La mentira de la política

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Asistimos a un hallazgo común, que se mienta continuamente en la política y no tenga consecuencias. Según escuchemos al emisor o al receptor, tendremos dos visiones diferentes y encontradas de la realidad, es decir, estaremos ante un binomio de ideas contrarias. Debord hablaba de la sociedad del “espectáculo” así las personas vivimos en un mundo donde todo es falso, todo es una simulación que se agrava con la adicción a las redes sociales, y de “pan y circo” procedente de la sátira X de Juvenal, pues los gobernantes no se dedican en mantener un bienestar para el pueblo sino que lo mantienen contento o distraído, práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población u ocultar hechos controvertidos, les dice lo que desean oír, es decir, con tener al pueblo entretenido les vale para que no se preocupe de los verdaderos problemas y los confunda hasta el punto de no saber lo que es verdad o mentira; es lo que Chomsky llamaba estrategia de manipulación o distracción. Por lo que la Administración debería tener la obligación ineludible de realizar todas las acciones que resulten beneficiosas para el bien común y los intereses de la mayoría de la ciudadanía. No menos cierto es que no debería contravenir la sensibilidad sobre problemas del agua, atención sociosanitaria a nuestros mayores, impulso y apoyo laboral si es que queda algo en esta sociedad tan deshumanizada…Se puede traducir en la falta de capacidad para llevar a cabo acciones imprescindibles que todo ayuntamiento debe gestionar para el bienestar y no en detrimento de la calidad de vida de la ciudadanía, a la que debe servir pues afecta a nuestros derechos, de salud económica-social. Y cuando dicen que van a hacer o se vanaglorian de lo que que han hecho, habría que enseñarle que es su obligación, y es su deber cumplirla. O lo que es lo mismo, es un deber de un representante público cumplir y hacer su trabajo porque le obliga su deber como servicio público para el ciudadano, y no como si el ciudadano le debiera un favor por lo que hace, como un mago que debe acudir a su chistera para ver qué puede sacar porque aunque nos ofrezca una visión, es un efecto de la realidad; o sea, la magia está reñida con el esfuerzo y el trabajo para el que se debe encomendar, como una carta de reyes, que vale para un momento. Insisto es un deber inexcusable del político gobernante, y un derecho del ciudadano que presten servicios. Me preocupa que se confunda la libertad con la ley del más fuerte diría Luis García Montero y si perdemos la dignidad por no defenderla del engaño de la mentira, algún día será un Réquien de la verdad. Es sospechoso y frívolo intentar preservar el poder a cualquier precio, pues lo grotesco de tanto despropósito sin principios con una formación que coge ideas de derechas y de izquierdas en una única formación política, especialmente ocurre en Almuñécar y se convierte en un defecto de la estupidez cuando no merma la cualidad ética. Véase por ejemplo que se diga que el ayuntamiento se hace cargo del mantenimiento de las urbanizaciones cuando le obliga un año después por desacato la sentencia del TSJA…Juzguen ustedes

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