RAFAEL NADAL
Confieso hoy que nunca asistí ni vi por la televisión un partido de tenis en el que no estuviese Nadal. Su última victoria fue Roland Garros, quizá no tenía la certeza de vencer, pero venció en París, con 36 años y después de conquistar el título número catorce en el templo de la tierra batida y el veintidós Grand Slam. Por todos es sabido que se trata de una persona con manías en la pista, sus tics y gestos son varios, entre ellos: la colocación de la ropa interior, la camiseta, la raqueta bien colocada, el pelo tras las orejas, la nariz, etc., pero, mientras participaba en la final, observé algo muy curioso de lo que supongo que muchos ya os habíais percatado, alineaba sus botellas de agua al milímetro, dedicándole el tiempo necesario para que quedaran perfectas. Es un fenómeno. Quizá haya sido duro contar sus sentimientos después de tantos campeonatos ganados y tanta presión a la que se ha sometido estos últimos meses debido a su problema de salud, ya que no se lo esperaba. Nadal comenta que cada día es duro para él, a esto debemos añadir que las últimas semanas fueron complicadas, ya que las lesiones sufridas le obligaron a bajar el ritmo y las victorias son muy importantes para mantener el ritmo.
Es un honor para los españoles tener a un jugador de este nivel. Es conocido en todo el mundo, todos los tenistas lo tienen como ejemplo. Se merece un reconocimiento por parte del Estado, incluso por el Rey. Un nuevo título significa mucho, significa más energía para seguir intentándolo. No sabemos qué puede pasar en el futuro. Sigue adelante, Nadal, pero primero cura tus pies para seguir luchando e intentar seguir ganando. En la rueda de prensa contestó a preguntas delicadas sobre su estado de salud, prácticamente le caían lágrimas de los ojos, pero aprovechó la ocasión para desmentir los rumores que apuntaban a que el final de su carrera sería este Roland Garros. Casper Ruud dio unas declaraciones en las que apuntaba “Hoy supe cuál es la sensación e jugar contra él, perdí pero me siento feliz de perder con Nadal en la final, no fue nada fácil pero no fui la primera víctima, hubo otras antes de mí. Es una verdadera inspiración para mí y para muchos otros. Espero que continúe por algún tiempo”. Dijo el primer tenista de su país en jugar una final de Grand Slam, felicitando a Nadal por su victoria número catorce y agradeciendo a su equipo y familia por darle la bienvenida en la Academia en Mallorca, donde entrena con su padre y entrenador, Christian Ruud.
Mi Nadal, nunca veo un partido pero los de Nadal nunca me los pierdo. El trabajo duro y la entrega llevó al tenista balear a convertirse en el mejor de toda la historia. Rafa Nadal mereció ser recibido por el Rey, y así fue, por el honor que le ha dado al país, con todo el público que acoge, por tantas veces que se tira al suelo, por todos sus galardones, es un deportista español de oro. El tenista aseguró, tras el partido, que era el día para darlo todo y no dejar nada atrás. Como les digo, no soy persona de ver partidos en la televisión, pero el juego de Nadal es trascendental, no dejo un partido sin ver, adoro su profesionalidad, sus tics cuando va a empezar su juego. Como dijo, era el día para sudar hasta la última gota, el físico aguantó y le permitió luchar hasta el final.
Me pasó algo curioso hace muchos años, unos 17, como saben, no soy española y no sabía de dónde era exactamente Rafael Nadal. Estábamos en Palma de Mallorca de viaje y dentro del recorrido que teníamos planeado estaba Manacor, llegamos a un lugar y mis compañeros de viaje empezaron a decir que era el país de las almendras y, un poco más adelante, dijeron que era la tierra de Nadal. Mi marido y yo alucinamos porque somos seguidores de Nadal desde sus principios, poco antes de venir a vivir a españa. Mi marido es un loco del tenis, jugó durante muchos años de su vida y era bastante bueno, no pudo continuar debido a que ya tenía familia e hijos que cuidar. Esperaba, con todo mi corazón, la victoria de mi tenista favorito, cuando vinimos a vivir a España vino a jugar a Terra Mítica que queda cerca de nuestra ciudad.
Nadal suma en París su victoria trescientos en Grand Slam, tiene veinticinco victorias menos en los cuatro grandes que el serbio Novak Djokovic y está a sesenta y nueve del suizo Roger Federer, que lidera esa clasificación, aunque ambos tienen un Grande Slam menos que el español. Es un gusto verlo jugar, grande, Nadal, como tú no hay igual. Eres un honor para el país, puedes estar sufriendo y con dolores, pero nada te para. Mientras sucedía la final solo podía pensar en que se la llevara él. Era muy importante, además, con quien la jugaba, ya que muchos de los actuales competidores, y cada día más, son muy jóvenes. Estoy segura de que si no hubiese tenido la lesión todos hubiésemos apostado por él desde el principio. Tengo grabado en mi retina cómo se tira al suelo cada vez que gana un partido.
A mí también me duele ver sufrir a Rada Nadal. En los últimos años, ser tenista en España se ha convertido en una profesión de riesgo. La figura de Rafa es tan grande que ha conseguido camuflar casi cualquier éxito que hayan conseguido otros compañeros de profesión, a pesar de que ellos han sido, también, muy importantes. Pero, el tenista ha tenido la capacidad de permanecer delante del resto de una manera espectacular. Para muchas personas, Nadal, se ha convertido en el tenista más importante d ella historia. El tenista balear es uno de los jugadores más reconocidos en tierra batida, ya que tiene un asombroso talento para ello, pero también hemos visto cómo, con mucho esfuerzo e innumerable talento, ha ido aprendiendo a defenderse, de manera excelente, en hierba. Esta característica del tenista es, sin duda, la que más admiro, no para de internarlo hasta caer rendido. Es algo que me define a mí también, quizá por eso me resulte tan sorpréndete, yo sé cómo funciona mi cabeza en estas situaciones y no es fácil de llevar a cabo. El día en que Rafa deje de ir a competir a París, dejaré de ver el tenis.
Durante los últimos años han surgido jugadores y jugadoras muy talentosos, cada vez son más jóvenes, cada vez están más preparados. Los casos más destacables en España son los de Carlos Alcaraz y Paula Badosa. También hemos visto grandes tenistas decir adiós en este último Roland Garros como el muy querido Jo-Wilfried Tsonga que lo vimos muy emocionado segundos antes de su despedida, diciendo adiós a su trayectoria tras dieciocho años en la élite profesional. Alguien como Rafa pasa una vez cada cientos de años, tenemos que ser conscientes de lo afortunados que hemos sido de verle jugar, algunas figuras solo aparecen una vez en la historia, yo creo que es imposible que alguien repita lo que Nadal ha conseguido, pero ojalá me equivoque, porque hemos visto esto en otros deportes.
Además de las inevitables comparaciones, también vemos cómo Nadal se ha convertido en una figura de inspiración para los próximos competidores. Ha supuesto tener siempre un foco constante de atención en el tenis, muchos tenistas han aprovechado la figura de Rafa para recibir algo más de calor, ya que vemos mucha más gente involucrada, más aficionados y más prensa queriendo hacerse eco de las hazañas de los jugadores nacionales e internacionales. Todo esto es muy positivo para el deporte y, concretamente, para el tenis. La carrera de Nadal afronta su traumática recta final. Rafa Nadal es, para muchos, el mejor tenista español y uno de los deportistas más laureados de la historia. Es un ejemplo de competitividad, capacidad de sufrimiento y entrega en la pista. Además, Rafa representa el juego limpio, la elegancia y el buen comportamiento tanto dentro como fuera del tenis; estas características lo convierten en una figura admirada. Siempre lo vi junto a su tío, Nadal para mí es un diamante, todo lo que siempre quise ser, en todo lo que me quise convertir. ¡Viva Nadal!, aquí no pasa como me ocurrió a mí en el baile, había robos y amiguismos que hacían más complicadas las victorias. ¡Grande Rafael Nadal! Para mí siempre serás el mejor de la historia.
NADAL
Es una ceremonia y, como cualquier
otro deporte, tiene reglas,
¡pero tú eres el mejor!
Es como un juego de tenis musical,
donde mi boca atrapa la pelota,
Aquí estoy, en mi altar para Nadal.
Elevada por tantos besos de alegría,
qué manera de arroparse,
camiseta, raqueta y pelota.
Con dos buenas noches, naranjas,
verdes y blancos: TENIS.
Juego duro, como su ser,
y con esta imagen de tenis musical
nos deja la cabeza dando vueltas.
Por otro lado, quien corre es Nadal
molestó mucho a su amiga la pelota,
¡Tanto le dio con la raqueta!
Quitarse la vida antes que ella,
captura con languidez y melancolía
Hasta no jugar otra vez,
el paso del tiempo con esta imagen
memorable, su poema del 2 de junio:
que dios te de el futuro, nunca se pierde,
ayer tan sencilla e irrevocablemente
como una pelota de tenis en el ocaso.
De mi infancia, en la que jugué
mucho tenis con mis rimas.
Recuerdo mi obsesión
para seguir y seguir jugando.
Recorriendo tantos países
hasta ser un campeón.
Incluso cuando el sol se ponía
y la pelota se perdía
en el crepúsculo, hermosa imagen
y desgarrador, muy al estilo del autor.
Es difícil hacer buenos poemas de tenis,
¡buenos poemas de tenis!
Te escribo un poema para ti, Nadal,
¡eres muy poético!
El gran poeta experto en lunas,
Por la hierba del prado caminabas
y volaba tu brazo adolescente
y por la red de la raqueta alcanzada
se filtraba la luz del sol de poniente.
Francelina Robin