Biografía
Nace en Maracena en 1937. en unos tiempos difíciles y en el seno de una familia humilde. Por
esta causa. pronto deja la escuela para incorporarse al trabajo. Recuerda que, a los siete años,
ya acudía a trabajar al campo, «a poner patatas y ajos delante del surco del arado». A los once
años tuvo, por así decirlo, su primer trabajo fijo, en una industria de «Chacina» como
repartidor y niño para todo. Cuando tenía diecisiete años evoca con precisión las edades.
Cierra la citada industria y se queda sin trabajo. Regresa a las labores del campo, que ahora las
alterna con las de la construcción dada la gran demanda que había por entonces debido a un
fuerte terremoto que tuvo su epicentro en Albolote. Con el correr del tiempo se hizo oficial de
albañilería. Hay una primera fecha importante en su vida, puesto que tener un trabajo en
aquellos años de dificultad era vital; es el año 1956 cuando entra a trabajar en el Centro de
Fermentación del Tabaco de Granada. Se podría decir que uno de los grandes «confesores» del
niño Francisco Ávila, fue el natural hábitat, la gran madre que nos cobija y escucha
entregándonos cada pétalo, lleno de aroma y esencia, a cada silencio nuestro como latido de
vida.
«Cronista de su pueblo: Maracena»
También Francisco Ávila es un oficiante de la palabra, aunque sea moderado en ellas. Escucha
más que habla pero, cuando habla, sienta cátedra. Las palabras de su voz y de sus libros
definen «algo más que palabras», cuenta hechos y canta verdades. Cada página de sus libros es
un lienzo impreso por las huellas de vidas vividas.
En el 1995 edita su primer libro «La Maracena de mi infancia: 1940-1952». Con lenguaje
sencillo relata aventuras, cuenta historias de tipos curiosos, ensalza a personajes entrañables y
rememora costumbres y usos maraceneros.
En 1987 presenta una de sus obras «altos relieves de arcilla refractaria»; la pasión por el barro
—aunque primero fue la piedra de cantos rodados en su época de albañil- le hace descubrir
otra faceta artística, generadora de excelente obra de arte.
En 1994 publica otro nuevo libro: «La Niña Grande»; publicación que es presentada con todos
los honores en la Casa de la Cultura de Maracena por el poeta granadino Luis García Montero.
«La Niña Grande» es un libro donde se describen las costumbres de una época: la postguerra.
El autor, personaje principal de la novela, nos habla de su infancia, la que le tocó vivir. Los
sucesos transcurridos están contados a grandes rasgos y desde la visión y memoria de las cosas
vividas y relatadas, llevados por la sorprendente imaginación de un niño que hace mayúsculos
los detalles más sencillos.
Recuerda entrada la Constitución de 1978 se produce el gran acierto del pueblo de Maracena,
al poner a un amante del arte y la cultura como concejal de esa materia tan necesaria para la
actualidad.
Es todo un ejemplo de político, servidor de lo público y del bien común, a la que dedica todas
las horas que hagan falta, porque -como es sabido- «sólo la cultura da libertad». Sus rectas
palabras nos recuerdan a las dichas por Unamuno: «No proclaméis la libertad de volar, sino
dad alas; no la de pensar sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar es Cultura».
En 2006 presenta «El libro de Paco» (Maracena 1993-2006). Este libro es un resumen de su
paso por la concejalía de Cultura a la que ha dedicado más de veinte años; en él se detalla todo
cuanto acontece en este tiempo de democracia y a la entrega y eficacia de su trabajo como
concejal.
La obra de Francisco Ávila como ceramista está expuesta en la Plaza de la Constitución con un
mural de más de 300 piezas que realizó en barro cocido. Son clásicas sus exposiciones e
imprescindibles sus libros para recordar la historia colectiva de la ciudad. Pero en este caso a
Francisco Ávila se le reconoce por lo que hizo en su momento por la cultura de Maracena,
poniendo en marcha los actuales talleres culturales en los primeros años democráticos.
En la actualidad Francisco cuenta con dos libros publicados con Granada Club Selección: «La
mesa de pino oscuro» 2010 y «Relatos», 2011.