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Antonio Custodio r

de Bibiana Collado Cabrera. Editorial La Bella Varsovia. Poesía. Tapa blanda. 92 páginas. Año de edición 2020. 21cm de alto por 12 cm de ancho y 0,5 de grueso. Tercera Edición. Está dividido en cuatro partes: “Decir víctima, Decir veneno, Decir golpe y Decir roto”. Un poemario grito o denuncia que se abre paso en las entrañas a fuerza de arañazos, heridas y cicatrices. Conforme vas leyendo acto y palabra se funden, y desde una arquitectura dialógica, la violencia verbal se convierte en reclamo de justicia a través de la batalla cultural del lenguaje, un estado de consciencia y una voluntad pedagógica. Otro libro de poesía que introduce por derecho propio a Bibiana Collado en el Linaje de las Matriarcas.

            Jhon Banville declara en una entrevista para “Ethic.es” con motivo de su última publicación “Las singularidades” que cuando se sienta a escribir deja de existir, o que “el arte no tiene ninguna responsabilidad para con nada… El arte no tiene ninguna responsabilidad en relación a la política, los códigos morales o cualquier otra cosa. Y una de las cosas que hacen las obras de arte más valiosas es el hecho de que el artista siempre lo hace lo mejor que puede. No importa lo horrible que sea la persona en cuestión: la obra siempre va a ser auténtica y cierta… Y es porque no tiene nada que ver con quién es uno”, “Pero no sé nada de justicia social. Solo me importa crear arte. Y eso es lo que hace valiosa la literatura: que no importa nada más. Un artista debe ser honesto y no pretender que está escribiendo por la sociedad, por su propio compromiso. Eso es basura…”. “Todo parece estar siempre cambiando, pero la verdad es que ni el mundo ni la gente cambia. Somos exactamente iguales que cuando estábamos dentro de las cavernas hace 12.000 años atrás… Somos los animales que siempre hemos sido”. Lo que dice Banville parece casi contracultural al momento y la percepción que vivimos. Por supuesto que Bibiana Collado no entraría en el decir de John Banville, su vocación “marxista” de la cultura no se lo permite. “Nos hacen con cada palabra” –escribe la autora. Vemos que el arte también tiene algo de mercado persa o rastro.

Escribió Mijaíl Mijáilovich Bajtín que “el lenguaje no es un don divino ni un regalo de la naturaleza. Es el producto de la actividad humana colectiva, y refleja en todos sus elementos tanto la organización económica como la sociopolítica de la sociedad que la ha generado”, o, “la conciencia solo deviene conciencia al llenarse de un contenido ideológico, es decir, sígnico y, por ende solo en el proceso de interacción social”. Autora y lectores nutriéndose de carne lingüística e intertextual. Las citas y dedicatorias de “Violencia” acompañan el trayecto itinerario o banquete.

            Decía Juan Ramón Jiménez que la literatura es un estado de cultura y la poesía un estado de gracia. En Bibiana Collado cultura y gracia se dan la mano y con esa carga de profundidad que tienen sus poemas nos conduce por la violencia de género, el abuso del patriarcado y el poder del lenguaje, con una buena carga metalingüística que se hace evidente en todo el poemario. “Los padres, cuyas bocas crearon el mundo,/ no me dieron palabras para nombrar eso” –dice en el poema Casa. La portada, con un desconchón que borra el rostro de una mujer que viste de azul, nos anuncia lo que nos espera en sus páginas, un deseo denuncia contra la violencia de género y la sumisión que proyecta el lenguaje. En la sinopsis del libro que encontramos en la contraportada leemos: “El lenguaje puede transformar la realidad y puede generar también violencia. A ese abismo se asoma este libro valiente y necesario”. En el titular que aparece en “elmundo.es” la autora afirma que las mujeres están demasiado acostumbradas a heredar silencio. “El silencio se hereda, la experiencia del daño se hereda”. En una entrevista para “lasnuevemusas.com” confiesa que “decir algo es hacer algo”, lo que pone de manifiesto que para la poeta decir y hacer son sinónimos, escribir es una forma de actuar, usa la poesía como acción o reacción y también como pedagogía o revolución. Le otorga al lenguaje el poder de la obediencia y la trampa, pero también el de la liberación y la lucha. Quien controla el lenguaje y el relato controla el poder. Verbalizar puede ser el primer paso del cambio, la primera piedra de la transformación. “Ellos pueden decir, nosotras no. Y si lo hacemos, se nos castiga” –dice.

He descubierto con dos lecturas que el poemario produce una rabia contenida y un debate consigo mismo y con esta época cronotopo que nos ha tocado vivir. Primero, con una lectura rápida que me sentó como un puñetazo por la contundencia de su poética, y luego, más sosegadamente, con una segunda lectura que sentí como una caricia de lija. Violencia, de Bibiana Collado  Cabrera, editado con la delicadeza que acostumbra La Bella Varsovia, abre las persianas del lenguaje para mostrarnos lo que ocurre en esa casa. Sus poemas son como golpes, versos que son pellizcos en las entrañas, heridas, “violencia sobre el lenguaje” que se hace denuncia y dignifica, un decir que quiere hacer, un nombrar que huye del silencio y del miedo para renombrar, para digerir de nuevo y sacar afuera. La voz de este libro es mucho más que decir víctima, veneno, golpe o roto, es un decir limpio, claro y directo que se hace ser o voluntad en la palabra que toma consciencia y se rebela en nombre de todas.

Abre el libro un gran poema titulado “La palabra despecho”, que podría estar incluido en cualquier antología que refleje el legado del Linaje de las Matriarcas y cuyo valor literario justifica por sí solo todo el poemario. “La palabra despecho constituye/ un éxito del lenguaje/ -y el lenguaje siempre es patrimonio del opresor-/ La palabra despecho desactiva/ todo discurso, anula cualquier/ fisura…” Con este poemario la poeta intenta “buscar y abrir fisuras en el lenguaje, con la voluntad de reapropiarse de esta herramienta poderosísima que juega tantas veces en nuestra contra” –dice y maximiza la poeta.

Un libro y una autora que seducen y encandilan. Bibiana Collado consigue aunar el acto ético y el acto estético en una poética del decir que se hace ceremonia lírica y luminosa. El que quiera disfrutar de la poesía que la lea. Y al leerla la fijamos en nosotros para siempre.

Opiniones de un lector

Custodio Tejada

19 junio 2023  http://custodiotejada.blogspot.com/

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