Vacuidad en el debate sobre el modelo territorial de España
Si en el PSOE y en su liderazgo no tienen claro el concepto de plurinacionalidad de ahora, con el que antes defendía, de llevar a cabo una reforma de nuestra Constitución en sentido federal, ni sobre el de autonomía ni el de Estado Federal habría que empezar por ahí, o al menos aclarar qué desean. El presidente Rajoy ha dejado abierta la puerta ante el líder del PSOE, Pedro Sánchez, para aceptar su propuesta de crear una comisión de diálogo y estudio sobre el Estado autonómico.
Tanto el Gobierno como el Partido Socialista han subrayado que se considera fundamental la cohesión en la defensa de la Constitución frente las aspiraciones de los independentistas catalanes, que sirva para desbloquear la crisis territorial de Cataluña.
El PSOE, tras ceder Pedro Sánchez a las presiones del PSC, incorporó por primera vez en su historia durante el último Congreso Federal la plurinacionalidad del Estado en su ideario. Esta decisión, lejos de cerrar el debate interno sobre el modelo territorial, no ha hecho más que encresparlo aún más. Desde entonces, los socialistas no han hecho más que dar muestras de la división que sigue generando un asunto, que revela tanto la falta de un modelo de partido cohesionado como las profundas diferencias internas sobre la idea de España. Es decir, son vías de desencuentro en la actual crisis territorial. Una respuesta inadecuada ante una reforma Constitucional.
Por la ausencia de regular un modelo de financiación equitativo que garantice la participación de los territorios. Vistas así las discrepancias sobre el conflicto entre el Estado y las Comunidades, deberían aunar esfuerzos en esta materia para dar coherencia de unidad; y de que los territorios participan en las decisiones del Estado; reconociéndose su identidad, además de garantizar constitucionalmente cada territorio sus competencias sin distinta relación de bilateralidad con el Gobierno central. Sin embargo, desde Andalucía se arrincona el concepto de plurinacional y se aboga por un federalismo cooperativo, en cambio otras comunidades se definen como profundamente autonomistas o de estructura federal asimétrica. Es decir, sin resolver las diferencias que tiene la España autonómica.
De todo ello puede derivarse que siendo incapaz de fijar el PSOE un modelo territorial nítido y consensuado entre Ferraz y los barones, resulta incrédulo que sus propuestas la asuman como parte de un ideario alejado de la ambigüedad que demuestran una y otra vez sobre la competencia fiscal, un sistema de financiación autonómica per cápita suficiente–por ejemplo suprimiendo unas sí y otras no el impuesto de sucesiones y donaciones–en definitiva la tan necesaria convivencia social, territorial y política, por lo que se nos avecina fuera de la “serie”.
Francisco Velasco Rey