EL AGUACATE EN «EQUIPO DE INVESTIGACIÓN»
Hace unos días recibí un recorte con el título “Aguacate: oro verde” publicado en equipo de investigación de la Sexta, cuyo artículo han debido de conocer también la mayoría de los agricultores dedicados a los tropicales, ya que tenía fecha de primeros de octubre pasado. Unos días después de recibirlo, pudo verse en la Sexta TV un amplio programa sobre el oro verde de la Axarquía, con matices positivos y negativos relativos al aguacate.
Por la amplitud del programa televisivo no puedo referirme a todo el contenido, y voy a recoger alguna secuencia importante del mismo y del recorte previamente publicado, y a ello me voy a referir:
Que el aguacate está de moda desde hace algún tiempo, es algo obvio porque los medios están haciendo una publicidad del fruto con cierto sensacionalismo, como si hubiera aparecido en escena en fechas recientes. En la Axarquía se viene produciendo y exportando desde el año 1970 y en la costa de Granada diez años antes. Es decir, que, en Andalucía, la producción y exportación es un tema tan manido, como conocido era mucho antes en Canarias donde el aguacate viene produciéndose desde hace más de cien años.
Cabe pensar, que la notoriedad se debe al precio adquirido en los tres últimos años, que se ha duplicado para el agricultor. ¿Por qué? Debido a la implacable ley de la oferta y la demanda: el consumo se ha duplicado “en el mundo” por mor de sus extraordinarias propiedades alimenticias y las producciones no son suficientes para el consumo despertado internacionalmente.
Cabe suponer que el precio se moderará dentro de unos años, cuando los países productores de clima ideal, como México, Chile, Perú y Brasil aumenten sus plantaciones actuales como ya vienen haciendo; y por si fuera poco, otros muchos países sudamericanos de iguales posibilidades climáticas también, como Colombia, Argentina, Brasil y Ecuador, ya están sembrando sus fértiles campos con aguacates Hass para aprovechar los tiempos de bonanza económica coyunturales… Sin olvidar, las ingentes plantaciones intensivas que se vienen instalando, capaces de triplicar las actuales producciones por hectárea.
En el programa se decía “que en Valencia se quitaban naranjos para poner aguacates y en el interior de Andalucía se arrancaban olivos para plantar aguacates…” Cualquier persona medianamente informada, sabe que la limitación de las plantas tropicales es el clima caliente, libre de heladas, que precisan para desarrollar sus cosechas. La costa andaluza dispone de un microclima “subtropical” que permite vivir al árbol y ofrecer unas producciones razonables de aguacate, entre los seis mil y diez mil kilos por hectárea. Pero, aunque dichos árboles se desarrollen y vivan en Valencia o Jaén, darán escaso fruto, y si lo hacen en algún rincón protegido y bien orientado, será en cantidad tan exigua que probablemente no cubrirá ni los gastos.
Inconvenientes en la Axarquía…La consabida sequía. Pero no hay ni habrá jamás una “guerra desatada” como decía algún titular. Las leyes establecidas y en vigor están para cumplirse, y lo que se viene analizando, es la búsqueda de una solución para aquellas plantaciones que tienen árboles en producción fuera de la cota permitida y que podrían ayudarse con pozos o aguas regeneradas, mientras se consigue algún trasvase que resuelva su peculiar problema. Y como el agua escasea, la Administración debe ocuparse de evitar nuevos cultivos y salvar los actuales con el agua sobrante de La Concepción, tal como se tiene previsto.
La fiebre extendida actualmente en muchas regiones peninsulares para cultivar aguacates (Galicia, Asturias, País Vasco etc.) no tienen ningún sentido, porque en el pasado siglo fueron plantados en A Coruña, Barcelona y Valencia (según mi libro Historia del aguacate español) en cuyas ciudades supervive alguno de aquellos árboles todavía, pero sin apenas fructificar; razón por la cual, aquellos agricultores pioneros abandonaron sus ensayos dejando el aguacatero como un árbol ornamental.
Y como curiosidad, pero valorando el espíritu creador de unos jóvenes españoles, tengo delante de mí una hoja del periódico vasco El Correo, donde Jose Trebolazabala y Francisco Arrese, nacidos en los municipios vizcaínos de Barrika y Berango, y creadores de la empresa Perseus, fabrican desde 2013 un aceite extraído del aguacate, que emulsionado con otras grasas vegetales orgánicas y mezclado con algún otro alimento, producen una mantequilla especial para untar en pan como si fuera mermelada, sin serlo, ofreciendo una opción saludable para sustituir a las mantequillas y margarinas. Ellos dicen “que compran el fruto en la costa tropical de Málaga y Granada cuyo clima es perfecto para el crecimiento del aguacate, porque nunca, nunca, se producirá en su tierra, salvo que el calentamiento global lo permita…”
Estos emprendedores, que obtuvieron el Premio a la Innovación en el salón gastronómico SIAL de Paris, incluyeron a Perseus en una relación del gobierno vasco, como una de las diez mejores startups (empresas emergentes).
Y para los amantes de la mitología, dichos creadores añadieron una nota final diciendo: “Que Perseus no debe su nombre al hijo de Zeus que mató a la pérfida Medusa, sino que lo toma del apelativo científico del aguacate: Persea americana”.
Julián Díaz Robledo
Buenísimo el articulo. Reciba un cordial saludo.