COSTA TROPICAL, CALIDAD DE VIDA: CLIMA DE LA COSTA SUBTROPICAL MEDITERRÁNEA
Información general
Bañada por el mar Mediterráneo y rodeada por un paisaje de montaña, la Costa Tropical se ha erigido en la cuna de la cultura mediterránea. Desde La Herradura hasta la Rábita, pasando por pueblos costeros como Almuñécar, Salobreña o Motril, y otros no bañados por el mar, como Guájar, Ítrabo o Molvízar, la Costa Tropical aglutina dieciocho municipios con sus respectivos anejos.
La denominación de Costa Tropical viene dada por un microclima subtropical surgido por su situación geográfica privilegiada, entre el norte de África y el sur de Sierra Nevada. Gracias a esto, se disfruta de 320 días de sol al año y una temperatura media en torno a los 20 °C, que hacen posible el cultivo de frutos tropicales en sus exuberantes vegas y la costa.
La orografía de esta tierra se distingue en varios escenarios que hacen que afloren distintos movimientos económicos. Por el lado de la costa, los acantilados, calas y extensas playas configuran un terreno que, junto con el clima, lo hacen un lugar inmejorable para que florezca el turismo. De otro lado, gracias a la buena tierra y la situación geográfica, se han constituido grandes cultivos de frutos tropicales, como el chirimoyo, el mango o el aguacate, que mueven la economía durante todo el año y han propiciado la aparición de bastantes cooperativas frutícolas. Los rendimientos de estos movimientos económicos (a los que obviamente hay que sumar otras actividades), crean una renta por habitante más que suficiente y adecuada al nivel de vida y actividades que tienen lugar de forma habitual.
Actualmente, la Costa Tropical cuenta con unos 125.000 habitantes, y una densidad de población de alrededor de 159 habitantes por kilómetros cuadrado. Sin embargo, esta zona puede presumir de no haber sufrido la masificación que sí ha reinado en otros centros turísticos. Existen infraestructuras lo suficientemente bien planificadas como para hacer que reine la comodidad y la calidad de vida durante todo el año: las conexiones viarias están bien planificadas y no repercuten negativamente los núcleos poblacionales, ni siquiera en la época estival, cuando la población se multiplica gracias al turismo.
Debemos hacer especial hincapié en la gastronomía, pues la dieta mediterránea impera tanto en los hogares costeros como en los bares y restaurantes, que mezclan con acierto los productos que da la tierra con los que ofrece el cercano mar y la montaña, resultando en una explosión de sabores y sensaciones único en todo el mundo.
Por último, y esto es algo muy a tener en cuenta, la Costa Tropical es un sitio en el que se respira tranquilidad. Alejado del estrés y ajetreo de las grandes urbes, esta zona se constituye como un remanso de paz en el que la gente vive su vida de forma relajada y sin complicaciones. Es algo a lo que rápidamente se adapta el visitante, que de forma inmediata ve cómo sus grandes preocupaciones se tornan en menores contratiempos. Podríamos decir que la Costa Tropical cura el alma y eleva el espíritu.
A continuación, el compañero del Proyecto de Cultura Granada Costa, el Catedrático de Geografía Física, José Jaime Capel Molina, desmenuzará los pormenores del clima de la Costa Tropical.
Mapa de la Costa Tropical
CLIMA DE LA COSTA SUBTROPICAL MEDITERRÁNEA
El clima se constituye, hoy día, en uno de los pilares recursos del medio natural que más se ha revalorizado en tiempos recientes, desempeñando un papel fundamental en la especialización agrícola de los ámbitos geográficos mediterráneos. El porcentaje de horas, o días de helada, su intensidad, la insolación o la propia integral térmica anual de los lugares condicionan la capacidad productiva de los distintos ámbitos regionales y comarcales. En este marco, las condiciones medioambientales y climáticas de sectores ribereños de nuestro litoral, -con los inviernos más cálidos de la Península Ibérica- pueden considerarse como excepcionales en cuanto que posibilitan la producción de una serie de frutas tropicales exóticas y de otros cultivos inexistentes en el Norte y Centro de Europa.
El clima de la costa mediterránea del Sur de la Península Ibérica, viene caracterizado por precipitaciones débiles anuales, y hay que entenderlo dentro de un amplio espacio geográfico de la tierra (Dominio Mediterráneo) cuyo rasgo más original es la ausencia de lluvias estivales, dentro de la penuria pluviométrica anual. Desde el cabo Sacratif en dirección Oeste, la pluviometría se incrementa ostensiblemente, llegando a alcanzarse 900 mm anuales en Gibraltar.
Cabo Sacratif
La ubicación del espacio territorial en el flanco meridional de la Zona Templada del Oeste Europeo, implica un régimen térmico bastante suavizado, unos totales pluviométricos bajos y una alternancia climática estacional muy contrastada. La configuración fisiográfica del enorme bloque de la Meseta Española y las cordilleras Béticas que le orlan por su vertiente meridional, posibilita la circulación de Poniente, dominante de noviembre a abril, precipitando su humedad. En cambio, actúan de pantalla respecto a la circulación meridiana de los flujos del Norte, invasiones del Aire Polar continental y Polar marítimo y de heladas. Ésta es la causa principal de los famosos climas de invierno azul y soleado que se asocian con el Mediterráneo, pero que únicamente son predominantes a lo largo de determinados enclaves de sus costas, especialmente a sotavento de la Cordillera Penibética Litoral y de los Alpes. Por ello, las temperaturas máximas diurnas invernales ostentan cotas, las más altas de España y las temperaturas mínimas se mantienen siempre por encima del punto de congelación.
Charca Suárez
Factores del clima regional: La disposición orográfica del extremo sur peninsular posibilita, a grandes rasgos, la extensión de las influencias marítimas atlánticas y tipos de tiempo ciclónicos desencadenantes de los periodos lluviosos más copiosos. Los relieves de la Cordillera Penibética, corren el sentido de los paralelos terrestre, de WSW a ENE, dando origen a que los vientos oceánicos atlánticos asciendan, provocando el disparo vertical de las capas superficiales. La latitud subtropical del territorio implica un alto porcentaje de horas de sol, al mismo tiempo que su altura media sobre el horizonte es elevada y posee un balance de radiación positiva.
El Océano Atlántico es el principal manantial de humedad de nuestro clima, comportándose el océano durante la época invernal como una masa cálida con respecto a la Península, por el contrario, en el verano sucede a la inversa. Cuando el aire marítimo se desplaza hacia nuestro territorio tenderá en todo momento a equilibrar la temperatura de ésta última. Por otro lado, un factor importante a tener en cuenta, es la proximidad del Anticiclón de las Azores que durante largos periodos del año se constituye en el centro de acción rector del tiempo atmosférico. Como todo anticiclón produce subsidencia dinámica, alejándose la temperatura del punto de rocío, disipa la nubosidad y el tiempo se muestra soleado, seco y estable, sin precipitaciones.
- Así pues, su emplazamiento en la extremidad meridional del Suroeste europeo, introduce un régimen térmico dulcificado, pluviometría anual deficitaria y una alternancia estacional contrastada, con sucesión de situaciones atmosféricas templadas y situaciones tropicales. Debido a su latitud, las situaciones del segundo tipo, modificadas por la presencia del Mediterráneo, tienden a predominar ampliamente sobre las del primero. Las situaciones de tiempo ciclónica del Oeste (“Westerlies”) se distinguen por introducir un flujo húmedo atlántico, ligado a las perturbaciones ondulatorias del Frente Polar, responsable de los mecanismos pluviométricos de nuestra costa y de toda la Península Ibérica
- LA PLUVIOMETRÍA de la Costa Subtropical presenta registros anuales por debajo de los 900 mm. Las lluvias decrecen de Oeste a Este, su flanco más occidental está mayormente sometido a las perturbaciones del frente polar y, sobre todo, a los vientos ábregos del Oeste y Oeste-Suroeste, que el flaco oriental, las perturbaciones mediterráneas no compensan esa gran diferencia. Oscilando entre los 900 mm de Gibraltar, 648 mm en Marbella, 584 mm en Ítrabo, 537 mm en Vélez Málaga, 513 mm en Molvízar, 455 mm en Motril, 405 mm en Adra. Las precipitaciones se incrementan igualmente al aumentar la altitud, a piedemonte de las sierras penibéticas orientadas hacia el Sur, por efector de detención orográfica que ejerce el relieve. Es el caso de Sierra Bermeja o de Tolox, con 1068 mm y 1032 mm, respectivamente. El ritmo anual de las precipitaciones muestra máximo de finales de otoño-invierno y un segundo máximo en primavera. El verano se caracteriza por una acusada indigencia pluviométrica, en particular el mes de julio, en que no registran precipitación alguna los observatorios de Gibraltar, Algeciras, Salobreña, y Marbella. Hay que resaltar la variabilidad de la pluviometría interanual, irregularidad que se viene apreciando en el presente siglo, a causa del calentamiento global, a partir de finales de los años ochenta del siglo XX, e inducido por los gases de efecto de invernadero.
- LAS TEMPERATURAS. – El contacto directo del territorio con el Mediterráneo, a lo largo de un frente costero de casi 300 Km, entre Adra y Algeciras, incide en la dulcificación de las temperaturas, a través de mecanismos de brisas y en la configuración estacional del régimen pluviométrico, con máximos de invierno-otoño. El régimen térmico se caracteriza por la alternancia de estaciones contrastadas, invierno-verano, separadas por tras dos de transición, primavera y otoño, lo que le configura una amplia variedad estacional. Las amplitudes térmicas anuales oscilan entre 12 y 13 ºC para el litoral y entre 13 y 15 en el Prelitoral y a piedemonte de las serranías y valles interiores. La temperatura media anual.
Almuñécar, vista aérea
La temperatura media anual es alta, oscilando entre 17 y 20ºC: 19, 8º en Nerja, 18, 6º en Itrabo,18, 4º en Molvízar, 18, 7º en Vélez Málaga y 20º en Maro. El invierno de la costa subtropical es el más cálido de la España peninsular. En ningún mes la temperatura media desciende de los 11,5ºC. El verano es caluroso, el mes más cálido agosto rebasa los 25º, e incluso 26º: 26, 7º en Ítrabo, 27º en Maro, 26, 1º en Vélez Málaga. Las temperaturas máximas absolutas excepcionalmente se han acercado, e incluso rebasado los 40º a la sombra, como ocurrió por su excepcionalidad la ola de calor de julio de 1978, superándose en algunos enclaves los 42º, el día 18 de dicho mes.
Las heladas se desconocen en todo el litoral y las nevadas son excepcionales.
La insolación media anual oscila entre 2850 y 3000 horas al año.
El número de días de lluvia oscila entre 50 y 75 al año en promedio.
DINÁMICA ATMSFÉRICA Y EL FLUJO EN ALTURA, A 500 HPa.
Posición Longitudinal de Abrigo (relativo) a la Circulación del Oeste (Poniente). No cabe duda que los caracteres del tiempo y especialmente los mecanismos de precipitación en la España del Sur Mediterráneo se desarrollan paralelamente y se subordinan, esto es, son dependientes, en relación a las condiciones de abrigo aerológico, más que topográfico, que también, pero más débil. Los tipos de tiempo y las precipitaciones en la Costa Subtropical se desarrollan prioritariamente en relación con el abrigo aerológico, esto explica el carácter de tiempo perturbado, o en calma, en definitiva, dicho en otros términos más específicos, según que estemos bajo curvatura –ciclónica o anticiclónica- del flujo zonal en las capas altas y medias de la Atmósfera, a nivel de la topografía de 500 HPa, equivalente a una altitud aproximada a 5500 m.
Ítrabo
España y toda la cuenca mediterránea, están situadas casi siempre en el borde sur del torbellino circumpolar, en el flanco meridional por donde discurre la Corriente en Chorro Polar y las perturbaciones ligadas a la ondulación del Frente Polar en superficie.
La Costa Subtropical Mediterránea escapa de la turbulencia de la zona polar de mezcla situada, por lo general, al norte del paralelo 40º N, espacio en donde las irrupciones frías desencadenan mecanismos ciclogenéticos intensos y lluvias generalizadas. Es importante destacar esta posición de Abrigo Aerológico de nuestra Costa (que explicaría las débiles precipitaciones anuales y pertinaces sequías), en relación a la circulación Polar, quedando ésta en el flanco sureste del Mínimo o Depresión de Islandia (Cinturón de Bajas Subpolares). No obstante, los caracteres del tiempo dependen estrechamente de los mecanismos polares y no de los tropicales, especialmente en la producción de lluvias. Las irrupciones provienen del sector Norte (Norte y Nordeste) o sector Oeste (NW, W y SW) o incluso sector Sur. Las corrientes perturbadas de origen tropical no intervienen para nada, pues incluso las perturbaciones del Oeste/ Suroeste y Sur, es, en definitiva, aire polar que ha descrito un gran arco de herradura sobre el Atlántico (aire polar marítimo de retorno) nunca aire tropical marítimo que, en todo caso, provoca tiempo estable, aire cálido que se enfría constantemente por su base en su desplazamiento hacia latitudes más elevadas. Por consiguiente, los mecanismos pluviométricos acontecen cuando el aire polar penetra en altitud sobre nuestra vertical, con curvatura ciclónica y con una temperatura del aire lo suficientemente baja como para que la inestabilidad dinámica y termodinámica se desarrolle.
Salobreña
Centros de Acción, Masas Aire y Discontinuidades Frontales, constituyen los pilares fundamentales dela Dinámica Atmosférica territorial. El anticiclón de las Azores, los anticiclones polares, los anticiclones continentales europeos, el anticiclón peninsular (O Alta Ibérica Invernal), la depresión de Islandia, la depresión de Gibraltar, la depresión del golfo de Génova, la depresión térmica peninsular, la depresión térmica del Sahara, constituyen los centros de acción atmosféricos que con su posición regulan la dinámica del clima espacial y comarcal de la Costa Subtropical, a lo largo del año. Entre las masas de aire que nos afectan: el aire tropical marítimo da un tiempo seco, soleado y cálido; el aire tropical continental procedente del Norte de África, muy seco, que originan en los veranos las olas de calor intensos. El Aire polar Marítimo, muy inestable y desapacible con precipitaciones copiosas. El aire polar continental, procedente del nordeste de Europa e incluso de la Rusia asiática, muy seco y de severo frío, que desencadena las temibles olas de frío, con las mínimas del año, referentemente en los meses de enero y febrero. Muy llamativas fueron sendas olas de aire polar continental, durante el mes de febrero de 1956, llegando a helar y nevando en números puntos de la costa subtropical, siendo el mes de febrero más frío de todo el siglo XX.
José Jaime Capel Molina
Catedrático de Universidad