Un paraíso natural del municipio de SELVA tierra a dentro de nuestra sierra con su valle, camino de las posseciones de montaña de Ses Figuerolas,Alcanella,Aucanelleta y Sa Coma.
El antiguo libro del repartimiento atribuye el nombre mas antiguo de este lugar, fue el de Rahal de Binimala que correspondió al Berenguer de Montcada y en años posteriores en el mapa del cardenal Despuig de el año 1784, estuvo registrado el nombre como Mirabona y al pasar a la era mas moderna paso a de dominarse Binibona cuyo nombre comparte con el talayot de dicho lugar.
Lugar de arquitectura rural con la piedra vista con diferentes alturas, debido a la inclinación del terreno del lugar, tiene dos calles cuesta arriba que desde la altura proporciona unas vistas extraordinarias hacia el interior de la isla,
formando unos escalones y rincones de gran belleza con las variadas plantas y otras decoraciones de antiguas herramientas de aperos, en unas dependencias no lejanas encontramos un Alfarje en muy buenas condiciones donde se producía el aceite de oliva que en años anteriores que se aprovechaba su recogida en toda la sierra, siendo el principal recurso económico de todas las possesiones “Cortijos” de la montañas de Mallorca.
Las dos possessiones mas relevantes de este pequeño lugar urbano Son Can Beneit y Can Furios que poseen una capilla propia a cada una de ellas para sus actos religiosos, y desde el año 1913 hasta 1923 el historiador y capellán D Pablo Morro, del llogaret vecino de Caimari, fue el párroco de Binibona.
Este núcleo urbano por su estrategia geográfica, proporciona diferentes alternativas de excursionismo de montaña para el disfrute de buenos parajes naturales y pronunciadas paredes montañosas de los alrededores del principal Monasterio de Lluch el más referente de la isla.
Este lugar no demasiado transitado de vehículos, proporciona con su arquitectura un lugar muy tranquilo, es transformado en centro y alrededores para el turismo rural a Mallorca, muy importante porque a provocado la destacada renovación de las casas y las adecuadas possessiones muy acogedoras y confortables, dignas de admiración por la conservación conseguida, para el ofrecimiento a la gente que nos visita de otros países, con los servicios y una estancia a un paraíso de montaña mallorquín.