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ENTREVISTA AL VIOLINISTA IVÁN LÓPEZ

Entrevista por Ricardo Campos Urbaneja

Queridos lectores del Granada Costa, para esta ocasión tengo el enorme placer de entrevistar al violinista Iván López (07 de Abril). Este joven músico comenzó sus estudios de violín en el Conservatorio P. Antonio Soler (El Escorial) con los profesores Fernando Ríus y Polina Kotliarskaya. Hará cerca de veinte años accedió a la Indiana University School of Music en Bloomington (EE.UU) donde en el 2005, obtuvo el título superior de violín con la profesora Nelli Shkolnikova. Ese mismo año se trasladó a Berlín donde prosiguió su formación con el profesor Uwe-Martin Haiberg. En el 2007 inició sus estudios de perfeccionamiento en la Hochschule für Musik de Leipzig (Alemania) con la profesora Mariana Sirbu, donde en el 2009 recibió el Diplom Künstlerische Ausbildung con distinción de honor. Al año siguiente finalizó un Máster de violín en el mismo conservatorio.

                Durante sus años de estudios y aprendizaje en el arte de la música y de tocar el violín, ha recibido las enseñanzas de grandes maestros como Mark Kaplan, Henrik Hochschild, Yuval Gotlivobich e Ik Hwan Bae, y clases magistrales de los profesores Ilan Gronich, Stephan Picard, Michael Vogler, Tatjana Masurenko, Sylvie Gazeau y Kolja Lessing.

                En el periodo en que estudió en Alemania, ofreció diversos recitales y conciertos en la Kammermusiksaal y Grossernaal de la Hochschule für Musik Leipzig, Schumann-Haus (Berlín), Kongresscenter de Böhlen, Berlín-Brandeburgische Akademie der Wissenschaft (Berlín) y en el festival de Ludwisburg.

                Siendo solista ha tenido el privilegio de actuar en Alemania con la Orquesta Sinfónica de Leipzig con el concierto para violín y orquesta de L. V. Beethoven y en Portugal con la Orquesta Metropolitana de Lisboa con el Concierto en La Mayor de W. A. Mozart.

                También desempeña una intensa labor en la música de cámara, con diversas formaciones (dúo con piano, trío con piano y quinteto) y como primer violín del Cuarteto Grassi, con el que ha ofrecido recitales en Alemania y ha sido instruido por profesores como Gunhild Brandt, Hanns-Martin Schreiber, Ulrich Urban, Peter Bruns y Phillip Moll. Ha participado en numerosas ocasiones en el Ciclo de Cámara de la Orquesta de Radio Televisión Española, grabando recitales para RNE Clásica y TVE2.

                Como intérprete de orquesta, ha sido primer violín de la Columbus Indiana Philarmonic, Marion Philarmonic Orchestra, Orquesta de Cadaqués, concertino de la Hochschule Sinfonieorchester de Leipzig y primero violín de la Junge Deutsche Philarmonie, tocando en las salas más importantes de Europa bajo batutas de la talla de Sir Roger Norrington o Vladimir Ashkenazy, dando recitales en Estados Unidos, Alemania, Portugal y España.

                Con respecto a premios y reconocimientos, ganó en el 2007 el primer premio en el V Certamen Internacional “Violines por la Paz” de Torres, Jaén y en el 2008 fue premiado en el Concurso Permanente de Juventudes Musicales de España. En el 2011 fue finalista en el Concurso Internacional “Jovens Violinistas” de Lisboa. Ha sido becado por la Comunidad de Madrid y la fundación Humboldt.

                Es Doctor en Pedagogía Musical por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), obteniendo sobresaliente “cum laude” con la Tesis “La influencia de las escuelas de violín francesa y alemana en la obra para violín de Felix Mendelssohn-Bartholdy”, también desempeña una intensa labor pedagógica en centros como el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid o desde el 2017 en el Centro Superior “Progreso Musical” de Madrid.

                Desde el año 2010 es violinista de la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española (OSRTVE), donde actualmente es miembro de los primeros violines.

                Sin más preámbulos, daremos comienzo a esta entrevista con este joven violinista, que es Iván López, que poco a poco se está haciendo un hueco dentro de nuestras vidas como violinista de la Orquesta de Radio Televisión Española, cuando les vemos actuar por la televisión o en Conciertos y recitales a lo largo y ancho de nuestra geografía.

                -Lo primero, Iván, quiero agradecerte el tiempo que nos dispensas dentro de tu apretada agenda como músico, y maestro en pedagogía musical. Mi primera pregunta como es ya una tradición, a qué edad y cómo te nació la pasión por la música.

Primeramente, quería darte las gracias por tu interés en conocerme y en concederme esta entrevista. Tuve la suerte de nacer y crecer en una familia amante de la música. Mis padres tenían una colección magnífica de vinilos que ponían a diario y que a mí me gustaba escuchar con mucha atención ya desde bien pequeño. Mi hermano, diez años mayor que yo, estudiaba el piano todas las tardes en el salón de casa, con lo que yo tenía un contacto muy estrecho con la música. El disfrute que sentía de niño se ha mantenido hasta ahora.

                -Tus padres cuando supieron que deseabas dedicarte a la música, te apoyaron de forma incondicional o tenían sus reservas, esperando que te terminases dedicando a una carrera con quizás mayor estabilidad profesional y económica.

Mis padres creo que tenían dudas por lo que acabas de decir, la poca estabilidad laboral. Poder dedicarte profesionalmente a cualquier disciplina artística y vivir dignamente de ello en este país es, desgraciadamente, muy difícil. Con ello no querría desanimar a nadie pero las perspectivas de futuro tampoco son muy reconfortantes. En este sentido, fueron de gran ayuda mis dos maestras de violín durante mi adolescencia, que creyeron en mis posibilidades y aportaron ese punto de confianza que hace falta para seguir adelante.   

                -Entre tantos instrumentos que existen en una orquesta y fuera de ella, qué te llamo especialmente la atención del violín para que terminase formando parte de tu vida. Cuéntanos de ese amor y pasión por él.

Mi amor por el violín no fue a primera vista. Como mi hermano ya tocaba el piano, mis padres pensaron en este instrumento en el momento de mi ingreso al conservatorio. Los primeros años, tocar el violín era una actividad más en mi día a día, como pintar, hacer los deberes o jugar al fútbol. Lo que me hizo querer seguir fue mi pasión por la música, y el sueño de poder tocar algún día las obras que tanto me gustaban. Alrededor de los 14 años, comencé a darme cuenta de que era capaz de transmitir cómo me sentía a través del violín. Es un placer doble. En primer lugar, hay una satisfacción física cuando tocas bien el instrumento, como cuando haces deporte o yoga y tu cuerpo parece que te agradece esa actividad. En segundo lugar, el placer psíquico o espiritual de transmitir sensaciones y emociones que a veces uno ni sabía que estaban en tu interior. El esfuerzo que requiere llegar a obtener estas recompensas es grande pero a mi me ha merecido mucho la pena.

                -A lo largo de tus estudios te has movido mucho, entre España, EE.UU, Alemania, etc… Recibiendo clases de grandes maestros y compartiendo pupitre, seguramente con músicos de actualidad. Qué nos puedes contar de aquéllos años y guardas relación con esos compañeros de clase en la actualidad.

Se me hace muy difícil resumir mis años de estudios en el extranjero, sobre todo porque fueron ocho en total y en países con mentalidades muy diferentes. Cuando empecé la universidad en Estados Unidos tenía 18 años recién cumplidos y no sabía casi nada del mundo. De un día para otro tuve que aprender a valerme por mí mismo porque estaba a miles de kilómetros de cualquier familiar, a la vez que tenía que estudiar y aguantar la presión de unos estudios muy estrictos. Aún así, a esa edad se puede con todo y la recuerdo con gran cariño y con momentos muy buenos. Hice amistades que perduran y que intento mantener a pesar de la distancia. En Alemania lo pasé algo peor al principio, era un ambiente algo más cerrado y me costó integrarme, también por la complicación del idioma. Todo eso me pasó factura también con el violín, y estuve una temporada larga sin ilusión por el instrumento y en bastante baja forma. Todo eso cambió cuando fui a estudiar a Leipzig y conocí a mi última maestra, Mariana Sirbu. Ella me dio toda la confianza que en ese momento necesitaba. A partir de ese momento me encontré de nuevo teniendo buenas sensaciones al violín y estudié y toqué como nunca antes lo había hecho.

                -Te han dado clases innumerables profesores, maestros y has recibido clases magistrales con excelentes iconos de la música o dirección. Imagino que alguno de ellos te dejaría una enorme huella por sus enseñanzas y manera de hacerte ver la mejor forma de entender la música. Qué nos puedes contar de ellos, de cuáles tienes mejor recuerdo y si no te compromete, de quiénes guardas un peor sabor de boca al recordarlo.

He tenido la inmensa suerte de haber recibido enseñanzas de algunos de los mejores músicos de la actualidad. Lo que creo encontrar en común en todos ellos es su pasión por la música, y una constante búsqueda, intentando progresar y mejorar, algo que nunca acaba. Los malos recuerdos con algunos maestros considero que se deben más al momento en el que me encontraba yo cuando coincidí con ellos. Creo que no fui lo suficiente maduro a los 18 años, por ejemplo, para aguantar la presión que tuve y eso me hizo perder confianza en mí mismo. Si hubiera tenido ese mismo maestro con 22 años, por ejemplo,  quizá hubiera aprovechado más sus enseñanzas. Otro caso curioso ocurrió con las clases de mi profesor en Berlín. Empecé a entender y a aplicar mucho de lo que me decía años después. Aún hoy descubro sensaciones físicas o gestos musicales que recuerdo haber estudiado tiempo atrás sin obtener resultado y que comienzo a entender ahora. 

                -Has tocado en muchas salas de concierto y auditorios, cuáles te impresionaron enormemente por su majestuosidad y sonoridad acústica, y en cuáles te gustaría verte un día tocando, y por qué.

Tanto la sala de conciertos Gewandhaus de Leipzig como la Philharmonie de Berlín son obras de arte en sí mismas y tienen un sonido ideal para las orquestas sinfónicas. Cuando uno ha visto muchos vídeos de sus músicos favoritos interpretando allí, la emoción de poder hacer música en esos lugares es única. Aquí me gustaría añadir que no sólo la sala como objeto es importante. Cuando hay un gran director rodeado de músicos de primera fila y un público atento, la atmósfera que se crea impresiona. Además de eso, en Alemania es siempre muy gratificante ver público de todas las edades y con todas las butacas ocupadas. Ojalá ocurriera más en nuestro país.

                -Te has visto interpretando obras de muchos y geniales compositores, tanto clásicos como contemporáneos. De todas esas obras cuáles fueron las que más te costaron debido a su complejidad y con qué compositores te sientes cercano y te identificas por su manera de comprender la visión musical.

Los violinistas tenemos la suerte de tener un repertorio muy amplio y muy bello. Es curioso que las obras más complejas pueden ser también las más simples en un principio. Por ejemplo, las composiciones de Mozart. Interpretar esa música con un carácter ligero pero profundo, con un sonido bello y no pesado, mostrando con todo detalle articulaciones, fraseo, etc.. es un trabajo que no tiene fin. Es como querer hacer un círculo perfecto a mano alzada. Parece simple y sencillo pero es casi imposible. En cuanto a los compositores con los que me siento cercano, podría decir que siempre me ha gustado el club selecto de clásicos como Bach, Beethoven o Brahms, en el caso de otros, depende del momento y del lugar.

                -Cuando supiste que formarías parte de la sección de violines de la Orquesta de Radio Televisión Española, cómo te pillo la noticia y cómo reaccionaste al saberlo. Imagino que será el sueño de muchos de los músicos que tocan en las diversas orquestas españolas, bandas de ciudad y que recorren las calles alegrando a los transeúntes con su música.

                –La Orquesta de Radio Televisión Española es la formación clásica española que ha entrado en más hogares de este país desde su formación. Cuando vienen músicos a tocar con nosotros o a dirigirnos, una gran parte de ellos nos dicen que comenzaron a amar la música a través de nuestros conciertos televisados o de la radio. Tiene una difusión como ninguna otra y es realmente un tesoro cultural de nuestro país. Formar parte de ella o de otras formaciones sinfónicas españolas es el sueño de la mayoría de los chicos y chicas que quieren dedicarse a tocar un instrumento. En mi caso, recuerdo ir a ensayos y conciertos de la orquesta de adolescente, además de verlos por la televisión. Dicho todo esto, cuando yo hice las pruebas estaba haciendo un máster en Alemania. Mi objetivo en ese momento no era comenzar a trabajar, así que fui sin presión alguna a hacer las oposiciones. Creo que eso fue uno de los condicionantes que permitieron que hiciera una buena prueba de acceso. Cuando me comunicaron que había entrado, mi reacción primera fue de mucho desconcierto porque significaba dejar muchas cosas y personas en Alemania. Enseguida me di cuenta de lo que significaba haber sido admitido en la ORTVE y a día de hoy sigo sintiéndome afortunado de poder trabajar en esta maravillosa formación.

                -Estudiaste pedagogía de la música y obtuviste un sobresaliente con la tesis “La influencia de las escuelas francesa y alemana en la obra para violín de Felix Mendelssohn-Bartholdy”. Se podría decir que el Maestro Mendelssohn es uno de tus compositores predilectos y qué te llevó a realizar una tesis sobre su influencia en la música para violín.

Mendelssohn tiene uno de los conciertos para violín más hermosos de todo el repertorio para el instrumento. Quizás fue la primera obra que realmente me obsesionó. Cuando fui capaz de tocarla, me acompañó en numerosas ocasiones y la tengo en un lugar de mi corazón. Qué casualidad también que acabara mis estudios en el Conservatorio “Felix Mendelssohn Bartholdy” de Leipzig. La idea de investigar sobre su figura y su arte compositivo vino precisamente en esa ciudad y ese centro educativo, donde hay una cantidad importante  de información y primeras fuentes sobre él. A medida que me iba adentrando en su mundo, se iban abriendo caminos fascinantes, muchos de ellos desconocidos. Tengo muy buen recuerdo de ese trabajo de investigación que duró siete años y estoy muy satisfecho con los hallazgos, que espero publicar próximamente en un libro.

                -A lo largo de tu carrera has ganado algunos premios y reconocimientos, de todos ellos cuál marco ese antes y después dentro de tu carrera y continuación como músico e interprete.

He de decir que no estoy a favor del espíritu de competición que se genera en los concursos, sobre todo cuando éstos son de arte. Obviamente son una fuente importante de ingresos económicos y sirven también para preparar un repertorio y ponerte un reto. Pero el arte y las obras que se interpretan no fueron concebidas para enfrentar a músicos. Con esto no quiero despreciar a los concursantes de ninguna competición, sus motivos seguro que son muy variados y, como ya he dicho, muchos de ellos los hacen para tener beneficios económicos que van muy bien para poder seguir estudiando. Lo que marcó mí antes y después como músico fueron los años de dedicación diaria, nada puntual.

                -Desempeñas una intensa labor en música de cámara con diversas formaciones. Cómo es compaginar tu labor en la OSRTVE y en esas otras formaciones, además de tu labor pedagógica.

Es difícil compaginar el estudio y los ensayos de la orquesta con cualquier formación de cámara. Por eso, el ciclo de música de cámara de la propia OSRTVE es ideal, ya que lo interpretan miembros de la propia orquesta. Se trata de recitales los sábados en el Teatro Monumental, retransmitidos en directo por Radio Clásica. Tocar música de cámara me permite, además de interpretar el maravilloso repertorio para trío de cuerda, cuarteto, etc., poder conectar de una manera más personal con mis compañeros de profesión, lo cual es muy gratificante.

                -Hablando nuevamente de la pedagogía, has dado clases en el Real Conservatorio Superior de Música y en el Centro Superior “Progreso Musical” de Madrid. Qué nos puedes contar de las enseñanzas que impartes a tus alumnos de cara a que sean mejores músicos el día de mañana.

Desde que comencé a dar clases en la asignatura de Pedagogía en Estados Unidos, he sentido una gran satisfacción en esta actividad. Considero que he tenido unos profesores muy buenos, y lo que intento es aprovechar esas enseñanzas y transmitirlas en el momento adecuado. Me siento como un detective cada vez que escucho a un alumno, buscando indicios y soluciones para que un pasaje o un ejercicio suene mejor. Es una alegría cuando he podido transmitir una sensación o un detalle y eso se transforma en un progreso en el estudiante. A veces el resultado es automático, y se asoma una sonrisa en ambos que vale cualquier esfuerzo.

                -Otros compañeros de profesión, a lo largo de su carrera han grabado algunos álbumes, en el caso de Iván López es una asignatura pendiente dentro de tu futuro, o es algo a lo que de momento no le das mucha importancia.

Grabar unálbum supone una cantidad de tiempo de la que ahora mismo no dispongo, tanto por la situación familiar con dos niñas muy pequeñas como por la exigencia que conlleva trabajar en una orquesta sinfónica semanalmente. Aún así, el año pasado grabé, junto a compañeros de la orquesta, un cuarteto en un disco sobre la figura de María de Pablos.

Sí que me gustaría, en un futuro, abordar un proyecto que permitiera descubrir obras de autores que aún no se han dado a conocer, no sólo publicar una versión más de una sonata de Beethoven o de Brahms, que no tendría mucho atractivo comercial. En cuanto a grabaciones en directo, tengo algunos vídeos subidos a YouTube, así como retransmisiones en Radio Clásica.

                -A lo largo de la historia de la música clásica, han existido momentos memorables y acontecimientos que han marcado el devenir de la misma, hasta nuestros días. De todos esos instantes ocurridos, existe alguno en especial al que Iván López quisiera asistir para vivirlo en primera persona por su significado y por lo que supuso.

Durante mi trabajo de investigación acerca de Mendelssohn, pude profundizar en uno de los momentos de mayor transcendencia que ha podido haber en la historia de la música. Hablo del reestreno en Berlín de la Pasión según San Mateo de J.S. Bach el 11 de Marzo de 1829. Este evento provocó un proceso de redescubrimiento y apreciación de las obras de uno de los compositores más importantes de la cultura occidental. El proyecto para llevar a cabo este concierto y los detalles podrían ser llevados al cine. Un joven Felix Mendelssohn, con 20 años recién cumplidos, se dedicó a copiar, a descifrar el manuscrito y a dirigir el concierto, con una gran orquesta y un coro de 158 cantantes. Entre el público, el Rey de Prusia y su corte, el poeta Heinrich Heine, el filósofo Hegel, Paganini y otros intelectuales de la época presenciando, después de estar 100 años en el olvido, una de las obras cumbre de nuestra civilización.

                -Sabemos que todos los artistas en general tienen manías o supersticiones antes de subirse a un escenario, existe alguna que tenga Iván López y que pueda ser confesable.

                –Me gusta llegar con bastante tiempo al lugar donde voy a tocar, tener la seguridad de poder vestirme tranquilamente, calentar con el violín, sentirme conectado al sitio. Aparte de eso, suelo comer una pieza de fruta y alguna galleta media hora antes de entrar al escenario. No tengo objetos o manías en las que confíe mi suerte.

                -Para concluir, existe alguna pregunta que te gustaría haber respondido pero que no has tenido la oportunidad de hacerlo.

Te agradezco nuevamente la entrevista que me has concedido. Creo que con tus preguntas he podido dar a conocer no sólo lo que pienso sino también, espero, un poco del mundo de la música. Al hilo de esto, sí que me gustaría decir algo para concluir, si me lo permites. Me gustaría, desde aquí, animar a todo el mundo que esta leyendo esto a que vaya a conciertos o que sintonice en algún momento del día con Radio clásica y que se dejen llevar por la belleza de la música. Las obras musicales que nos han dejado grandes genios están al alcance de nuestros oídos, y no hay que ser un gran especialista para poder disfrutarlas. La música nos transforma física y espiritualmente y el momento de escucha puede ser el de descubrir y sentir emociones que nos hagan conocernos mejor y ser mejor persona.

                Sin más, quiero agradecerte Iván López el tiempo dispensado dada lo apretada de tu agenda, para responder a esta serie de preguntas con las que espero poder darte a conocer dentro de los lectores del Granada Costa. Solamente me queda pedirte un último esfuerzo, que tengas a bien el responder a unas preguntas tipo test, con las que nos ayudarás a conocerte un poco mejor, en aspectos culturales y curiosidades personales.

                ¡Muchas gracias, Iván! Te deseo lo mejor para tus futuros proyectos musicales.

                 PREGUNTAS TIPO TEST:

                ¿Un personaje histórico? Leonardo Da Vinci.

                ¿Una época? El siglo XIX.

                ¿Un pintor? Pablo Picasso.

                ¿Un escultor? Miguel Ángel Buonarroti.

                ¿Un escritor? Hermann Hesse.

                ¿Un poeta? Pablo Neruda.

                ¿Un libro? El lobo estepario, de Hermann Hesse.

                ¿Una película? Indiana Jones, en busca del arca perdida.

                ¿Un director de cine, teatro o televisión? Steven Spielberg.

                ¿Un actor? Robert de Niro.

                ¿Una actriz? Meril Streep.

                ¿Un compositor? Johann Sebastian Bach.

                ¿Un cantante? De ópera, Franco Corelli, de rock Jeff Buckley.

                ¿Un músico? Leonard Bernstein.

                ¿Una flor? La flor del naranjo.

                ¿Un animal? El perro.

                ¿Una estación del año? La primavera.

                ¿Un lugar donde residir? Cualquiera, si es con mi familia.

                ¿Un lugar que te gustaría visitar antes de morir? China.

                ¿Un color? El azul.

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