, pero de los aguacates que traía mi padre, algunas cajas y se maduraban y acaban comiéndoselos los animales, no había conocimientos sobre cómo se consumía ese fruto, en el año 81 creo recordar, Juan Carlos Benavides, alcalde de Almuñécar, nos invitó a ir FITUR en Madrid. Ya estando en Madrid, Paco, el cocinero de Casa Paco y yo, vimos allí gran cantidad de cajas de aguacates y de cajas de anchoas, nuestra misión era abrir aguacates en trozos y con un palillo con una anchoa dárselos a los visitantes, y se formaban colas enormes de gente y a todos les gustó el aguacate y la gente preguntaba si se vendía el aguacate en algún lugar, yo les decía que este aguacate era de Motril.

Al llegar a Motril, me senté con mi padre, le conté lo sucedido, y mi padre me comentó que desde ese momento la ensalada en katena llevaría aguacate. Y así fue, comenzamos a poner aguacates en las ensaladas y había gente que los apartaba, pero a raíz de ahí, ahora si nos falta aguacate en la ensalada la gente ya no la pide.

No solo lo utilizamos en la ensalada, o acompañados de una anchoa, también lo presentamos en tortilla, crema de aguacate, aguacate con gambas, aguacate con huevas… El aguacate es un producto que no nos puede faltar.

El mango quizás vaya siguiendo los pasos del aguacate, por aquellos años yo no lo conocía, pero más tarde se fue incorporando a la cocina y a las huertas de Motril, y ahora le pasa como a la chirimoya y al aguacate, si no lo tenemos, en invierno cuando no hay cosecha aquí en la zona lo pedimos a Sudamérica para poder mantener en carta el mango. El aguacate tiene la ventaja de que, al haber varias variedades, pues tenemos en todo el año prácticamente.

P: Hablemos de un producto que durante más de mil años lo hemos tenido y que Cortijo Katena está intentando que no se pierda por lo menos el reflejo de que hemos vivido de ese producto estrella, que es la caña de azúcar, siempre vemos que tienes botellas con ron y trocitos de caña de azúcar.

R: Sabemos que nuestra Cultura es una cultura de caña de azúcar, nombro a mis padres porque para ellos su vida era la caña de azúcar, todas las tierras de mi abuelo y de los hermanos de mi padre eran de caña de azúcar y era la economía familiar. Cuando la fábrica molía la caña, mi padre compraba un saco de azúcar blanca y otro de azúcar moreno, entonces eso es algo que siempre he tenido en la cabeza y es algo que he querido desde siempre incorporar al restaurante, a raíz de que la caña de azúcar desapareció, mi padre siguió sembrando una finca de caña de azúcar, porque ya se hace historia. Ahora viene los niños de los colegios a ver la caña de azúcar, ver como se siembra, como crece y se corta, y viene personas de muchos países buscando la cultura del azúcar de la Costa Tropical.  Se trata de un taller con empleados que tenemos, donde se les explica a los visitantes la historia y las peculiaridades de esta planta.

Fue un producto de mucha relevancia en la Costa Tropical, puesto que de ella vivían muchas familias, como por ejemplo la mía.

P: La incorporación de las nuevas verduras y hortalizas que tenemos como son el tomate cherry, los pimientos pininis, etc. todos estos productos ¿Cómo se están incorporando en la cocina?

R: Todas estas verduras y hortalizas, son una despensa que nos ha abierto el campo y nos ha favorecido a la cocina, tanto los tomates cherry, como los pimientos en todos su tamaños y colores…

Esta agricultura nos ha dado una gran cantidad de ideas para realizar platos nuevos. Una vez que tienes el producto ya solo te queda sentarte y hacer la receta. Cada vez preguntas más y más, es sorprendente el adelanto que tenemos en todos esos productos, algunos no hay que cocinarlos siquiera, puesto que son dulces, se pueden comer naturales. Quisiera aprovechar para agradecer a los agricultores por su empeño, a nosotros nos han valorado la cocina muchísimo. Desde aquí les conocen en Europa, pero somos nosotros quienes tenemos que darles ese impulso que necesitan y darles las gracias de que cada día tenemos una gran despensa por ellos.

Y eso para nosotros es una grandeza bestial, pues te saca de apuros en recetas, en innovación, cada día que viene un cliente y pregunta por el color, tienes que explicarle el color del pimiento, por qué lo hacen, por qué lo tenemos y por qué no lo tienen otros mercados. Gracias a nuestro clima, gracias a nuestras tierras, gracias a nuestras playas y gracias a nuestro mar, tenemos esa calidad en todos y cada uno de nuestros productos, y son los que nos hacen fácil la cocina.

P: Hay otro tema que también tenemos que destacar en esta entrevista y es que, si los tropicales forman parte de vuestra cocina, también lo hace el mar, porque desde la quisquilla de Motril hasta cualquier pescado o marisco que llegue al puerto está en restaurante Katena, e incluso se mantienen vitrinas con animales vivos en el restaurante.

R: Quisiera explicarte lo que hace la restauración en el futuro de los productos, yo recuerdo ir a la lonja pesquera, porque fue mi padre quien me enseñó todas estas cosas, y allí había tanto pulpo que era barato e incluso se tiraba pulpo a la mar porque no había mucha demanda en la cocina. Pero gracias a todos los restaurantes de Motril, no solo al restaurante Katena, que impulsó el pulpo a la parrilla, en zoquillo… La gente lo ha demandado tanto que ahora el pulpo es una estrella como lo es la quisquilla de Motril, ahora el pulpo en Motril vale un dineral, los pescadores antiguos se echan las manos a la cabeza con lo que era el pulpo y lo que es, lo que era la quisquilla de Motril y lo que es, porque en la cocina los hosteleros le hemos dado valor y la gente lo ha entendido, lo ha probado y gracias a eso tenemos que tener la denominación de origen de la quisquilla, porque ya hay otros productos parecidos pero no son lo mismo. Esto es un ejemplo de lo que es darle valor en una cocina a un producto que se alza para que se conozca a nivel provincial, nacional e internacional.

La quisquilla de Motril la he encontrado en Madrid innumerables veces, todo gracias a la labor de la restauración motrileña. Recuerdo, por ejemplo, con el pulpo hacíamos ollas y ollas de zoquillo de pulpo, el problema es que se ha conocido muy tarde, pero todo gracias a las cocinas que lo han impulsado.

P: Pepe, no solo es común el pulpo y la quisquilla de Motril, porque estamos viendo la gran cantidad de peces y mariscos que se encuentran en las vitrinas del restaurante.

R: Hablaba de estos dos productos porque prácticamente acabamos de terminar la temporada del pulpo a la brasa y de la quisquilla. Pero luego tenemos gran variedad de productos del mar que llegan al puerto de Motril, algo muy importante y con bastante fuerza es el bogavante, en este restaurante mucha gente nos demanda el arroz con bogavante.

Los valores de estos productos han llegado hasta un punto inmejorable. Antes la gente veía los bogavantes como un bicho raro e incomestible, nosotros lo fraccionábamos y servíamos arroz caldoso con bogavante, que es uno de nuestros platos estrella, pero ya ha tomado tanto valor el bogavante de la Costa Tropical que hasta incluso tenemos que comprarlos fuera del puerto de Motril. Hay tanta demanda que a veces tenemos que pedirle a Galicia bogavante y las langostas también han crecido bastante en este ámbito.

También tenemos otro tipo de pescado que antes casi no se le daba su valor y que ahora cada día se le está dando más valor, como es la sardina y el boquerón. La sardina a veces en verano ha valido más que el boquerón, que la pijota y que un calamar, este verano hemos llegado a pagar la sardina a 12 y a 14 € el Kg. Y antes eran pescados de poco valor.

P: Pepe, nosotros pensamos que la Costa Tropical y todo su entorno, los podemos comparar con cualquier punto de los más importantes del mundo. ¿piensas que es así?

R: De hecho, en la costa Tropical estamos entre Almería y Málaga; Málaga está desarrollada totalmente y es un rincón del mundo preferido por europeos y americanos, y prácticamente todo el mundo. Y Almería también ha sabido desarrollarse y está con un valor ascendente.

La Costa Tropical y sobre todo Motril necesitan desarrollo, porque Almuñécar también se lanzó en sus días en plazas hoteleras, que ahora gracias a las comunicaciones están llenos los hoteles en invierno y verano. Lo que nos pasa es que es el momento de que despeguemos Salobreña y Motril, básicamente toda la parte de Salobreña hasta Almería que es lo más dejado que hay ahora mismo de la Costa Tropical. Nos están demandando 4000 plazas hoteleras, yo tengo un hijo en Francia, y tiene inversores que quieren estar aquí en Motril, gente que lo conoce, vuelve y lo recomienda, y es esa la mejor publicidad que tenemos, pero tenemos que despegar. Aquí nos hacen falta hoteles, ya que el cliente que tenemos aquí en el restaurante va a dormir a Almuñécar.

Esto es debido a Juan Carlos Benavides que supo fomentar Almuñécar, aquí en Motril nos hace falta una persona que tenga la fuerza y el interés que tuvo él en su día, el hizo los hoteles que hizo, sacando pecho por su ciudad, luego ha tenido por cada hotel un juicio, que los ha ganado todos y ahí están los hoteles.

Eso es lo que nos hace falta en la Costa Tropical, sobre todo en los municipios de Salobreña y Motril como mencionábamos antes.

Hace falta alguien que vea que están demando 4000 plazas hoteleras y que esas plazas deben salir adelante, pero nos topamos con que hicieron un plan parcial muy grande, con un terreno para construir hoteles tan grandes que no puede desarrollarse. Lo ideal sería acotar ese plan e ir construyendo poco a poco. Como por ejemplo se fue haciendo Almuñécar, hacerlo todo de golpe no es viable.

Tenemos un atraso aquí en la Costa Tropical en todo, las carreteras hemos sido los últimos, nos encontramos con muchos obstáculos. En Motril nos encontramos por ejemplo con el problema de las estaciones de luz, ahora resulta que en Playa Granada no se puede construir más porque no hay suficiente energía para poder abastecer.

P: También desempeñas un papel muy importante a través de tu cargo como presidente de la asociación de hosteleros de la Costa Tropical, ¿Cómo se ha visto que se incorpore desde Pozuelo hasta la Herradura como Costa Tropical, cuando realmente los trópicos están de la Herradura hasta Motril nada más?

R: Pienso que ha sido una iniciativa desde la Mancomunidad de municipios, se ha incluido todo para los servicios comunes y de esta forma vender la marca Costa Tropical. Pero mi inquietud como presidente de la asociación de hosteleros, es precisamente lo que hablábamos anteriormente, que no teníamos armas para poder prevenir el nuevo desarrollo que están queriendo introducirse. Si viene un inversor, queremos que estén las subestaciones eléctricas para que puedan enganchar, siempre se ha podido hacer anteriormente, tener los recursos necesarios para poder ir avanzando.

P: Aproximadamente, ¿qué número de negocios dedicados a la hostelería tenemos en la Costa?

R: En la hostelería estamos alrededor de 2000 negocios hoteleros y hosteleros.

P: ¿Nunca se ha pensado que la asociación la presida un hostelero y hotelero?

R: Es muy distinto porque la hotelería es un sector que está más reflejado en el censo de camas y la restauración estamos más implicados en el tema de los productos.

P: Lo que se aprecia en los últimos años, es que los hoteles están contrarrestando los servicios de la hostelería, en los últimos años se ha vendido y bombardeado mucho el paquete de “todo incluido”.

R: No nos equivoquemos, porque, aunque un hotel que te ofrezca todo, la gente investiga y va a la ciudad, aunque sea un día y ve un restaurante, y ve que esos no son los productos de la Costa Tropical, por ejemplo, sino que la costa Tropical va más allá, y por eso necesitan mercados, necesitan restaurantes, y las costumbres de nuestra costa.

Pero aparte de esto, ya que ha salido el tema, los hoteles se han dado cuenta de que el hostelero es muy importante en sus cocinas. Y prácticamente todos los hoteles tienen sus cocineros estrella para que lleven el restaurante de su hotel y ofrezca productos de su comarca, y entonces ahí también está despejándose el turismo por esa fase, que el hotel no de una imagen de cama, sino que también su restaurante refleje la esencia de la tierra.

P: Como presidente de la asociación de hosteleros, de todos es sabido que para un visitante es muy importante el ocio, museos, cines, etc. ¿La Costa está desarrollando ese tipo de infraestructuras para el visitante?

R: Personalmente creo que sí, aquí tenemos un museo industrial de la caña de azúcar, tenemos el Cerro de la Virgen, tenemos la casa de Torreisabel, donde se realizan distintas exposiciones, tenemos la familia del pilar como museo de la caña… Pero la gente cuando visita la Costa Tropical, viene pensando en el mar, en su pescado, en la agricultura y en sus productos. Creo que la gente suele venir a comer y a disfrutar comiendo, disfrutar del mar, más que ese tipo de infraestructuras. Hay ciudades que no pueden vender estos productos que tenemos en la Costa Tropical, entonces tienen que desviar a otras cosas como son los monumentos, museos y espectáculos.

Aquí lo primero que pregunta la gente cuando viene a la Costa Tropical es si tenemos quisquillas en el restaurante, si tenemos chirimoya, si tenemos aguacate, es que incluso llaman por teléfono para decirte que quieren comer quisquilla y los diferentes productos.

A nosotros el que no esté la playa de Motril junto a la ciudad nos perjudica mucho, deberíamos hacer igual que Málaga; que ha unido sus playas y su puerto a la ciudad, y eso que está más lejos que Motril del puerto. Lo han demandado muchísimas personas y personalidades. Sería el encaje perfecto para que en este caso Motril, que es donde nos encontramos, creciera a nivel turístico que la gente estuviera bañándose en la playa y de un paseo estuviera en Motril.

En resumidas cuentas, aunque aquí en Motril haya diferentes ofertas de ocio y algunas de ellas muy llamativas, lo que el visitante más demanda son los productos gastronómicos de la Costa Tropical.

Hemos conseguido a través de la hostelería y la despensa que nos dan nuestros pescadores y agricultores, vendérselo a la gente y la gente ha vendido la Costa Tropical como templo gastronómico, más que por sus museos y más que por otro tipo de servicios.

P: En líneas generales, ¿La Costa Tropical en todo su conjunto se promociona bien en las diferentes ferias nacionales e internacional, o está a falta de un empujón por las administraciones para tener una promoción más fuerte en los mercados?

R: Las ferias antes eran muy importantes porque no teníamos tantos medios de comunicación como tenemos ahora, aunque es muy importante estar en ellas, como por ejemplo en FITUR, puesto que es la feria del turismo, y es una feria muy importante a nivel nacional e internacional.

Las administraciones no están empujando esa promoción, tenemos que ir con un paquete único que es la Costa Tropical, no puedes ir con un municipio. Nosotros deberíamos de hacer una promoción de Granada por un lado y Costa tropical por otro. No aprendemos de Málaga, por ejemplo, que es nuestra hermana y la tenemos al lado.

Sería vender la Costa Tropical con sus playas únicas, su Sierra Nevada única, con su Alhambra única y así es la forma en la que venceremos. Tenemos que hacerlo unidos y todos tendremos mucho futuro.

En una feria, vender un sólo paquete, con las cuevas de la zona norte, las playas tropicales, las frutas y los productos alpujarreños, venderlo todo en un paquete. Una cosa atractiva. Estamos en una zona tan estratégica que, si vendes la Costa Tropical, el visitante hace sus cuentas y ve la alhambra, en poco tiempo también está viendo Sierra Nevada, etc.

P: Bueno Pepe, para terminar esta entrevista, ¿hay algo que se nos haya quedado fuera y tú quieras resaltar?

R: Destacar sobretodo que apostamos todos por el futuro de la hostelería y los hoteles de la Costa Tropical, porque estamos en manos de las administraciones para que le den armas a los inversores y a los inversores darles pie para que funcione lo que se ponga en marcha. Resaltar que dependemos de las administraciones para que haya infraestructuras y a la vez seguir creciendo.

En la Costa ahora mismo estamos entorno al 50% en agricultura y 50% el turismo, aunque quizás la agricultura algo más. Puesto que se ha hecho fuerte y hay empresarios buenísimos, ha sido más fácil ampliar la agricultura, porque con el campo, se implica una construcción y efectividad más pronta que un hotel, por ejemplo.

El turismo debemos tener en cuenta que es el motor de arranque de la construcción, sino hay demanda no se van a construir nuevas infraestructuras turísticas. La agricultura va muy bien, pero, por ejemplo, el turismo no debería ser desatendido, porque donde se para el turismo se para la construcción.

P: Sin más, pepe nos gustaría agradecerte tu tiempo dedicado y la oportunidad de poder reunirnos contigo aquí en tu restaurante, muchas gracias por todo.

R: Gracias siempre a mis amigos de Granada Costa, un placer veros por aquí.

Pepe Segura