SOLEDAD MARTÍNEZ GONZÁLEZ – DUARTE ESCRITORA, POETA, ACTRIZ Y BRILLANTE DECLAMADORA

Mis estimados lectores hoy quiero presentaros a mi amiga Soledad, es generosa, muy humana e intelectual, y entre muchas cosas es defensora de las artes creativas, es actriz, declamadora, así como escritora, también es una gran defensora de los derechos humanos y de la naturaleza.

Conocer a Soledad fue un privilegio para mí, esta entrevista más que una entrevista es un relato e historia sorprendente de su vida.

Soledad y yo somos amigas y nos resulta hasta divertido no recordar cómo nos conocimos, es cierto que tenemos una ligera idea, se puede decir que coincidimos en muchas de las actividades creativas, así como humanas que realizamos entre sí.

De su mano recibí uno de los diplomas más bellos e importantes de mi vida por lo que este diploma representa.

1ª Soledad, me gustaría comenzar preguntándote por tus raíces familiares

Tuve unos padres magníficos, mi madre dedicada al hogar, como era normal en aquellos tiempos. Hija de un gran empresario con fábricas que daba empleo a mucha gente, en Murcia y en Mendoza, (Argentina), donde viajaba con toda la familia una vez al año quedándose allí durante varios meses para inspeccionar el negocio. Mi madre, Manuela González Duarte, tercera hija del matrimonio, nació en el país argentino, en Mendoza, durante la estancia de la familia en uno de esos viajes. Emparentada por parte materna con Eva Duarte de Perón, pues mi abuela era prima del padre de Eva, quien también era de Murcia.

Mi padre, Juan Martínez Casanova, estudioso incansable, matemático de altísimo nivel, militar, Teniente Armero de carrera a los 21 años. Inventor de máquinas diversas, -envolver caramelos, pelar almendras, creador del Caramelo completo del Licor 43 y otras muchas que yo ni sé cuáles son-. El invento de mi padre se encuentra en el museo.  Con reconocimiento especial de dicha empresa del Licor 43 con homenaje y placa de plata concedida a sus hijos:

A JUAN MARTÍNEZ CASANOVA

“El gran inventor” Creador de la máquina de caramelos del Licor 43

1910-1990

Mi padre decía, que todo lo que otro hombre pudiera hacer, él también. Lo hacía todo, nada era imposible para él, así lo demostró durante toda su vida.

2ª Donde pasaste tu niñez

 Mi niñez fue maravillosa, con un paréntesis de los 2 a los cuatro años, que por enfermedad de mi hermano mayor, en aquellos tiempos incurable, y por la total dedicación que mi madre tenía con él, hubo de dejarme con su hermano y esposa recién casados y que me acogieron con mucha ilusión, pero claro, a un bebé de dos años si lo separas de su madre se siente abandonado y no lo puede entender, truncas su felicidad y seguridad. Recuerdo cuando mi madre iba a verme que me abrazaba a ella y no quería que se fuera. Mi otro hermano durante ese tiempo vivió con la hermana de mi madre y su esposo.

Cuando murió mi hermano, volví a casa, tenía cuatro años, qué feliz me sentía, mi casa era de ensueño, eran viviendas pareadas, formando las calles de toda la barriada “Cuatro Santos” con un porche en la entrada y un patio en la parte interior, donde, en una parte de él, mi padre criaba conejos, pollos y gallinas que hacían mis delicias mirarlos. También plantaba frutales, una parra frondosa y flores, rosas preciosas. El resto era para juegos de mi hermano Juanito, mayor que yo y mío. Por las tardes, después del colegio, todas las vecinas se sentaban en los porches haciendo encajes de bolillos, cosiendo o simplemente hablando y, por las noches, contando historias. Tengo un poema dedicado a mi patio:

“EL PATIO AQUÉL DE MI CASA”

Er todo como un sueño / y en el sueño lo soñaba/ cuando el tiempo era pasado. / Era todo como un sueño, / el aire, el entorno…era todo. / Comenzaba mi vida.

Mi casa, la de mi infancia,/ que nunca podré olvidar,/ con su porche solariego,/ verde tierra, sol y estrellas,/ así era aquél lugar./ ¡Qué feliz me sentía yo/ con las cosas más pequeñas¡/ ¡El patio aquél de mi casa¡/ enredaderas y parras,/ sublime ensimismamiento/ aumentando cada día./ Flores, rosas y jazmines/ recubriendo las paredes, / serpenteando caminos./ Aquellas puertas se abrían/ para que pisara yo./ ¡Oh maravilla del mundo¡/ aquél era mi rincón./ Un paraíso de magia/ yo vivía o yo soñaba./ Era tan grande ese patio/ en mi loca fantasía,/ que el mundo cabía en él/ y yo, el mundo poseía.

                                                         *************

3ª Como eran tus amigos:

 En aquel tiempo eran sólo amigas, colegio de niñas y, los chicos iban detrás, sabiendo que iban, pero sin hacerles caso. Mis amigas, Julia, Antoñita y yo, siempre juntas, a todas partes, toda la vida hemos vivido la amistad y al día de hoy seguimos siendo amigas. Julia, lamentablemente murió de cáncer de mama a los 39 años. Fue un golpe muy duro. A nuestro grupo de tres después se unían otras y el grupo se ampliaba. De mis amigas y juegos tengo otro poema:

    CARTA A UNA AMIGA QUE SE FUE

     IN MEMORIAm. Dedicado a mi amiga Julia García Ros

Mi siempre querida amiga… descansa en paz.

Has llegado y conocido de Dios, la serena faz.

Llegaste a la Luz suprema, llegaste a la eternidad.

Gozas ya, querida amiga, de un cielo recién hallado.

Ángeles y serafines tu alma han adornado

para presentarla a Dios, que en su trono te ha esperado.

Llena de luz y esperanza, de armonía y claridad,

has llegado hasta Jesús, y en la misma Inmensidad

has conocido el misterio de la Santa Trinidad.

¡Aquellas Semanas Santas…

Vestidas de nazarenas, de hebreas… Qué sensación!

con la sonrisa en los labios y en los ojos la emoción.

Aquél Domingo de Ramos…Colorido y fantasía

de niñas samaritanas rebosantes de alegría,

con sandalias y con palmas en tropel y algarabía.

Nuestros años infantiles… ¡Cuántos juegos compartidos!

¡Cuántos bailes y canciones en el corazón prendidos!

Los caminos de la iglesia. ¡Cuántas veces recorridos!

Los bailes y sevillanas, la escuela, Dª. Isabel,

El párroco, el teatro y los trajes de papel.

Recuerdos inolvidables que el tiempo llevó con él.

¡Amigas! ¡Amigas siempre!

Amigas…pasó la vida,

y aquella alegre niñez,

quedó atrás, quedó perdida

entre la tierra, y el cielo

y alguna acacia florida.

Entre las espigas altas

con fina escarcha de nieve;

En las sendas olvidadas

que perdieron su relieve.

Entre los cielos plomizos de aquellos días perlados

en los que el sol y la lluvia caían entremezclados.

En los campos, los caminos continuados. Los molinos.

En el interior profundo de enredaderas y pinos.

En los versos que tú hacías cuando adolescentes fuimos.

En las noches que creímos

que pintándonos las caras

se asustaban los vecinos.

Y en tu casa y en la mía el silencio adormecido,

en el marco inamovible del tiempo ya detenido.

En los muros, las paredes, en el campo florecido.

Fuiste siempre una persona de corazón tan leal,

que, al verte, veía en ti, aquella niña ideal,

aquella que fue mi amiga desde tiempo inmemorial.

¡Adiós, mi querida amiga! ¡Adiós, mi amiga inmortal!

Tu recuerdo queda en mí de forma entera y total,

como los cuentos aquellos contados en tu portal.

Tu alma ya sin barreras, gozando está libertad.

Hasta que nos encontremos, allá, en la eternidad,

recibe todo el cariño de tu amiga, Soledad.

Sole, Juli y Antoñita

Grupo de Ballet

Juli, Antoñita y Sole

Juli, Sole y Antoñita

Soledad que bonita historia, te importa si emplazamos nuestra entrevista en otras las próximas publicaciones.

Por supuesto, en el próximo ejemplar que quieres que te cuente.

A mí me gustaría seguir con tu historia, por ejemplo, cuando comenzaste a escribir.

Estaré encantara, no he de faltar a nuestra nueva cita.

Clamenta López Pérez