¡POR FÍN LLEGÓ LA NAVIDAD!

lighted christmas tree

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La Navidad es una estación de nieve para sembrar paz, generosidad,

solidaridad y humildad en el universo. Es una senda que conecta

corazón y mente y nos conduce hasta el niño que llevamos dentro.

Ana María López Expósito

Washington Irving escribió: “La Navidad es la temporada para encender el fuego de la hospitalidad en el salón, y la genial llama de la caridad en el corazón”. Estoy convencida que la Navidad es a menudo motor y excusa para escribir literatura, así hay relatos que han quedado en la memoria como el de Charles Dickens Cuento de Navidad es una novela corta escrita en 1843. Su trama cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado Ebenezer Scrooge y su conversión tras ser visitado por una serie de fantasmas en Nochebuena y la madrugada de Navidad, Paul Auster creó uno de sus mejores textos, el cuento de Aggie Wren en el que se fundamentó una película: Smoke. De Dickens a Paul Auster, pocos escritores se han resistido a escribir su cuento de Navidad. Yo me he atrevido a escribir una serie de microrrelatos de tema navideño que espero sean del agrado de todos ustedes.

EL MEJOR REGALO NAVIDEÑO

A Johana Navarrete

Los copos de nieve comenzaban a posarse sobre las copas de los abedules que había en los Jardines de la plaza del Palacio Real. Los bancos, estatuas y flores de pascua del balcón cambiaron de color. Tras la ventana con enormes cristaleras, Johana aplastaba su nariz contra el cristal, en un intento de sentir lo que ocurría en el exterior. Su hermana mayor trasteaba bajo el árbol de Navidad, decidiendo qué regalos abrirían primero. El fuego de la chimenea caldeaba la acogedora estancia decorada con muebles de madrera de roble, cuadros impresionistas de Renoir, Monet, Cézanne y Degas y cobijaba a los adultos que conversaban alrededor de la mesa ovalada. Era la primera vez que la pequeña veía nevar. Era lo más maravilloso que había vivido, un auténtico regalo de Navidad.

¡Y LLEGÓ LA NAVIDAD!

A mis estudiantes

Los centros educativos se quitan su manto de seriedad académica para disfrazarse de fiesta porque empiezan las vacaciones de Navidad. Los patios son hervideros de estudiantes que se abrazan, ríen, se despiden y desafinan acordes con guitarras y panderetas con los profesores de música.

En todas las aulas se cantan villancicos. Es como algo natural que armoniza con el ambiente porque están ejecutados a la perfección y me llegan envueltos en el aire de una pandereta y una zambomba. Me detengo y mientras los músicos me regalan su sonrisa, me siento atrapada en ese momento para siempre.

Veinte años después algunos somos hoy amigos eternos, a otros no los volví a ver pasada la primavera, pero cada Navidad, puntual a su cita, regresa el recuerdo lejano de una pandereta, una zambomba y unos villancicos.

RUTINAS DE NOCHEBUENA

Durante la sobremesa de Nochebuena, en el salón principal de la casa, la familia hizo un brindis familiar con el champagne Freixenet semiseco que era el mismo de todos los años; la bandeja de dulces navideños: turrón, mazapanes, hojaldres, suspiros, dátiles, nueces…no faltó aquel año a pesar de la subida de los precios tras la pandemia. Como una rutina comenzó la discusión anual familiar. Los asistentes adultos, familiares de primer grado, tras unas copas de más comenzaron a alterarse y el salón se asemejaba a las rebajas de unos grandes almacenes, pero cambiando los proyectiles por copas, licores, cucharillas de café, tenedores…Los temas principales aquel año fueron: las herencias, la ley de dependencia, las cuidadoras y la política ya que la situación se había complicado en el 2023. Aquella era una escena depravada, personas de la misma alcurnia utilizando las armas más arrojadizas sobre los supuestos enemigos batallando como rivales. Mientras tanto el Pastor alemán, dos canarios, un gato y los niños observaban y juzgaban las actitudes farsantes de los mayores desde el cómodo sofá mientras se cuestionaban por qué seguían haciendo esperar a la tía soltera en silla de ruedas en el balcón del ático.

LAMENTO

Las Navidades eran unas fiestas que la incomodaban. Tenía que hacer un esfuerzo para recibir a los miembros de su familia, comprar los regalos adecuados, ir a la compra, preparar el pavo al horno, los entrantes, los mazapanes, comprar los adornos para el árbol…Hasta que lo conoció a él. Le contagió su entusiasmo, le enseñó a quererse a sí misma, así pudo valorar a los demás. Decidieron casarse en el mes de diciembre. Después de un tiempo asomada al balcón del apartamento contemplaba la ciudad desolada, al fondo solo el sonido de las olas del mar, lamentó que ya no estuviera él ni ninguna otra persona en la soledad de la noche a la que hacer un regalo.

UNA DISTINTA SOLEDAD 

Es la primera vez que prepara la cena sola. Mientras coloca el faisán en el microondas, recuerda innumerables cenas navideñas preparadas en la casa familiar junto a la chimenea con el fuego encendido, junto a su madre, sobrinas, hijos y alguna vecina que habían invitado para que no estuviese sola un día tan especial. Abandona la cocina para envolver el regalo que decidió comprar, un libro: Lluvia en el corazón/Rain in the hearth. Lo envuelve con esmero en papel de charol y una lazada a juego con unas campanillas verdes y lo deposita debajo del árbol de Navidad. Extiende sobre la mesa el mantel de algodón, con orquídeas azules bordadas, heredado de su madre. No hay riesgo de que algún niño derrame la bebida sobre los motivos bordados. Coloca los cubiertos, una copa y una servilleta en el sitio preciso. Prepara unos entrantes de salmón y paté a la pimienta, un plato de quesos franceses y una bandeja con dátiles, nueces, higos secos, polvorones, almendrados y mazapanes. Al lado una bandeja con licores y una botella de champagne para el brindis Revisa que cada detalle esté perfecto antes de ir a su alcoba a vestirse. El traje y los accesorios han sido elegidos con cuidado: un vestido de fiesta que compró en Londres años atrás y lo conserva para ocasiones especiales. Se maquilla y estrena su perfume preferido Adictin de  Christian Dior. Saca el faisán y el aroma a Navidad se extiende por la cocina y comedor. Mira el reloj y comprueba que es la hora estipulada. Se sienta a la mesa, descorcha el champagne y después de cenar se acerca al árbol y desenvuelve su regalo. ¡ESTIMADOS LECTORES DE GRANADA COSTA FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS!

Ana María López Expósito

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