LUCIÉRNAGAS, POEMA DE INMACULADA GONZÁLEZ
Luciérnagas
Dos luciérnagas son tus ojos,
brillando aun con la luz del día.
Luciérnagas que centellean
ilusionadas cuando todo miras.
La sinfonía de tu risa
es la más dulce de las melodías;
hasta el huidizo tiempo se detiene
para deleitarse al oírla.
Es tu alma inquieta, un torbellino
que revoluciona todo a su paso.
No hay persona, ser ni lugar
que no sucumban a tu encanto.
Eres, primorosa criatura,
la insignia divina de la pureza.
Desde que emerges a la luz,
tú iluminas la existencia.
Latiendo fuerte, sin prisas ni miedo.
Tus lágrimas no conocen el llanto.
La vida nunca se te duerme
porque siempre estás jugando.
Mas efímera es tu naturaleza
porque velozmente se crece
y entonces añorarás que
la niña que fuiste…, despierte.