Portada » NUNCA UN NO PUEDO

– ¿Da usted su permiso mi sargento?

Adelante, se presenta el cabo de primera,

– Lozano, ¡señor!

– Descanse cabo y tome asiento

– ¡Gracias señor!

– Dígame cabo ¿a qué debo su visita?,

– Si me lo permite señor, quisiera mostrarle algo que he redactado como homenaje a la unidad mi sargento

– ¡Adelante cabo, tiene mi atención!

– Gracias mi Sargento…

Bueno decir que, las fuerzas de Operaciones Especiales, si ya eran en épocas anteriores, vitales para una defensa del país equilibrada, cobran fuerza actualmente, tras los últimos conflictos en Afganistán primero e Irak posteriormente y actualmente ante la amenaza terrorista internacional.

Un mayor protagonismo para disponer de una mayor capacidad para poder operar en el mayor ambiente político-militar y así poder llegar a ser un instrumento importante en la política de Defensa de España como parte de las Fuerzas Armadas, colaborando dentro de una amplia gama de misiones que asigna el concepto operacional de nuestro Ejército de Tierra, en el seno de las principales alianzas con las que estamos comprometidos, como fuera de ellas, constituyendo una garantía de actuación y un elemento de disuasión.

Sí debo decirle mi Sargento, que, en este nuevo ambiente, si no novedoso, sí más agitado, se han llevado a cabo significativas transformaciones de conceptos en nuestro entorno occidental, revalorizando y actualizando el empleo de Unidades de Operaciones Especiales.

Pero ¡ojo! Mi Sargento, cabe atribuir el nombre a los franceses, esta atípica forma de lucha data de mucho antes, de hecho, Señor, fue una constante en suelo hispano en el siglo II A. de C.

Hay que tener en cuenta, mi Sargento, que el año 1956 la Escuela Militar de Montaña, propone al mando superior impartir cursos de capacitación para el mando de Unidades de guerrilleros, termino este, que llevaba muchos años incorporado al vocablo militar. Ya en 1808, los franceses bautizaron como “petit Guerré” la que, a su ejército, le hacían en España las cuadrillas y partidas de patriotas. El término se generalizó y transformando en guerrilla, acabaría por popularizarse en todo el mundo.

ANTECEDENTES:

Antecedentes mi Sargento, ya encontramos de lo que los romanos dejaron constancia escrita, resultando asombroso el paralelismo existente entre lo que entonces aconteció y las sucesivas maneras de oponerse, a lo largo de los siglos a otros invasores.

Así pues, el guerrillero es un producto del alma Celtíbera, la reacción inmediata cuando se encuentra frente al enemigo en plena naturaleza y con la organización deshecha en lo que constituye su médula: La jerarquía.

Resulta obvio pues, buscar las raíces de nuestras COEs, no solo en las partidas guerrilleras alzadas contra el invasor francés, si no, remontándonos a la época de Viriato cuando agrupados en núcleos, que Tito Livio llamó Latrones, ya utilizaban unos métodos similares; el Concursare, que consistía según cuentan, en desgastar al enemigo, provocar su cansancio, promover constantes emboscadas, saquear el territorio, etc…

Táctica de hostigamiento continuo y huida basada en la rapidez y la sorpresa.

Otro tanto mi Sargento, ocurrió cuando los árabes invadieron la Península Ibérica tras la batalla de Guadalete en el año 711.

Los visigodos, a las órdenes del Noble D. Pelayo, organizan una resistencia guerrillera en los montes del norte, dando comienzo la reconquista. Más tarde, en 1303, los Almogávares (payeses catalanes) que acompañaron a Roger de Flor en sus expediciones a Grecia y Oriente, actuarían del mismo modo, según el Dr. Sabrequés, “Se trataba de soldados de tropa irregular de Infantería que se infiltraba en tierras enemigas”.

CARACTERÍSTICAS:

Pero será en la Guerra de la Independencia en 1808, con mayor información bibliográfica que las anteriores, donde podemos buscar los antecedentes del espíritu guerrillero que ha caracterizado a las COEs desde su creación hasta nuestros días.

Pérez Galdós, en sus episodios nacionales cuando habla de Juan Martín “El Empecinado”, narra el modo de combatir guerrillero; en las guerrillas no hay verdaderas batallas, es decir, no hay ese duelo previsto y deliberado entre ejércitos, que se buscan, se encuentran, eligen terreno y se baten.

Las guerrillas son la sorpresa y para que haya choque, es preciso que una de las dos partes, ignore la proximidad de la otra. Los mismos franceses, como el oficial de la guardia Corps Hayles, nos dejaron constancia del quehacer guerrillero. El pueblo entero se veía encarnado en ellos como la manifestación más española de la lucha, y cuanto podía hacer por ayudarles, otro tanto hacía.

Las órdenes de los guerrilleros eran obedecidas sin discusión; para servirles, todo habitante estaba pronto a ser correo o espía, cuando encontraban ocasión de batirse a su lado, lo hacían sin vacilar. Por otro lado, visto lo provechoso de su forma de combatir, se legaliza por primera vez en España, a las Unidades Guerrilleras de nuestra historia, mediante la publicación del reglamento de partidas y cuadrillas, de 28 de diciembre de 1808 y después el Decreto del Curso terrestre de 17 de abril de 1809, donde se reconocía a los guerrilleros, aunque fuera del contexto del Ejército Nacional, con el propósito de coordinar sus acciones hacía un mismo fin: La expulsión del invasor.

– Continuo con su permiso, mi Sargento.

– ¡sí, sí, continúe cabo!

CREACIÓN DE LAS UNIDADES DE OPERACIONES ESPECIALES.

La idea mi Sargento, de crear UOEs nace en la EMM en 1956, cuando se propone impartir un curso para diplomar a los mandos de las futuras Unidades, que debían organizarse según un razonamiento basado en la profusión de la lucha de guerrillas.

Así es como, a modo experimental, del 14 de enero al 14 de diciembre de 1957 se desarrolla en ese centro el primer curso de aptitud para el mando de Unidades guerrilleras, dividiéndose en dos fases con un periodo de descanso entre el ocho de agosto y el dos de octubre.

El 13 de Diciembre de 1961, finalizado el IV curso y en consecuencia, cuando ya se contaba con suficientes mandos para formar la primera Unidad Guerrillera, el Estado Mayor Central del ejército dicta, “Por orden del Ministro General Barroso, la instrucción general nº 161-125, emanada de la 1ª sección en la Dirección General de Organización y Campaña, en la que se dan normas para la creación experimental de las dos primeras Unidades de Operaciones Especiales, de ellas la nº 71 se encuadraría administrativamente en la Agrupación de Infantería Milán nº 3 en Oviedo y con dependencia táctica de la División Oviedo 71 y la Unidad de Operaciones Especiales nº 81, dependiendo en los mismos términos, de la Agrupación Zamora nº8 en Orense y de la División nº 81.

Ambos tenían como plazo para finalizar su organización, el 1 de marzo de 1962, como armamento novedoso, se dotaba a cada hombre además de su fusil de asalto CETME, con pistola y cuchillo.

Todo el personal de tropa era voluntario, aunque debían superar unas pruebas de selección y el compromiso era por el tiempo en que el reemplazo permaneciese en filas, facilitándoles el reenganche si lo deseaban.

Los haberes que percibían, eran los reglamentarios en el personal de tropa, más un plus de 12 pesetas por día de campo y 6 pesetas por día de cuartel, ¡¡Aunque a día de hoy mi Sargento, estas cifras puedan ser insignificantes!!, entiendo que en aquel tiempo era cierto capital;

– Ciertamente Cabo, prosiga con su alocución

– Sí, mi Sargento.

El plan de instrucción a seguir, así como la doctrina en la que se debía fundamentar el desarrollo del mismo, fue encargado a la Dirección General de Enseñanza.

A continuación, hablaré sobre Las Compañías de Operaciones Especiales, mi Sargento.

El día 8 de diciembre de 1962, en la conmemoración de la festividad de la Inmaculada Concepción, patrona del arma de Infantería, la UOE nº 71, estrenó la Boina Verde, símbolo por excelencia de estas unidades, pues a modo de baño colectivo, une a todos los hombres que la llevan y marca un peculiar estilo de vida militar, girando en torno a ella, todos los valores morales del soldado de UOEs, heredero de las virtudes guerrilleras de antaño.

El 10 de julio de 1965 mi Sargento, la Dirección General de Organización y Campaña del Estado Mayor Central, promulgó la Instrucción General 165/142 sobre la reorganización del ejército, que, en su primera parte, se refería al Ejército Operativo.

Gonzalo Lozano Curado

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