Soñar despiertos para niños y mayores – A TODA COSTA
Cada 5 de enero, la Noche de Reyes despierta una magia especial que recorre hogares y corazones.
La esperada llegada de los Reyes Magos, representados por Melchor, Gaspar y Baltasar, es sinónimo de regalos, ilusión y una oportunidad para reflexionar sobre los valores de la generosidad y la esperanza.
Para los niños, (también mayores), esta noche tiene un significado profundo, lleno de expectativas, envuelto en un sueño inquieto en espera de que amanezca.
La entrega de regalos es uno de los momentos más apetecidos del año, un acto de amor que representa ese elixir de cariño, inocencia, y oportunidad de cumplir un deseo, envuelto de alegría.
Los obsequios son, en este contexto, símbolos de esperanza, un futuro lleno de promesas, y sobre todo, de la magia que reside en la inocencia de los pequeños. Cada juguete, cada detalle, tiene un peso emocional, pues se asocia con la idea de que tuvieron buen comportamiento y así seguirán en el futuro, para que en años venideros los reyes Magos, guiados por la estrella de Belén, sigan trayendo luz a nuestras vidas en familia.
La celebración de la Epifanía, con su mezcla de religiosidad, tradición y valores universales, es un puente que conecta el pasado con el presente, enseñándonos a valorar lo que tenemos y a recordar a aquellos que, por distintas razones, no tienen las mismas oportunidades.
Sin importar la cantidad de regalos, lo más elocuente es el amor que compartimos y la esperanza que podemos ofrecer.
Y es que, al final, la verdadera magia de los Reyes Magos es su capacidad de recordarnos que siempre hay lugar para la bondad, la solidaridad y el motivo, para reunirse la familia con sus juguetes nuevos, nueva ropa, en torno a una mesa, mejor de restaurante, para quitar trabajo a las siempre sacrificadas amas de casa.
Francisco Ponce Carrasco