¡NO! al señor “FUMAROLA” – A TODA COSTA

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Cada año el último día de mayo se dedica a informar sobre la conveniencia de NO fumar

Hace un tiempo que comenzó la campaña contra el tabaco, y hasta el momento se centra más en las causas que inciden en la salud de los practicantes y de los fumadores pasivos.

Y no es baladí, cuanto se cuenta en muertes y enfermedades derivadas de esta práctica no deseada, posiblemente algo se está consiguiendo, pero insuficiente a todas luces.

Sin embargo existe una realidad social, para tener muy en cuenta, enfocada a los agricultores productores de tabaco en países que lo promueven, explotando la pobreza del conocimiento y la economía tercermundista.

Los cambios climáticos y falta de agua, ponen en jaque las tierras para el cultivo de tabaco 

Igualmente la planta del tabaco y las sustancias químicas que requiere su cultivo degradan el suelo y este pierde los nutrientes necesarios para dedicarlo a una agricultura alimentaria, lo que dificulta el intercalado de cultivos. 

La ausencia de mercados fuertes y seguros para otros cultivos, en comparación con el tabacalero, combinada con la falta de apoyo gubernamental para abandonar el tabaco, hace que las opciones de cultivos alternativos sean a veces escasas. 

El tabaco es una labor intensiva que precisa mucha mano de obra, tarda hasta 9 meses en madurar. Para cultivar tabaco se necesitan suministros y servicios al comienzo de cada temporada, por ejemplo, semillas y fertilizantes.

Aquí comienza un negocio paralelo para la industria tabacalera quienes adelantan los fondos para afrontar estos costos, y luego los deducen del pago que realizan al final de la temporada. 

Este proceso termina en una relación de dependencia y endeudamiento de los agricultores con las empresas tabacaleras multinacionales o con los comerciantes intermediarios. 

Las empresas tabacaleras multinacionales reducen a la fuerza sus costos valorando a la baja la calidad de la hoja de tabaco de los agricultores, y por tanto también su precio. 

Por último y no menos importante, el cultivo de tabaco provoca a los agricultores unos problemas de salud, como la enfermedad del tabaco en VERDE, lo que incrementa los costos generales de la atención sanitaria familiar.

Y así en una espiral sin fin, se encuentran muchos pequeños y medianos productores en poder de las multinacionales y tabaqueras.

Francisco Ponce Carrasco

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