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¿POR QUE MI HIJO ME PEGA SI DE PEQUEÑO ERA TAN BUENO?

Últimamente los periódicos traen informaciones sobre hijos que maltratan a sus padres. En realidad se da en todos los estamentos sociales, aunque en el programa “Hermano Mayor” daba la impresión que solo era en clases sociales bajas o disóciales. La diferencia es que cuando se da en las altas o medias, suelen quedar muy tapadas, a no ser que terminen en desgracias.

Según el Centro de Violencia Filo parental de Euskadi, en Vizcaya, el 3% de jóvenes entre 13 y 17 años han agredido a sus padres han agredido hasta en seis ocasiones a lo largo del año a sus padres. El 14% lo habría hecho en forma de amenazas, insultos y maltrato psicológico.  Según datos publicados en el periódico el Mundo, el INE detectó un total de 3.003 padres que fueron víctimas de la violencia ejercida por sus hijos, siendo tres veces mayor la violencia sobre las madres que sobre los padres Las comunidades donde se dieron porcentajes más elevados fueron las de Andalucía, Comunidad Valencia y Cataluña. En el 2013 se fueron procesados un total de 4.659 adolescentes por este tipo de conductas agresivas

De esta población de agresores, se calcula que entre un 60% y un 70% suelen ser consumidores de alcohol y cannabis. Algunos afirman haber padecido bullying (agresiones) por parte de compañeros en la escuela. También observaron una prevalencia en familias mono parentales, con padres divorciados (especialmente si se ha usa al hijo como arma en contra del otro cónyuge). También es importante tener en cuenta que la Fiscalía de Menores  señala que los padres suelen tardar una media de 18 meses en denunciar a sus hijos mal tratador.

Pero, ¿qué ha pasado antes para llegar a esas situaciones de violencia? El Síndrome del Emperador (sobre protección, no marcar límites claros, confundir autoridad con autoritarismo, no diferencias generacionales, serias dificultades en el aprendizaje de pautas de socialización y convivencia), sería una buena explicación para entender este tipo de conducta. Como hemos dicho antes, la discrepancia de las normas de educación entre los padres, especialmente si entre ellos rivalizan para ver quién es él: “mejor padre”, “el padre más guay”, “yo soy un amigo para mi hijo”.

Si bien este tipo de conductos puede darse en muchos casos de rupturas conflictivas de pareja, lamentablemente se está observando en todo tipo de familia, que presente un perfil de falta de normas y límites y donde la violencia (verbal, física, psicológica o indirecta) es una forma común de relacionarse los miembros de la misma. El programa “Hermano mayor” relataba situaciones límite de violencia. La pregunta que no se hacía nadie es cómo se había llegado a esas situaciones. ¿Por qué un adolecente se creía con derecho de pegar, romper muebles o chulear pidiendo dinero? Si no podemos pensar en cómo era ese “energúmeno” de pequeño y que avatares de la dinámica familiar ha culminado con esta conducta,  difícilmente la vamos a poder entenderle.

Uno no se vuelve un joven violento descontrolado porque si o por generación espontánea. EL decálogo de que han de hacer los padres para conseguir que su hijo sea un desgraciado, del juez de menores de Granada Emilio Calatayud, puede ser muy ilustrativo de que paso antes para entender las consecuencias actuales.

 

1. DALE TODO CUANTO DESEE, así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo.

2. REIDLE TODAS sus groserías, tonterías y salidas de tono: así crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en el colegio le llamen la atención por los mismos hechos.

3. Recoged todo lo que vaya dejando tirado: así crecerá pensando que TODO EL MUNDO ESTA A SU SERVICIO, su madre la primera.

4. NUNCA LE DIGÁIS QUE LO QUE HACE ESTÁ MAL: podría adquirir complejos de culpabilidad y vivir frustrado. Primero creerá que le tienen manía y más tarde se convencerá de que la culpa es de la sociedad.

5. QUE TODOS SUS DESEOS ESTÉN SATISFECHOS AL INSTANTE: comer, beber, divertirse,… ¡De otro modo podría acabar siendo un frustrado!

6. DEJADLE VER Y LEER TODO: limpiad con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier porquería. Pronto dejará de tener criterio recto.

7. PADRE Y MADRE, DISCUTID DELANTE DE ÉL, así se irá acostumbrando. Y cuando la familia esté ya destrozada lo encontrará de lo más normal, no se dará ni cuenta.

8. DADLE TODO EL DINERO QUE QUIERA: así crecerá pensando que para disponer de dinero no hace falta trabajar, basta con pedir.

9. NO LE DEIS NINGUNA FORMACIÓN ESPIRITUAL: ¡ya la escogerá él cuando sea mayor!

10. DADLE SIEMPRE LA RAZÓN: son los profesores, la gente, las leyes… Quienes la tienen tomada con él.

 

Confundir autoridad con autoritarismo, evitar enfrentamientos y darle todo lo que pide trae esos lamentables resultados. Muchas veces los padres no son conscientes y, quizás con un exceso de “buenísimo”, piensan que los niños están en una etapa que deben ser “felices”, “no padecer” “no sufrir frustraciones”. Ciertamente hay que dar un buen trato a los hijos y cuidar de ellos para que sean felices, lo que no está reñido con dar una educación en valores y evitar hacer refuerzos negativos. Ese tipo de refuerzos negativos se veían muy bien en otro programa de televisión “súper nany”. Un buen programa donde se analizaban determinadas conductas de los padres con sus hijos. Padres que tenían con toda su buena voluntad que los niños entraran en razón, pero que lo que conseguían eran refuerzos negativos. Podían poner un castigo absolutamente difícil de cumplir “nunca más vas a ver televisión”, con lo que al final terminaban viendo la televisión; intentaban razonar de forma circular  (cuando el niño está chillando como un poseso no se puede hablar con el) con lo que el niño terminaba saliéndose con la suya por puro desespero de los padres;  daban mensajes contradictorios “no te voy a dejar los juguetes sino te terminas la cena” y al final para que terminara de llorar o patalear se los daban, etc..

Ser padres no es fácil, y menos en la sociedad actual. Se trabajan muchas horas, tanto el padre como la madre. Pero el buen trato no es solamente dar cosas materiales, sino darse la posibilidad de tener tiempo para convivir y compartir. Lo que muchas veces sucede es que, como no “se tiene tiempo” (y eso si se analiza a fondo siempre es relativo), se tiende a suplir esta falta con objetos materiales o con una cierta laxitud en las normas de convivencia. Algunas veces lo que se quiere es evitar conflictos y peleas, por lo que una solución es dar todo lo que pide el hijo. Y dar todo lo que pide va des del tipo de comida o tipo de vestimenta, al móvil de última generación, a no marcar las diferencias generacionales o a no tener ningún tipo de responsabilidad en casa ni en el colegio. Los hijos suelen hacer de sus habitaciones “mini apartamentos” donde los padres “no entran porque hay que respetar la intimidad del hijo”. Es decir una familia  sin conflictos  porque se le da todo lo que pide. Pero una familia donde se confunde autoridad con autoritarismo, las diferencias generacionales y los roles de cada uno de sus integrantes. Y este tipo de conducta por parte de los padres también es una forma de maltrato. Es una forma de maltrato porque se hace un refuerzo sistemático de una forma de vida que no tiene que ver con la realidad. Ese hijo fácilmente creerá que las cosas son fáciles y las debe obtener “por ser el quien es, sin ningún tipo de esfuerzo”.

En realidad el problema es mucho más grave que las cifras de padres agredidos por sus hijos. Yo diría que en todo caso ese dato es solo la punta del iceberg de una situación más grave y de más calado. Porque estos niños se vuelven adolescentes y ahí empiezan los realmente los problemas. Una generación donde no se favorece el esfuerzo, donde se plantea que se puede terminar la ESO con dos suspensos o grupos de padres reivindicando que los hijos no deben hacer tareas escolares en casa, es una generación que va a tener serios problemas para sobrevivir en la sociedad real.

La generación de los chicos que con el “boom” de la construcción dejaron los estudios para ponerse a trabajar y luego en la crisis se encontraron sin nada, los “Ninis” o chicos que sistemáticamente suspenden y los padres continúan pensando que es que “el maestro les tiene manía” “o pobrecitos hacen lo que pueden” es más amplia de la que pensamos.

La crianza de los hijos se basa en una buena vinculación afectiva, con sus más y sus menos, porque no hay padres ni hijos perfectos, pero si usamos el sentido común en la transmisión de los valores de convivencia y respeto, vamos a permitir que nuestros hijos desarrollen la empatía con los otros y la asertividad con ellos mismos. Es decir vamos a facilitarles que tengan un lugar en la sociedad que sea positivo para ellos y para la sociedad en general

 

Dra. Carme Tello Casany

Psicóloga Clínica

0 thoughts on “¿POR QUE MI HIJO ME PEGA SI DE PEQUEÑO ERA TAN BUENO?

  1. Gracias Carmen por este artículo, y en él me gustaría remarcar tu gran reflexión final : La crianza de los hijos se basa en una buena vinculación afectiva, con sus más y sus menos, porque no hay padres ni hijos perfectos, pero si usamos el sentido común en la transmisión de los valores de convivencia y respeto, vamos a permitir que nuestros hijos desarrollen la empatía con los otros y la asertividad con ellos mismos.
    GRACIASSSS Toñy

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