LUIS MARIANO TODO UN PRÍNCIPE
Hará algo más de dos semanas, en Irún (Guipúzcoa) se celebró un acto de homenaje en el 50 aniversario de la muerte nuestro artista más celebre y universal. Un tenor sublime de operetas, que también hizo algunas películas en sus años dorados durante las décadas de los cuarenta y cincuenta. Les estoy hablando del genuino cantante Luis Mariano Eusebio González García (conocido artísticamente como Luis Mariano) nacido en la localidad irunesa un 13 de agosto de 1914, y fallecido en París un 14 de Julio de 1970, cerca de un par de años antes de que naciera el que esto escribe. Muchos ciudadanos españoles y franceses que ya tienen cierta edad, le habrán vivido en persona en sus años de esplendor, a otros les sonará por haber visto sus películas o por las historias de sus padres o abuelos, y entre los más jóvenes, a algunos les sonará de oídas y el resto no tendrán ni idea de quién fue este magnífico cantante que hizo conocida la localidad fronteriza guipuzcoana en el mundo entero. Así que para todos en general, voy a hacer un artículo humilde sobre la vida y obra de este hombre con una voz privilegiada, que tenía un tono único e inigualable por su falsete, tan difícil de emular por otros tenores.
Nuestro artista realmente nació un 13 aunque en su partida de nacimiento pusieran un 12, porque su madre no deseaba que su hijo llevase ese número fatídico el resto de vida. Así que en la partida de nacimiento aparece como el 12 de agosto. Incluso sobre el año de nacimiento, en sus biografías figura como 1920, pero según se ha sabido por ciertos investigadores fue 1914, el motivo de esos años de diferencia es que su madre manipuló su fecha para librarle de las obligaciones militares. El motivo principal es que, a poco de comenzar la guerra civil, su casa fue destruida por un bombardeo aéreo, y la familia al completo decidió instalarse en Francia. Esto motivó que Luis Mariano terminase viviendo entre Hendaya, Burdeos y finalmente, París.
Carmen Sevilla y Luis Mariano
Cuando estaba en Bayona con sus padres, desde muy niño, se sintió más atraído por la música y el canto que por la gramática y la aritmética. Estudió en el Conservatorio de Burdeos. Con 23 años entró a formar parte de un grupo vocal Eresoinka con el que actuó en varias ciudades europeas. Unos años después conoció a Jeanne Lagiscarde, directora de la casa discográfica Bermond, que le introdujo en los medios artísticos de Burdeos. En 1941, durante la II Guerra Mundial, se inscribió en la escuela de Bellas Artes para evitar que lo enviaran a trabajar obligatoriamente a Alemania. Lagiscarde le convenció de probar fortuna en París, con una recomendación para el tenor y profesor Michel Fontécha, fueron tiempos muy duros. En 1944 debutó como cantante de ópera en el Palacio de Chaillot de París, representando el papel de Don Ernesto en “Don Pasquale”. Pero su carrera de tenor no duró mucho, dado que al año siguiente comenzó en un género muy del gusto francés, el de la opereta musical. Cooperando con su más estrecho colaborador, el español de origen vasco y nacionalizado francés Francis López, logró estrenar un total de ocho operetas, la mayoría en el teatro Châtelec. Las que obtuvieron gran éxito y reconocimiento de crítica y público, fueron “La Bella de Cádiz” (1945) (durante ese periodo compartió cartel con nada menos que Edith Piaf e Yves Montand en el Teatro Nacional de Chaillot), “Andalucía” (1947) donde cantaba “Olé torero” y “El botijero”), “El cantor de México” (1951) en el que interpretó una serie de números inolvidables en el tiempo, como “México”, “Acapulco”, “Ruiseñor” y “Maitechu”, “El Príncipe de Madrid” (1967) donde incorporó el personaje de Francisco de Goya, e interpretó “España”, “La Feria de Sevilla”, “Torero” y “La carabela de Oro” con la que se despidió para siempre.
Rodó varias películas con destacadas estrellas del cine francés e internacional, (Martine Carol, Ludmilla Tchérina, Louis de Funes, María Bauban, etc…), fue dirigido por realizadores de prestigio, como Pierre Montazel, Richard Pottier, Henrí Clouzot y el comediógrafo Sacha Guiltry. Pero en España se inmortalizó con las rodadas junto a Carmen Sevilla, de quien se enamoró platónicamente a pesar de las diferencias ideológicas, que fueron “El sueño de Andalucía” (1950), “Violetas imperiales” (1952) y “La Bella de Cádiz” (1953). En “Violetas imperiales”, Luis Mariano nos dejó el tema que daba título a la película y “Milagro de París”, también protagonizó “El aventurero de Sevilla”, junto a Lolita Sevilla.
Dentro de su discografía tiene innumerables canciones, llenas de nostalgia, donde las emociones alegres y tristes se mezclan al ser escuchadas por los románticos de otras épocas donde un irunés se inmortalizó entre las grandes voces de la historia. Siendo capaz de cantar diferentes estilos, entre lo popular y lo folclórico, como boleros, rancheras, valses, pasodobles e innumerables operetas y comedias populares. “Amapola”, “La Paloma”, “Malagueña”, “Valencia”, “Granada”, “El relicario”, “Clavelitos”, “Ay, ay, ay”, “Bésame mucho”, “Cielito lindo”, “Amor, Amor”, “El manisero”, “Un `poco más”, “París, te amo”, “C´est magnifique”, Además de “O solé mío”, “Santa Lucía”, “Ave María”, etc…
Con Gloria Lasso, otra gran voz española que se trasladó a Francia, formó una fugaz pero popularísima pareja en 1957, grabando a dúo un par de canciones “Canastos” y “Amor no me quieras tanto”, con la primera logró un enorme éxito, y de la que se hicieron diferentes versiones. A España vino en numerosas ocasiones, tanto para interpretar papeles en películas o en el teatro, o para disfrutar de las fiestas de Irún y Hondarribia, donde tenía grandes amistades, entre las que se suma el irunés de adopción José Luis Azkue, con el que formó un tándem memorable desde los años cincuenta, cuando se conocieron en una actuación en el desaparecido cine Avenida de Irún, llevándoles a realizar numerosos conciertos fuera de nuestras fronteras. Tristemente falleció este mismo año, dejándonos un enorme legado de sus colaboraciones al teclado con nuestro cantante inmortal. Pese a que jamás quiso aceptar la ciudadanía francesa y siempre se consideró español, aquí fuimos muy mezquinos con su figura. Con cierto retraso en Irún, se creó la Asociación Lírica Luis Mariano, y cada año se le homenajea con flores y coronas en su estatúa, donde se le ve sentado en un banco en la calle que lleva su nombre, bien en el aniversario de su nacimiento o de su muerte.
El 14 de Julio de 1970, nos abandonó desde París, coincidiendo en una fecha histórica para todos los franceses, quienes le siguen recordando y queriendo, como si fuese un hijo más de Francia. En su tumba de Arcangues, un pueblecito cercano a la frontera hispano-gala, siempre veremos flores, depositadas por personas que nunca le olvidan. En dicha localidad, Luis Mariano poseía una casa donde reposaba de sus agotadores espectáculos. Se llamaba “Mariano´ko-etxea” que significa “La casa de Mariano”. En su fachada posterior mandó inscribir la siguiente leyenda: “Sólo el final es el que cuenta”. Nos dejó prematuramente por una hemorragia cerebral, con 55 años. Su portentosa voz seguirá viva por siempre, por su calidez, sensibilidad y pasión, como podemos comprobar si tenemos ocasión de escucharle en cualquier grabación, y dejarnos llevar por ese falsete tan irrepetible y admirado por nuestros vecinos franceses.
Nunca le olvidaremos y le estaremos agradecidos, por el legado musical que nos dejó, y por ese corazón tan “C´est magnifique” que tenía.
Estatua de Luis Mariano en Irún
LUIS MARIANO EL INMORTAL
En Irún nació un Príncipe inmortal,
con un timbre de voz inigualable.
Que supo a todo el mundo conquistar,
cantando como una estrella brillante.
El escenario se rindió ante él,
por su talento y canto inimitable.
Que logró en cada estilo florecer,
para de ese modo, al fin consagrarse.
En la pantalla también conquistó,
los elogios de la España distante.
Que tardó un tiempo en hacer honor,
al que siempre amó, origen y arte.
El amor platónico le fue fatal,
con una Carmen Sevilla adorable.
Que enamoró al Príncipe magistral,
sin existir un futuro perdurable.
Hizo conciertos con un amigo,
un pianista que fue con él, memorable.
Sabiendo crear al unísono,
la melodía de Mariano y Azkue.
Nos dejó un falsete irrepetible,
que para muchos es ya, inalcanzable.
Al ser un registro que indivisible,
sólo él, lo hizo audible y probable.
A Hondarribia iba por fiestas,
se engalanaba por los San Marciales.
Nunca olvidó a su gente y tierra,
ni lo noble de su vascuence sangre.
Hace cincuenta años que murió,
y nunca hemos dejado de recordarle.
Pues como un Dios, su don entregó,
para quien supiera dentro llevarle.
¡Gracias! Te damos por tu inmensidad,
por el increíble regalo que dejaste.
Por convertir Irún en universal,
con tu voz, siendo himno y estandarte.
Luis Mariano nació aquí en Irún,
y su pueblo, al completo lo sabe.
Pero se convirtió en astro de luz,
para iluminar con su voz, todas partes.
¡Gracias, Luis Mariano inmortal!
¡Gracias, Luis Mariano puro arte!
Ricardo Campos Urbaneja
Irún
Van a pensar que “mi” anterior artículo en el Rincón poético es un sucedáneo de este.
No tiene porqué. Saludos Carmen.