ENTREVISTA AL MAESTRO LUTHIER RAFAEL MONTEMAYOR
Para esta ocasión tengo el enorme placer de entrevistar, a alguien que vive a la sombra de los artistas que se mueven en primera línea de los escenarios orquestales, me estoy refiriendo al constructor y restaurador de instrumentos de cuerda, Rafael Montemayor (Septiembre, 1967). Sin el cual, muchos de esos instrumentos que solemos escuchar en las Salas de Concierto, no podrían sonar como deberían hacerlo ni estar presentes en ellos.
Dentro de la sección de cuerda que Rafael Montemayor construye y restaura, nos encontramos los instrumentos de cuerda frotadas transversales a lo redondo como son: El violín, la viola, el violonchelo, el contrabajo, el octabajo y la familia de las violas da gamba que van sin trastes.
En 1992 se traslada a vivir a Cremona, Italia, inscribiéndose en el I.P.I.A.L.L. (Instituto Proffessionale per L´Artigianato Liutario e del Legno) Antonio Stradivari. En el año 93 compaginando con sus estudios de Luthería en IPIALL de Cremona, comenzó a trabajar en el taller del Maestro G. Grisales de la misma ciudad italiana.
Ha obtenido diversos Masters: En restauración y mantenimiento de arcos (restauración de la vara, de la nuez y su tornillería. Encrinado y guarniciones). Master dedicado a materiales y técnicas de barnizado artesanal de instrumentos musicales de cuerda (preparación de barnices artesanales a base de resinas naturales, técnicas de barnizado de instrumentos musicales, medidas de seguridad y protección). Master impartido por Charles Beare sobre técnicas modernas de restauración de instrumentos musicales de arco (nuevos materiales, técnicas de reintegración de barnices con pigmentos y soporte, la ética en la restauración de instrumentos históricos).
Ha participado activamente en las actividades de organización del Museo de Instrumentos musicales del IPIALL en Cremona, como en la organización y montaje de la muestra “La Nascita del Violino” en la ciudad de Pegli (Génova), cuyo exponente principal fue el famoso Guarneri del Gesú de 1742, utilizado por nada menos que Nicolo Paganini en su carrera de virtuosismo, y como conocido con el sobrenombre “Il Cannone di Paganini”.
Ha contribuido con su profesionalidad en un proyecto internacional junto con el polifacético artista italiano Davide Mosconi (Fotógrafo, diseñador y músico), el Maestro Luthier Giorgio C´è, A. Caballero, en el proyecto y construcción de un Arpa Eólica que se colocó en el Palacio Real de Katmandú que estaba siendo restaurado y donde Davide Mosconi estaba realizando trabajos de diseño junto con un equipo de arquitectos. Dicho proyecto estuvo apoyado por FIAT en cuya Galería de Viento de (Mirafiori) Turín se probó el instrumento con un excelente resultado y una gran repercusión en los medios de comunicación italianos. Por este trabajo, nuestro entrevistado recibió el premio y beca de la Fundación Walter Stauffer de la ciudad de Cremona en Noviembre de 1995. Durante ese mismo año, realizó un Stage de Restauración de instrumentos históricos en el taller de Bernard Millant – Le Canú en París, en la conocida Rue de Rome, trabajando con instrumentos de gran prestigio.
En el curso 95/96 obtiene el Título Luthier otorgado IPIALL, Antonio Stradivari de Cremona con el reconocimiento del Estado Italiano. En los siguientes años, realiza trabajos de construcción y restauración para el Maestro Luthier Giorgio C´è, con el que perfeccionó y pulió las técnicas constructivas de los instrumentos de la familia del violín.
Ya en 1998 se traslada a Madrid, donde abrió su propio taller Luthier, dedicándose a la construcción de instrumentos de arco y a la restauración de instrumentos históricos. Aprovechando desde entonces hasta el 2005, para dar numerosos cursos y charlas de luthería por todo el territorio nacional, compaginándolo con su trabajo, así como dando cursos oficiales de Luthería en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, en el Conservatorio Superior de Salamanca, Conservatorio Profesional de la misma ciudad, etc…
Desde el año 2006 hasta el 2011, ha sido nombrado “Experto” por el INCUAL (Ministerio de Educación y Ministerio de Trabajo) para la realización de las Cualificaciones Profesionales: Proyecto y elaboración artesanal de instrumentos musicales de arco. Proyecto, elaboración, mantenimiento y reparación artesanal de instrumentos musicales de cuerda. Las guías de Evidencia (procedimientos de evaluación y acreditación de las competencias profesionales anteriormente descritas).
Desde entonces su interés por la innovación y el arte le han llevado a ir experimentando con nuevos modelos, en los cuales, ha utilizado las técnicas clásicas de construcción y decoración artísticas, desarrollando diseños más a la vanguardia del arte contemporáneo. Así como espirales triangulares, ovales, incrustaciones con diseños de vanguardia utilizando técnicas de “intarsio” clásicas, etc…
También se dedica a la copia de instrumentos históricos, muy adecuados al gusto del momento, con técnicas avanzadas y artesanales, utilizando pigmentos y materiales “no agresivos”, para conseguir el envejecimiento adecuado de los instrumentos de arco.
Para su satisfacción sus instrumentos suenan en teatros de Madrid, Milán, Roma, San Sebastián, Nápoles, Osaka, Chicago, Berlín, Sevilla, Sidney, Viena, etc…
Ha desarrollado y publicado sistemas novedosos para los refuerzos interiores de las roturas en los instrumentos musicales, que interfieren poco o nada en la acústica final del instrumento y proporcionando una estabilidad importante en la estructura física del propio instrumento, así como nuevas técnicas de reintegración de materiales y barnices, siendo esta una profesión donde el aprendizaje es siempre una constante artística.
Sin más preámbulos, daré comienzo a esta entrevista que seguro será sumamente interesante, para conocer el mundo sonoro y artístico, que vive en la sombra de los músicos a los que tanto admiramos.
PREGUNTA: Lo primero, quiero agradecerte Maestro Montemayor -pues dado tus estudios y tu trabajo artesano, bien lo mereces-, el tiempo que me dispensas para responder a estas preguntas, con las que espero dar a conocer tu trabajo de trinchera, para que podamos saborear los melómanos, esas maravillas musicales que han dado y siguen dando los compositores. Mi primera pregunta como suele ser ya habitual en mí, ¿a qué edad y cómo surgió tu interés por los trabajos de talla de madera, que te han llevado a donde estas ahora?
RESPUESTA: En primer lugar, agradecerte este tiempo que me dedicas, Ricardo. Será un placer responderte.
No puedo recordar cuándo comencé a hacer trabajos con maderas, porque la madera siempre ha sido un material que he utilizado para fabricar objetos con los que jugaba o con lo que adornar mi espacio… Por ejemplo, me encantaba tallar la corteza de los pinos piñoneros para fabricar barcos con velas que luego, en verano, y aprovechando los vientos, soltaba en el mar para verlos alejarse… El mismo mar me regalaba viejos tocones de maderas con las que fabricar todo tipo de objetos, ya fueran juguetes, elementos decorativos, etc… Más tarde descubriría las sierras de mano, los formones, las gubias, etc… Y te puedo asegurar que el trabajo con la madera, así como con las artes en general, es de lo más gratificante que he podido llegar a conocer e integrar en mi vida.
PREGUNTA: Según he leído sobre ti, realizaste estudios musicales en la especialidad de violín y estudios principalmente de acuarelas y óleos. Está claro que esos estudios te habrán ayudado mucho en tu trabajo, de cara a conocer los instrumentos en los que trabajas. ¿Pero nunca has pensado dedicarte a ser músico o pintor?
RESPUESTA: Sí, mi abuelo era un violinista aficionado. Y el primer violín que tuve en mis manos fue un instrumento de latón, de aquellos con los que acababas por cortarte la mano con alguna de aquellas pestañas desdobladas. A los ocho años me regaló un violín, que aún conservo como un tesoro, con el que comencé a estudiar música: otra de mis pasiones. Pero claro: la madera como material acústico, unido a mi inmensa curiosidad por conocer el funcionamiento de ese maravilloso instrumento, me llevaría finalmente a Cremona, Italia, para aprender a construir instrumentos musicales. Digamos que pudo más mi curiosidad como luthier debido a esa pasión que para mí es la madera.
Con los pinceles puedo decirte lo mismo que con la madera o la música. No recuerdo a qué edad cogí un pincel y empecé a mezclar colores. Pero es algo que me acompaña desde siempre. Uno intenta imitar con cualquier pigmento o material todo aquello que la naturaleza nos muestra en su gama infinita de colores, luces y sombras. Y me resulta muy relajante poder dedicar un hueco de tiempo a disfrutar con ello.
Y sí, conocer los instrumentos desde todos los puntos de vista es fundamental a la hora de construirlos o restaurarlos. Sin duda alguna, mi formación musical me ha ayudado bastante en este sentido. Y puedo responderte lo mismo con el hecho de conocer bien cómo funcionan los colores. Sobre todo, a la hora de restaurar barnices coloreados o a la hora de realizar trabajos de envejecimiento en instrumentos recién construidos. Realmente el trabajo de envejecer es un trabajo de pintura: los matices, la gama de colores que crea el tiempo, las sombras, etc…
PREGUNTA: Tus padres, cuando supieron que querías dedicarte a esto de reparador y restaurador de instrumentos, ¿te apoyaron de forma incondicional o tenían en mente otra carrera para ti?
RESPUESTA: Sí, Ricardo, me apoyaron bastante, la verdad. Al final es uno quien va decidiendo su camino ¿No es así? Y ahora, como padre, te puedo asegurar que hago lo mismo…
PREGUNTA: Supongo que a tus padres les supondría un gran esfuerzo económico y personal el tenerte en Cremona para desarrollar tus estudios. ¿Cómo lo llevasteis? Imagino que os estaríais llamando por teléfono o enviándoos cartas continuamente, para saber de vosotros.
RESPUESTA: Sí, claro… Enviar a un hijo fuera es siempre un esfuerzo económico. No obstante, siempre he sido bastante autosuficiente, y a los tres meses de llegar a Cremona comencé a trabajar en un taller artesano, por lo que pude ir haciendo que esa carga fuera menor.
Y en cuanto a las comunicaciones, el correo era un gran medio para ello, y también el teléfono… Los móviles llegaron en los dos últimos años… Cómo ha cambiado todo desde entonces…
PREGUNTA: Seguro que has dejado una gran huella imperecedera en Cremona, que jamás olvidarán en Italia. ¿De aquellos años de estudios, qué recuerdos inolvidables sigues guardando en tu memoria?
RESPUESTA: Recuerdo la ilusión y las ganas de aprender. Aprovechar el tiempo viendo instrumentos, yendo a conciertos para escucharlos. Y qué decir de las relaciones sociales en una escuela internacional con personas venidas de todas las partes del mundo: conocer las diferentes culturas, sus matices. Todo eso es enriquecedor. Y al final te das cuenta de que todos somos de una misma pasta o de ese mismo barro que nos hace iguales. Fueron años intensos y muy interesantes, la verdad. Y guardo muchísimos recuerdos, así como muy buenos amigos, y esto último es quizá lo más importante.
PREGUNTA: Estuviste en la organización y montaje de la muestra “La Nascita del Violino” en Pegli (Génova), exponiéndose por instrumento principal el famoso Guarneri del Gesú de 1742, que fue utilizado por el virtuoso por excelencia Nicolo Paganini. ¿Cómo fue aquella experiencia y el verte ante tan emblemático e histórico instrumento?
RESPUESTA: Sí. Fueron unos días extraordinarios, la verdad. Tener ese instrumento en mis manos fue algo maravilloso, ciertamente: el instrumento que tocó y sobre el que compuso Nicolo Paganini su obra. Creo que ha sido un gran privilegio.
Montamos en el Museo Naval de Pegli (Génova) una muestra muy completa de todas las fases constructivas de un instrumento musical de arco. Y fue todo un éxito de la Escuela y de todos los que estuvimos allí trabajando para ello.
PREGUNTA: Has trabajado con el Maestro Luthier Giorgio C´e, que según parece fue tu mayor maestro e inspirador en Cremona. ¿Qué nos puedes contar de ese tiempo aprendiendo de él, y seguís manteniendo contacto actualmente?
RESPUESTA: Mi maestro Giorgio Ce´ fue mucho más que un maestro, la verdad. Él fue un luthier modesto, con un taller modesto, pero cuyos instrumentos eran y son una obra de arte, además de tener una voz extraordinaria. Destilaba por sus poros una pasión por la música y sus instrumentos como he visto a pocos luthiers. Le costaba desprenderse de ellos y es algo que hoy puedo entender perfectamente.
Desafortunadamente una enfermedad se lo llevó hace dos años. Pero guardo muchísimos recuerdos de su persona: como luthier, como persona afable y conversadora, y, sobre todo, por ese don que tenía a la hora de enseñar a sus alumnos. Maestros hay muchos, Ricardo, pero que hayan nacido con esa capacidad para enseñar hay muy pocos. Y por ello le estoy muy agradecido, tanto a él, como a la Ciudad de Cremona, que tanto me regaló…
Pasé muchas horas construyendo instrumentos con Giorgio Ce`, tanto en la escuela, como en su taller o en el mío. Era como si el mundo de los instrumentos musicales fuera todo un misterio aún por descubrir, como bien decía él… Y en realidad es así, porque cada pedazo de madera, como ocurre con la voz humana, tiene sus propias características. Y el misterio consiste en extraer de las maderas su mejor voz… Ese es el gran secreto de los grandes maestros constructores de instrumentos y no otro: conocer bien el material que tienes entre las manos.
Pero también íbamos de pesca, de excursión a alguna ciudad o pueblo… Y siempre recordaré esas interminables charlas acerca del arte, la música y sus instrumentos. Creo que tuve muchísima suerte de ser su alumno.
PREGUNTA: Realizaste a tu regreso a España, numerosos cursos y charlas por todo el territorio nacional, como cursos oficiales para diferentes Conservatorios Musicales. ¿Cómo te resulto pasar a ser Maestro y explicar a los asistentes tus conocimientos? ¿Viste curiosidad e interés, por una profesión tan desconocida fuera del ámbito de la música?
RESPUESTA: Sí, la luthería o violería (que es un término más castizo) suscita mucho interés en los alumnos que estudian algún instrumento de arco. Supongo que todos tenemos ese espíritu curioso y creativo. Y el hecho de mostrar un trabajo que poco ha cambiado con el paso de los siglos, es siempre interesante para el público. Al menos esta ha sido mi experiencia.
Realizarlos es otra cuestión, porque entre otras cosas, siempre he padecido eso que llaman miedo escénico y ha sido una labor que ha requerido un gran esfuerzo por mi parte, además de un trabajo muy concienzudo a la hora de hacer las fotografías, preparar los materiales, los textos, etc.
PREGUNTA: Has desarrollado y publicado escritos relacionados con sistemas novedosos en tu campo de la restauración y reparación de instrumentos de cuerda. ¿Qué nos puedes contar con palabras que los no entendidos comprendamos? Sobre esos avances que has logrado en dicha materia.
RESPUESTA: Realmente lo que he hecho es rescatar y adaptar a los procesos de restauración de instrumentos musicales algunos sistemas de refuerzos que ya se utilizaban antiguamente para la construcción de instrumentos tan delicados como los laúdes, por poner un ejemplo.
El sistema standard de restauración y refuerzo de roturas a base de tacos de madera, por delgados que puedan ser, acaban por crear esas famosas líneas de fuerza que bloquean la vibración de las tapas de un instrumento musical.
De entre las muchas cosas que aprendí con Giorgio Ce’ una muy importante, y muy visual además, es el funcionamiento de las tapas de un instrumento cuando comienzan a vibrar. Las tapas se construyen a base de un degradado de espesores, de manera que puedan contraerse y expandirse sin bloqueos, como por ejemplo en una caña de pesca. Es una bonita manera de explicar cómo funcionan realmente. Si en una caña de pesca quitas uno de sus tramos y te las apañas para encajarlo, de manera que se produzca un cambio brusco de diámetro, lo que le va a ocurrir a tu caña de pesca es que romperá por ese punto. Es más que evidente…
Lo mismo ocurre en las tapas de un instrumento que está reforzado con tacos bajo sus roturas: Los tacos conforman una línea de fuerza longitudinal a sí mismos, que por el fenómeno que conocemos como fatiga de materiales, acabará por producir una o varias nuevas roturas justo en la línea imaginaria de los propios tacos… Y así sucesivamente: encolar más tacos equivale a crear más líneas de fuerza que contribuirán a nuevas roturas… También ocurre, y esto es muy frecuente, que alguno o algunos de los tacos terminen por despegarse parcialmente, provocando ruidos más o menos molestos para el instrumentista.
He estado trabajando con muchos materiales delgados, como microfibras, pergaminos y telas (muy utilizados antiguamente en la construcción de instrumentos musicales). Actualmente trabajo con fibras vegetales muy delgadas que me están dando un óptimo resultado, tanto desde el punto de vista estructural como acústico.
PREGUNTA: En tu taller de reparación y restauración, podemos ver por tu web, unos trabajos de restauración increíbles de violines españoles del siglo XVIII, como un violín Giovanni Battista Rogeri de 1705 de la luthería clásica italiana, Escuela de Brescia. De todos los instrumentos que has tenido el placer de restaurar o reparar, ¿cuáles te han supuesto un mayor reto y sacrificio de horas sin dormir, para dejarlos como el primer día de su nacimiento?
RESPUESTA: Bueno… Cada instrumento que llega a mi taller es siempre un reto, pues a la hora de restaurarlo hay que hacer un estudio previo que puede llevar más o menos tiempo. Y en algunos casos, y debido a intervenciones más o menos desafortunadas, puede convertirse en algo faraónico…
Cuando se restauran instrumentos musicales, tenemos que tener en cuenta que restauramos un objeto que debe ser funcional, pero a la vez es una obra de arte, por lo que las intervenciones que hemos de realizar deben ser muy poco invasivas, pero a la vez han de devolver la eficiencia al propio instrumento.
Aquí podríamos abrir un debate de horas, Ricardo… La pregunta que debemos hacernos es hasta cuándo vamos a seguir utilizando instrumentos tan antiguos y tan valiosos ¿Qué vamos a dejar a las generaciones futuras?
Hace muy poco leía un artículo de una revista italiana que ponía el grito en el cielo, porque “Il Cannone” de Paganini había perdido su sonido. En el artículo se preguntaban si abrir otra vez el instrumento para cambiar su barra armónica (Uno de los principales problemas acústicos de un instrumento de arco) podría suponer un riesgo… Todos sabemos que el riesgo cero no existe, desde luego… El dilema que se plantea es si realmente es necesario que sigamos utilizando instrumentos tan valiosos y tan antiguos, o si bien va llegando el momento de conservarlos en museos para el disfrute (y aprendizaje, también) de las generaciones futuras…
Pero regresando a lo que me preguntas, como cada instrumento es único, siempre encuentro algo positivo y aprendo algo de él. Y en cuanto a retos, te puedo decir lo mismo, con la excepción de instrumentos que han sufrido el ataque de insectos xilófagos. En este caso, suelen ser trabajos muy complejos y que requieren de muchísimo tiempo para poder reintegrar todo aquello que ha sido devorado…
PREGUNTA: De todos los músicos que te han pedido ayuda, para reparar o restaurar sus instrumentos. ¿Quiénes te han dejado una grata impresión, tanto como persona en su trato directo o como músico sobre un escenario?
RESPUESTA: Ricardo, durante todos estos años que llevo dedicándome al arte de construir y restaurar instrumentos, he conocido a muchísimas personas con diferentes niveles a la hora de interpretar y tocar su instrumento. Y te puedo asegurar que la familia de los músicos es siempre una familia amable con la que es muy fácil entablar una conversación acerca de cualquier tema. Es lo que tiene la música, amigo, que abre la mente.
PREGUNTA: Como no podía ser de otra manera, también te dedicas a construir copias de instrumentos históricos, que se parecen enormemente y suenan casi como los originales. Logrando con un proceso bien aprendido y perfeccionado durante años, unos trabajos laboriosos y magistrales. ¿Cómo te vino la idea de construir dichos instrumentos, y de todos ellos, con cuáles te has sentido más orgulloso y satisfecho?
RESPUESTA: Construir un instrumento musical es algo apasionante y laborioso. Hoy creamos copias, porque como te decía anteriormente, cada vez más músicos deciden guardar sus instrumentos antiguos y originales y reservarlos para su propio trabajo en la intimidad de su hogar. Seguramente este hecho esté salvando y preservando muchos instrumentos clásicos. Y los buenos intérpretes con mucha experiencia, bien saben que un buen instrumento nuevo nada tiene que envidiar a uno antiguo…
Construir instrumentos es algo que me apasiona. Y tampoco podría decirte con cuál me quedo. Investigo mucho sobre los modelos clásicos para después plasmar en uno nuevo las mejores cualidades que he ido anotando.
Cada instrumento que construyo, además de las horas necesarias para ello, que son muchas, conlleva un trabajo de diseño, de mejora sobre el anterior: sus aspectos funcionales y estéticos. Todo ello supone un trabajo creativo que me apasiona muchísimo realmente y que termina cuando le coloco las cuerdas, cojo un arco y comienzo a sacarle sus primeros sonidos. Ese momento es maravilloso.
PREGUNTA: Tus instrumentos los podemos escuchar en diversos lugares como: Madrid, Milán, Roma, San Sebastián, Nápoles, Osaka, Chicago, Berlín, Sevilla, Sidney, Viena, y muchos otros, que no cabrían en la pregunta. ¿Cómo te sientes al saber que tus creaciones y tu trabajo de reparación y restauración, están haciendo felices a miles de músicos y especialmente a melómanos, que pueden escucharlos en las Salas de Concierto, interpretando las obras de los grandes compositores clásicos?
RESPUESTA: Es muy satisfactorio saber que tu trabajo sirve para el placer de los demás, la verdad. Como creador de instrumentos, saber que éstos siguen por ahí sonando y haciendo disfrutar a sus intérpretes y público, es algo difícil de describir… Supongo que un mismo tipo de satisfacción ligeramente parecida a la que puedes tener cuando ves a tus hijos progresar en la vida. Al fin y al cabo la obra de todo creador acaba por ser el fruto de uno mismo, también.
PREGUNTA: Supongo que toda esta crisis del Covid-19, te habrá afectado tanto como a muchas personas en el mundo entero. En tu caso particular, ¿cómo os está tratando a nivel familiar y en el ámbito profesional? ¿Esperáis que pronto la cosa se normalice medianamente, o veis que la situación se prolongará más de lo que dicen los expertos y entendidos?
RESPUESTA: Esta crisis del Covid19 nos ha supuesto a todos un auténtico mazazo. Nos ha descolocado, nos ha hecho sentir vulnerables y nos ha causado mucho dolor. Hay muchas personas que se han ido, muchas que tienen secuelas, muchas otras están atravesando un momento anímico y económico realmente muy difícil.
Es una situación que ha afectado a todos los sectores, incluso a aquellos que parecían tener cimientos muy sólidos.
Nos hemos puesto a clasificar los sectores como “esenciales” o “no esenciales” y en cuanto a la cultura se refiere, porque de ello hablamos, su carácter de “no esencial” ha supuesto un duro golpe. Pero cabe preguntarse ¿Qué habría sido en esos tiempos de confinamiento estricto de nuestras vidas sin la cultura? ¿Os imagináis ese periodo sin un libro, una revista, sin música, sin cine en casa, sin danza, sin pinturas, agujas e hilo, sin un instrumento que tocar, etc., etc., etc.? ¿Qué habría sido de nosotros? Sencillamente habríamos enloquecido. El arte y la cultura han sido nuestros mejores aliados en esos momentos tan complicados realmente, por lo que cabe pararse a pensar un poco y abrir un profundo debate acerca del valor que ésta tiene en nuestra sociedad.
Esta crisis, que ha supuesto como ya he dicho un duro mazazo para todos, ha venido también para enseñarnos algo. Yo me quedo con la solidaridad de la inmensa mayoría de la gente. Hemos aprendido a taparnos la boca, a conocernos un poco más y a sonreír con los ojos. Creo que todos deberíamos pararnos a analizar qué es lo realmente importante y necesario para conformar una sociedad y mundo mejores. Supongo que tenemos un gran reto por delante todos…
PREGUNTA: Para terminar, ¿existe alguna pregunta que te hubiera haber gustado responder, y que no hayas tenido la oportunidad de hacerlo?
RESPUESTA: Ha sido una entrevista muy agradable, Ricardo. Y un placer responder a todas tus preguntas. No se me ocurre ninguna otra mejor.
Sin más, quiero agradecerte Maestro Montemayor, el tiempo que me has concedido a la hora de responder a las siguientes preguntas. Con las que espero poder ayudar a dar a conocer el noble arte que realizas, desde la retaguardia de las orquestas y para la música de cámara. Con tu trabajo de reparación, restauración y construcción de instrumentos de cuerda. Espero tengas a bien el responder a una preguntas tipo test, con las que podremos conocerte un poco mejor.
¡Muchas gracias, Rafael!
PREGUNTAS TIPO TEST:
¿Un personaje histórico? Charles Darwin.
¿Una época? El siglo XIX.
¿Un pintor? Diego Velázquez.
¿Un escultor? Giuseppe Sanmartino.
¿Un escritor? José Saramago.
¿Un poeta? Walt Whitman.
¿Un libro? Hojas de Hierba.
¿Una película? Big Fish de Tim Burton.
¿Un director de cine, teatro o televisión? Javier Fesser.
¿Un actor? Jack Nicholson.
¿Una actriz? Whoopi Goldberg.
¿Un compositor? Frédéric Chopin.
¿Un cantante? Alfredo Kraus.
¿Un músico? Freddie Mercury.
¿Una flor? La orquídea.
¿Un animal? El perro.
¿Una estación del año? El otoño.
¿Un lugar donde residir? La montaña.
¿Un lugar que te gustaría visitar antes de morir? El Himalaya.
¿Un color? Azul ultramar.
Entrevista por Ricardo Campos Urbaneja
Irún
Me ha encantado la entrevista. Se ve que el maestro luthier Rafael, es como esos tocones de madera que guardan en su interior su mejor voz
Magnitica entrevista que nos da a conocer ese mundo que nos resulta imprescindibles a los que amamos y practicamos la música, como compañera indispensable de nuestras vida.. gracias Maestro Montemayor, por tu trabajo , que nos permite disfrutar y realizarnos como como siempre habíamos soñado.
Muchas gracias y abrazos.