Portada » VIOLENCIA MACHISTA

La crueldad es la fuerza de los

                                                             cobardes (proverbio árabe)

   Allá por el año 1976 en Madrid, acompañé a un amigo sacerdote a un colegio femenino donde aquella tarde impartía una conferencia a las alumnas. Han pasado ya muchos años, pero no he olvidado ciertos puntos de los que tocó en la conferencia, porque tuve la precaución de apuntarlos. Refiriéndose a cada una de ellas en particular, les dijo lo siguiente: reflexiona sobre esto: que tú con todos tus vestidos y refinado aspecto y nobles pensamientos y santas aspiraciones, no eres considerada ni amada por Dios, ni un ápice más que cualquier chiquilla salvaje, roja, negra o azul que corre por los bosques o andan desnudas sobre las ardientes arenas de la tierra. Piensa también en esto, que por muchas que sean las faltas que te encuentres o que te imagines tener, hay sólo dos que tienen verdadera importancia: LA OCIOSIDAD Y LA CRUELDAD. Quizá puedas ser orgullosa. Bien ¿Quién no lo es? Quizá puedas ser vanidosa; es altamente probable y muy agradable para la gente que le gusta elogiarte. Quizás seas un poco envidiosa; eso es realmente horrible; pero, ¿Quién no lo es? Quizá seas un poco maliciosa, pero el tiempo y la vida te hará cambiar. Mas, seas lo que seas no debes ser INÚTIL ni CRUEL, porque Dios detesta a la gente perezosa y cruel más que a los demás. Su primera orden: “Comerás el pan con el sudor de tu frente”. Es decir, trabaja mientras tengas luz; y la segunda: “Sé misericordioso mientras tengas misericordia”.

    Este preámbulo viene al encuentro de un acto de crueldad del que tuve noticia no hace mucho al encontrarme con un amigo que no nos veíamos desde hace 5 ó 6 años. Al preguntarle por su mujer y sus hijos, su cara de alegría, por el encuentro, se trocó en un rictus doloroso mezcla de tristeza y rabia hasta el punto, de que no pudo retener las lágrimas. En síntesis, su mujer lo había denunciado como maltratador, “violencia de género”, por mediación de una asociación feminista, de esas que dicen defender los derechos de la mujer. Resultado, a pesar de que no han podido demostrar nada, ella se ha quedado con la casa donde vivíamos y tengo que pasarle una pensión de mi sueldo. A mí me han adjudicado una casa en el pueblo y unos pocos olivos que heredé de mis padres. Por supuesto que no me libré de pasar 24 horas en los calabozos de la policía. Pero lo más triste, lo más cruel es que me ha robado el cariño y el respeto de mis dos hijas que son mayores y están independizadas que se han creído que de verdad maltrato a su madre. Hace ya cinco años que no las veo y ni tan siquiera hablar por teléfono a pesar de los mensajes que les dejo, y de vez en cuando, cambian de número de teléfono para que no las pueda localizar”.

   Este amigo maltratado de forma tan cruel, muchas veces se pregunta tratando de disculpar a su mujer, por el daño que le ha hecho y sigue haciéndole por medio de las hijas: “seguramente se habrá vuelto loca o tiene alguna enfermedad mental para hacerme tanto daño y humillaciones puesto que ya no puede sacar ningún beneficio”. Esta forma de pensar ya demuestra su honradez y buena persona. No es necesario abundar más en el tema sobre este caso, es semejante a otros miles, y varias fuentes consultadas afirman que entre el veinte o treinta por ciento de las denuncias son falsas.

    Las denuncias por “violencia de género” es un mal menor y puede tener solución, pero lo que no tienen arreglo son las muertes que últimamente han aumentado considerablemente, lo que demuestra que la ley es mala y, que además, no se investigan las causas. Con cuánta razón afirmaba el filósofo alemán FRIEDRICH NIETZSCHE que “sólo después de instituida la ley se puede hablar de “justicia” y de “injusticia”.

    Cuando se produce un caso de maltrato o de muerte por “violencia de género” nunca se dice del maltratador o del asesino de qué raza es, de qué país, de qué nacionalidad, si es inmigrante legal o ilegal, y otros datos de identificación, por lo que todo se lo cargan a los españoles. ¿Somos los españoles tan cafres, tan incivilizados como lo están pintando?

    De todas las denuncias incluidas, las muertes por “violencia de género”, el 60% son de los magrebíes y de estos aproximadamente el 30-40 % son marroquíes, siguen rumanos, ucranianos y de países europeos.

    Los sociólogos, psicólogos y psiquiatras coinciden en los informes que elaboran, que son los políticos, los malos gobiernos, las malas leyes los que han puesto en vigencia para justificar sus incapacidades, ese antiguo refrán de las obras de teatro: “la mujer honrada, la pierna quebrada y en casa”. Sin embargo, tapan, ocultan ese otro que prueba lo contrario: “si tu mujer te dice que te tires del tejado, pídele a Dios que sea bajo”. Este refrán no pinta a esa mujer sumisa que le debe obediencia irreflexiva y servil , por el marido. Sin embargo, en España todos los hombres se han convertido en sospechosos de “violencia machista”, en maltratadores de mujeres.

   En la actualidad, una simple mirada, unas palabras pueden ser interpretadas como “violencia machista”, como el piropo que el diccionario de la RAE dice: alabanza, lisonja, flor, madrigal… y el gran escritor y político español que ocupó altos cargos en la política nacional e internacional, D. Salvador de Madariaga dijo del piropo: “es una ofrenda de gratitud a la belleza que se derrocha a sí mismo con sólo pasar por la acera. El piropo tiene por obligación ser bello en sí, o por lo menos gracioso”. Sin embargo, hoy se ha convertido en algo peligroso para los hombres.

   Nadie ha defendido y considerado a la mujer como los españoles. Siguiendo con D. Salvador de Madariaga dice en su libro “Mujeres españolas”: “El tono de más de un marimacho de los que por ahí andan en alas de la publicidad no da pábulo al optimismo. Siempre queda, sin embargo, esa suprema virtud de la mujer española: la FORTALEZA. ¿Quién sabrá jamás fuera de la visión siempre alerta de Dios, los tesoros de abnegación y de fuerza moral que han estado en silencio cientos de miles de hogares españoles atribulados por la desgracia, faltos de material, hambrientos de lo moral, grises de la pobreza, amargos de llanto, dolientes de ausencia, y, no obstante, gracias sobre todo a la mujer fuerte, siempre dignos y enteros?

    La naturaleza ha otorgado a la mujer española una fuerte originalidad que halla su expresión en el carácter y en la belleza. En España las mujeres gozan de plena libertad para instruirse, trabajar, ir y venir como les place”.

   El Ministerio de Igualdad y todas esas asociaciones que han proliferado a su alrededor dicen defender los derechos, la igualdad, la libertad de las mujeres. Sin embargo, quienes descubren, liberan y amparan a las mujeres explotadas sexualmente o esclavizadas por el trabajo con bajos sueldos, por las mafias, son la Guardia Civil y la Policía Nacional.

   Lo que sí está claro es que desde algunas de estas asociaciones y del mismo Ministerio no sólo están envenenando la armonía conyugal, sino que además están fomentando la promiscuidad sexual como libertad y como derecho: “los niños tienen derecho a tener relaciones sexuales con quienes les dé la gana basándose en el consentimiento”. ¿Qué repercusiones tiene estos “derechos”? Pues sencillamente el envilecimiento de la moral, de las costumbres, del amor, del matrimonio, y otras muchas derivadas con gran influencia en una sociedad sana en todos los sentidos.

       Todos los expertos que estudian este tema como son los psiquiatras, psicoanalistas, psicólogos, sociólogos etc. coinciden en que debido a la inmoralidad existente en la que los hombres pueden satisfacer sus instintos sexuales, forzosamente tiene que repercutir negativamente en la unión matrimonial. Esa es una de las mayores causas de las que cada vez haya menos matrimonios y menos nacimientos, a la que coopera la Ley del aborto.

   El eminente psiquiatra y maestro del psicoanálisis ALFRED ADLER afirmó en su libro “El sentido de la vida”: “Creo que la íntima devoción del amor y del matrimonio está mejor asegurada si no ha existido relaciones sexuales antes del matrimonio. He hallado que a la mayoría de los hombres, en secreto, no les gusta que su novia haya sido capaz de entregarse antes del matrimonio”.

    En cuanto a la superioridad de los sexos, nadie piensa que el masculino sea superior al femenino y tampoco a la inversa. Son distintos y nada más y la mujer fue creada como compañera del hombre y no como esclava de él.

    Terminemos este tema con las palabras del escritor inglés JOHN RUSKIN: “Somos unos necios, y necios sin excusas, al hablar de superioridad de un sexo sobre otro, como si pudieran compararse como cosas semejantes. Cada uno de ellos tiene lo que al otro le falta; cada uno de ellos completa al otro y es completado por él; no son iguales en nada y la felicidad y perfección de ambos depende de que cada uno pida y reciba del otro lo que sólo el otro puede darle.

     Tratemos, pues, de formarnos una idea clara y armoniosa de lo que el alma y la virtud femenina son en potencia y en acción con respecto a las del hombre; y cómo sus relaciones rectamente interpretadas, ayudan y aumentan el vigor, el honor y la autoridad de ambos.

Granada a 30 de agosto de 2024

ROGELIO BUSTOS ALMENDROS

Deja un comentario